"Escribo como un esquilador de ovejas"
Llega euf¨®rico. Acaba de conocer a uno de sus mitos. Y pas¨® lo que pasa cuando alguien conoce a un mito. Que se fueron de tapas.
-Le habr¨¢ defraudado, claro.
-Nada. Manolo Sanl¨²car no me ha defraudado nada. Bueno, no ha tocado la guitarra.
A Chris Stewart le hizo famoso tocar una bater¨ªa -la de los primeros a?os de Genesis- aunque en verdad suspirase por una guitarra. Por eso Sanl¨²car es uno de sus h¨¦roes. Enrique Becerra, el propietario del restaurante, lleva visos de ser otro.
Becerra adora a los escritores y los escritores adoran a Becerra. Del intercambio hay evidencias: la carta incluye la carrillada de cerdo Alatriste, el restaurante figura en novelas de Arturo P¨¦rez-Reverte. "Si a m¨ª me gustase el f¨²tbol, esto estar¨ªa lleno de futbolistas", bromea. Becerra aconseja algo viejo y algo nuevo: calamares rellenos a la antigua y rosbif de toro de nuevo cu?o. Stewart elige un rosado: "Mi regla es vino tinto para el invierno y blanco para el verano. En medio, rosado".
El bater¨ªa de Genesis ha vendido un mill¨®n de ejemplares de su libro sobre la Alpujarra
Chris Stewart acude a Sevilla para firmar ejemplares de El loro en el limonero, la continuaci¨®n de sus peripecias en el cortijo alpujarre?o de ?rgiva (Granada) que compr¨® hace 19 a?os por 30.000 euros. Un medio timo. El due?o se lo habr¨ªa vendido por 6.000, como ya saben m¨¢s de un mill¨®n de lectores que compraron Entre limones, publicada en el Reino Unido en 1999 y traducida al espa?ol en 2006. Un fil¨®n editorial. La Alpujarra retratada por un guiri. Otro m¨¢s, de acuerdo. Pero Gerald Brenan era menos divertido que Chris Stewart.
-Escribo de forma sencilla, amena. Escribo como un esquilador de ovejas y esto la gente lo ve asequible. Estoy orgulloso de ser el antiescritor, el no escritor para los no lectores.
En sus 57 a?os de vida, Stewart ha sido casi de todo. Esquil¨® ovejas, trabaj¨® en un circo, entrevist¨® para la BBC, estudi¨® cocina y guitarra y toc¨®, poco y mal, la bater¨ªa con un grupete juvenil llamado Genesis. Le echaron por p¨¦simo. ?l, hijo de un rico arruinado, desde?¨® aquella "m¨²sica de pijos". La etapa Genesis fue una an¨¦cdota, pero la editorial brit¨¢nica encontr¨® en ella la etiqueta perfecta para lanzar el libro donde un desconocido narraba su lucha tit¨¢nica y disparatada por crear un nuevo hogar en una aislada monta?a.
-A la gente le gusta el mito de la estrella de rock que busca otras cosas.
Stewart es transparente y c¨¢lido. Juega con el humor ingl¨¦s y hace gui?os espa?oles ("todo el mundo tiene su manolo obligatorio"). ?l es dicharachero y su vida ha sido extravagante. El resultado es el comensal perfecto, que se entusiasma con cada plato, con las an¨¦cdotas de Enrique Becerra y con las palabras nuevas. S¨®lo le ensombrece la corrupci¨®n urban¨ªstica y la creencia de que asistimos al final de fiesta. Porque el hombre feliz "en lo familiar" coexiste con un augur apocal¨ªptico que vaticina un cataclismo ecol¨®gico y demogr¨¢fico. "Vivimos la decadencia previa al fin de una civilizaci¨®n. Asistimos a los ¨²ltimos d¨ªas de Roma mientras tocamos el viol¨ªn".
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