Viudas de luto judicial
Los c¨®nyuges de los trabajadores muertos en el tajo tardan una media de cuatro a?os en cobrar las indemnizaciones que les corresponden
A Andrezj Lewandowski se le vino encima una viga de cinco toneladas. Muri¨® en 2005. Gregorio Artecho se cay¨® por el hueco de un ascensor que a¨²n no estaba instalado. Muri¨® 16 metros m¨¢s abajo. Tambi¨¦n en 2005. Eduardo, natural de Madrid, tuvo mala suerte, dicen los abogados de la constructora responsable. "Era su d¨ªa", coment¨® el letrado frente a su viuda, Nuria Pe?a. Pis¨® un andamio mal sujeto, que no cumpl¨ªa las normas de seguridad y que se levant¨® en vertical hacia ¨¦l. Cay¨® de cabeza y entr¨® en coma. Muri¨® dos d¨ªas despu¨¦s. Corr¨ªa agosto de 2005.
"Las compa?¨ªas compran impunidad a cambio de dinero", dice un abogado
Ninguna de las tres muertes ha tenido consecuencias judiciales todav¨ªa
El caso de la muerte de Andrezj est¨¢ parado por la baja de un funcionario
Mar¨ªa vive ilegalmente en Espa?a a la espera de la sentencia
Todos estaban en la cuarentena. Los tres con sus papeles en regla. Todos en el gremio de la construcci¨®n. Ninguna de las tres muertes ha tenido consecuencias judiciales todav¨ªa. Sus tres viudas llevan tres a?os de litigios. Y lo que les queda. La media es de cuatro a?os. "M¨¢s bien tirando a seis", puntualiza el ex fiscal de delitos laborales Pedro Mart¨ªnez.
Una, Mariola, espera en Poznan, Polonia. Otra, Mar¨ªa, ha tenido que venir a Madrid desde Lima, Per¨². Las dos depend¨ªan econ¨®micamente de sus maridos. La tercera, Nuria, tiene dos hijos de 18 y 9 a?os y regenta un supermercado en Caraba?a, al sureste de la regi¨®n. "El trabajo me ha servido para no volverme loca". Desde mayo de 2007 han fallecido 59 personas en accidentes laborales en la Comunidad. El ¨²ltimo, el pasado jueves.
El caso de Andrezj est¨¢ parado desde hace dos a?os. El funcionario que lo gestionaba est¨¢ de baja. Nunca se le supli¨®. La viuda, Mariola, no sabe nada. De hecho, cree que el caso ha prescrito y no le corresponde ninguna indemnizaci¨®n. "Nadie se acuerda de m¨ª, no he recibido ninguna comunicaci¨®n desde hace a?os", se lamenta v¨ªa telef¨®nica desde Poznan, donde vive y trabaja con sus dos hijos.
Mar¨ªa Consorcio lleva un sobre marr¨®n con las diligencias del caso de su marido. Mar¨ªa se enter¨® el 31 de diciembre de 2005 de que Gregorio hab¨ªa muerto. Llor¨® mucho. Despu¨¦s, aterriz¨® en Madrid para recoger el cad¨¢ver. A los pocos meses, en vista de que el proceso estaba paralizado, regres¨® a la capital con un visado de turista y la intenci¨®n de quedarse hasta que se resolviese el juicio. Desde entonces, Mar¨ªa vive en una habitaci¨®n en Carabanchel, "sin conocer a nadie" y trabajando los siete d¨ªas de la semana para mantener a sus cinco hijos. "Voy del cuartito al trabajo y del trabajo al cuartito", explica reprimiendo las l¨¢grimas. El pasado mes de agosto la polic¨ªa la detuvo cuando sal¨ªa por la boca del metro de Oporto. "Me dijeron que estaba ilegal y que deb¨ªa marcharme. Pero yo no me voy hasta que se haga justicia. Al d¨ªa siguiente me voy tan a gusto con mis ni?os".
Seg¨²n su abogado, Antonio Garc¨ªa, de Comisiones Obreras, no hay grandes expectativas de que eso suceda a corto plazo. "Se necesitar¨ªa una fiscal¨ªa especial para estos casos", reclama Garc¨ªa, rodeado de una pila de archivadores de cart¨®n que coinciden en n¨²mero con el de todos los accidentes laborales graves de la regi¨®n: su sindicato se presenta como acusaci¨®n particular en todos y cada uno de ellos. Garc¨ªa cree que hay tres grandes problemas que ata?en a los procesos judiciales por riesgos laborales: el tiempo que se tarda en fallar, la dispersi¨®n "y peregrinaje" entre jurisdicciones (social, civil y penal) y "la cicater¨ªa en la cuant¨ªa de las indemnizaciones". Los baremos de las indemnizaciones est¨¢n unificados con los de los accidentes de tr¨¢fico.
Pero para la mayor¨ªa de los recursos en estos procesos, el problema no es la cuant¨ªa, sino que no acaban nunca. "La media es de cuatro a?os", calcula Marisa Rufino, de UGT. Y las pensiones, "irrisorias", seg¨²n la propia Rufino. Esas pensiones se calculan sobre la base reguladora del sueldo del trabajador, aunque por las particularidades se le suma un punto m¨¢s de lo habitual, seg¨²n explican fuentes de la Seguridad Social.
Nuria, vestida con su bata azul, lamenta que aunque el informe sobre el accidente de su marido "documenta todo tipo de negligencias", a¨²n no se sabe nada. Las aseguradoras recurren y recurren. Ellas tienen tiempo. Sin embargo, la distorsi¨®n parte de los propios contratos de este tipo de trabajadores. La mayor¨ªa tienen "una base rid¨ªcula", seg¨²n definici¨®n de la misma fuente, y el resto lo cobran todo en complementos.
"Cobraba mucha parte en negro", concede Mariola Lewandowska sobre su marido. Por eso, a ella le ha quedado una pensi¨®n de 400 euros y otra de orfandad que no supera los 150. A Mar¨ªa le dan una cifra semejante por orfandad y algo m¨¢s de pensi¨®n, cerca de 700 euros.
Una larga lista de viudas, hu¨¦rfanos o padres de personas fallecidas encallan en una legislaci¨®n tan lenta que, en muchas ocasiones, se pactan las indemnizaciones por no aguantar m¨¢s. Las aseguradoras son las que negocian. El empresario, salvo cuando el proceso va por la v¨ªa penal, apenas se entera de nada y queda impune. "Es impunidad a cambio de dinero", resume Garc¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.