La Europa antip¨¢tica
En la Europa que alg¨²n d¨ªa hizo de las libertades, de la ¨¦tica humanista y de los derechos de las personas su bandera, los ciudadanos extranjeros considerados inmigrantes ilegales podr¨¢n ser encerrados, sin mediar decisi¨®n judicial alguna, por un periodo de 18 meses. De nada ha servido que Jacques Delors y Michel Rocard pidieran a los diputados que se abstuvieran de votar esta directiva y la devolvieran a la Comisi¨®n exigi¨¦ndole un nuevo texto "m¨¢s conforme con la idea que tenemos de c¨®mo Europa debe respetar la dignidad de las personas". Ni siquiera los socialistas espa?oles les han hecho caso. S¨®lo dos veteranos -Josep Borrell y Raimon Obiols- se han negado a votar la directiva. ?Se les ocurrir¨¢ sancionarles por ello? Para mayor verg¨¹enza, el eurodiputado socialista Javier Moreno S¨¢nchez ha defendido el voto de su partido con el peregrino argumento de que es mejor tener esta directiva que no tener nada. Con estos argumentos se puede votar cualquier cosa, realmente es el grado cero de la ideolog¨ªa. "La derecha nos ha ganado", ha dicho, en una rid¨ªcula excusa que s¨®lo sirve de reconocimiento de que su voto ha sido abducido por la presi¨®n conservadora. "Hemos dado un paso amargo", ha a?adido. Nadie les obligaba. Muchos socialistas de otros pa¨ªses no lo dieron.
La pol¨ªtica de inmigraci¨®n europea es tan disparatada que ni siquiera sirve para favorecer lo que predica como coartada: el desarrollo en origen. Esta semana hemos tenido un ejemplo: el grupo congole?o Konono N? 1 no pudo actuar en el Sonar, como no pudo hacerlo en la Tate de Londres, porque no se ha concedido el visado a sus componentes. Son unos artistas de prestigio internacional que, pudiendo vivir magn¨ªficamente en el primer mundo, siguen en su pa¨ªs y no por ello han perdido reconocimiento. Europa les cierra las puertas. ?Una pol¨ªtica de inmigraci¨®n razonable no deber¨ªa estimular actitudes como la de este grupo musical? Pues, no: la estupidez burocr¨¢tico-pol¨ªtica que rige Europa no se entera.
En realidad todo es mucho m¨¢s simple. Europa est¨¢ en plena regresi¨®n. Como coartada para justificar estos retrocesos se dice que estamos en tiempos posideol¨®gicos en que el pragmatismo se impone. Todo lo contrario: vivimos uno de los periodos de mayor intensidad ideol¨®gica. La revoluci¨®n conservadora est¨¢ triunfando en Europa, precisamente cuando en Estados Unidos ya da s¨ªntomas de agotamiento. Todo lo que est¨¢ sucediendo es enormemente ideol¨®gico y siempre de un mismo signo: el recorte de libertades y derechos. La directiva de la pol¨¦mica se sit¨²a en la estela de otras medidas que tienen en com¨²n la liquidaci¨®n de la cultura pol¨ªtica que fund¨® Europa: el establecimiento de una semana laboral de 65 horas (es decir, casi 11 horas diarias, s¨¢bados incluidos) que decanta totalmente las relaciones laborales a favor de los empresarios, como si volvi¨¦ramos al siglo XIX. La detenci¨®n de terroristas durante 48 d¨ªas, sin acusaci¨®n, ni derecho legal alguno, que Gordon Brown impone en Inglaterra y pronto se extender¨¢ al continente. La conversi¨®n de los ilegales en delincuentes que Berlusconi ha puesto en marcha en Italia. El desarrollo permanente de nuevos instrumentos de control de seguridad que dejan a los ciudadanos en situaci¨®n de visibilidad absoluta y dan a los Gobiernos la posibilidad de humillarlos arbitrariamente siempre que quieran, como ocurre a diario en aeropuertos y fronteras. Todo apunta en la misma direcci¨®n: debilitar las conquistas sociales, crear chivos expiatorios, instalar a la ciudadan¨ªa en el miedo, convertir los conflictos sociales en problemas policiales.
Y todo tiene un perfil claro y conocido: son los par¨¢metros en los que la derecha se ha movido casi siempre. La derecha ha ganado la batalla ideol¨®gica en Europa, y la izquierda va a remolque. Decir que los lugares de reclusi¨®n de los inmigrantes no son c¨¢rceles, sino centros, puede tranquilizar la conciencia de alg¨²n gobernante, pero es, una vez m¨¢s, falsear la verdad con eufemismos. La izquierda se cree que legalizando los matrimonios homosexuales ya est¨¢ legitimada como progresista, y, sin embargo, al mismo tiempo, aprueba una directiva que permite que los inmigrantes menores de edad sean repatriados sin remilgos.
La pol¨ªtica de inmigraci¨®n europea es humillante para los extranjeros y empieza a serlo ya para los propios europeos. Volvemos a la cultura del colonialismo: ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Europeos exquisitos con pasaporte global e inmigrantes a los que se cierran las puertas con el desd¨¦n con que los d¨¦biles tratan a los perdedores. Y, encima, pretendiendo dar lecciones de derechos. Europa se hace antip¨¢tica. Jacques Delors tiene raz¨®n: ¨¦sta no es nuestra Europa, nos la han cambiado. -
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.