El artista cautivo
Jos¨¦ Manaut, disc¨ªpulo olvidado de Sorolla, pas¨® un a?o en Carabanchel
Fue por un sue?o que tuvo hace tiempo, exactamente hace ocho a?os. Desde entonces, nada ha vuelto a ser igual en su vida. Stella Manaut, actriz y dramaturga madrile?a, lo dej¨® todo por ese sue?o.
En sus recuerdos on¨ªricos aparec¨ªa con intensidad un lugar, un sitio rec¨®ndito de una casa de la calle de V¨ªctor Andr¨¦s Bela¨²nde, en el barrio de Chueca. Era el altillo del estudio de su padre, un intelectual como la copa de un pino que vivi¨®, primero en Valencia y luego en Madrid, entre 1898 y 1971 y que fue el gran disc¨ªpulo del pintor Joaqu¨ªn Sorolla, con quien lleg¨® a intimar lo suficiente como para escribir Cr¨®nica del pintor Joaqu¨ªn Sorolla. Un artista olvidado llamado Jos¨¦ Manaut.
Realiz¨® decenas de dibujos durante su estancia en la prisi¨®n
Al despertar de aquel sue?o, Stella no pod¨ªa quitarse aquel sitio de la cabeza y llam¨® por tel¨¦fono a su hermano Andr¨¦s.
-Mira a ver qu¨¦ hay en el altillo- le dijo
-No hay nada- respondi¨® ¨¦l
-Por favor, mira a ver, he tenido un sue?o- insisti¨®.
En una caja escondida en ese altillo aparecieron 320 dibujos. En carboncillo o acuarela, en blanco y negro, decenas de im¨¢genes de la etapa de su padre en la c¨¢rcel de Carabanchel (El ratero, El periodista, Mi celda...), y otras tantas de su encierro en la antigua prisi¨®n de Porlier, situada en la calle del General D¨ªaz Porlier (Las sobras de la comida, El hombre taciturno...).
Un testimonio de la historia de la represi¨®n de este pa¨ªs y de su capital, un mont¨®n de retazos de su vida cautiva en papeles de cuaderno de los que el artista no volvi¨® (o no quiso volver) a acordarse, esperando quiz¨¢ a que llegase una mejor atm¨®sfera pol¨ªtica.
Hoy, y hasta el 13 de julio, pueden verse muchos de ellos en el Museo de la Ciudad de Madrid, donde el Ayuntamiento ha ubicado su exposici¨®n, a pesar de que la pinacoteca municipal est¨¢ en pleno desmantelamiento y una parte en obras de ampliaci¨®n para convertirse en la Biblioteca de Madrid. As¨ª que, pese a la existencia de una situaci¨®n pol¨ªtica mucho m¨¢s favorable que la de aquellos tiempos de la dictadura, la obra de Jos¨¦ Manaut sigue sin ver la luz con esplendor.
A Jos¨¦ Manaut lo encerraron por mas¨®n durante la ¨¦poca franquista y no vivi¨® para conocer la muerte del caudillo. Pas¨® un a?o en Porlier (1943) y otro (1944) en Carabanchel. Despu¨¦s estuvo confinado en Durango (Vizcaya) y en libertad vigilada en Madrid casi hasta su muerte. "S¨®lo lo dejaron ser profesor de dibujo del Liceo franc¨¦s", recuerda Gregorio Peces-Barba, uno de los padres de la Constituci¨®n y alumno entonces de aquel colegio. "Era un pobre viejecito", recuerda el ex rector de la Universidad Carlos III. "All¨ª estaba porque ten¨ªa que comer. Le hac¨ªamos todo tipo de perrer¨ªas porque no sab¨ªamos qui¨¦n era...", rememora Peces-Barba.
?l es quien ha intentado rescatar su obra, despu¨¦s de una llamada de Stella y despu¨¦s de aquel sue?o. Por eso, parte de la obra del artista se encuentra en la Carlos III -universidad de la que Peces-Barba es ex rector-, aunque ahora la han cedido al museo.
A pesar de todas las dificultades con las que se ha encontrado en estos ocho a?os, Stella Manaut no desiste en su empe?o. Se decidi¨® a rescatar la obra de su padre y en ello ha puesto todo su tes¨®n. Ha montado una asociaci¨®n cultural con sede en Valencia, donde se ha ido a vivir, que lleva el nombre de Amigos de Jos¨¦ Manaut, y ha conseguido que se exponga "alguna cosa, aunque sin gran difusi¨®n". Algunas ideas pueden llegar en forma de sue?o.
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