Europa sin izquierda

Para los ciudadanos de la Uni¨®n, Europa est¨¢ dejando de encarnar el modelo democr¨¢tico y de bienestar, pasando a convertirse en la coartada para que los Gobiernos limiten las garant¨ªas jur¨ªdicas y los est¨¢ndares laborales y sociales. Despu¨¦s de los Consejos m¨¢s importantes de los ¨²ltimos tiempos, los jefes de Estado y de Gobierno suelen regresar a sus pa¨ªses con un nuevo list¨®n europeo que no est¨¢ m¨¢s arriba sino m¨¢s abajo del nivel en el que hoy se encuentran las pol¨ªticas nacionales en esas ¨¢reas. Y, como se ha visto con ocasi¨®n de la Directiva del retorno, el Parlamento Europeo se ha cuidado mucho de no entorpecer este cambio de rumbo. El argumento que se ha utilizado para justificar el aval mayoritario de los eurodiputados a la Directiva es casi tan antiguo como la pol¨ªtica: es preferible una mala regulaci¨®n a una ausencia de ella. O dicho en t¨¦rminos m¨¢s cl¨¢sicos: es preferible la injusticia al caos.

S¨®lo que, en el caso de la Directiva del retorno y, m¨¢s a¨²n, en la de la jornada laboral de 60 horas -todav¨ªa pendiente de aprobaci¨®n en el Parlamento de Estrasburgo-, ese caos de la vieja alternativa no existe y, por tanto, lo que ha hecho la Uni¨®n es una opci¨®n gratuita por la injusticia. Por esta raz¨®n, se impone la pregunta de d¨®nde est¨¢ la izquierda. Aunque no pueda olvidarse esta otra: ?d¨®nde est¨¢n los representantes pol¨ªticos que, desde cualquier posici¨®n, defienden lo que han sido hasta ahora fundamentos de la construcci¨®n europea?

Es cierto que una concreta concepci¨®n de la derecha como la que gobierna en Italia o, aunque diferente, la que lo hace en Francia, cuestiona la validez de estos fundamentos en sus pol¨ªticas interiores y, en consecuencia, resultar¨ªa incongruente que los promocionaran en Europa. Pero esa derecha no es toda la derecha y, por descontado, esa derecha no tiene nada que ver con la izquierda, que s¨ª hace bandera de las garant¨ªas jur¨ªdicas y los est¨¢ndares laborales y sociales. Por eso, el reproche a la izquierda tiene m¨¢s motivos: porque renuncia a lo que ha sido hasta ahora parte de los fundamentos de la construcci¨®n europea y porque, adem¨¢s, lo hace en contradicci¨®n con el ideario en el que dice seguir inspirando sus pol¨ªticas internas.

La posici¨®n del Gobierno espa?ol en Europa no es f¨¢cil, pr¨¢cticamente aislado entre una aplastante mayor¨ªa de Ejecutivos conservadores. Pero su cr¨¦dito como defensor de unas posiciones de izquierda que, de haberse opuesto a la Directiva del retorno, habr¨ªan coincidido con las posiciones europe¨ªstas, se ha visto seriamente deteriorado. Desde una ¨®ptica exterior, lo que se percibe es que el Gobierno de Zapatero se ha derechizado en algunas materias, como la pol¨ªtica migratoria. Desde una ¨®ptica estrictamente espa?ola, adem¨¢s de la simple derechizaci¨®n habr¨ªa que hablar de oportunismo: lo que aconsejan las t¨¢cticas demosc¨®picas se ha querido convertir en estrategia, ocult¨¢ndoselo a los ciudadanos.