Kiss triunfa en un Kobetasonik que atrajo a 53.000 espectadores

Un ¨¦xito. As¨ª hay que calificar sin ambages a la primera edici¨®n de Kobetasonik, el festival de heavy metal que el parque bilba¨ªno de Kobetamendi acogi¨® el viernes y el s¨¢bado pasados. Frente a quienes quienes creen que se trata de un g¨¦nero minoritario y en declive, la muestra reuni¨® cada d¨ªa a m¨¢s personas que las que el pasado a?o, y en las mismas fechas, se acercaron al mismo recinto para escuchar a Red Hot Chili Peppers y Fito & Fitipaldis. En total han sido m¨¢s 53.198 los aficionados al rock duro los que han acudido al reclamo de Kiss, Judas Priest, Saxon, Dio, Europe y otros 20 grupos.

El primer d¨ªa subieron a Kobetas 24.120 espectadores, que tuvieron oportunidad de descubrir a bandas como Airbourne y, sobre todo, disfrutaron con la actuaci¨®n de Judas Priest, cl¨¢sicos del g¨¦nero que no tiraron piedras contra su leyenda. A Rob Halford se le vio encorvado, pero su voz son¨® como en los mejores tiempos y cumpli¨® con la tradici¨®n de sacar una moto al escenario.

Pero la aut¨¦ntica triunfadora de la cita fue Kiss, una banda que el s¨¢bado atrajo a 29.078 personas con un espect¨¢culo que justifica el uso de expresiones como gran circo del rock. Su puesta en escena tuvo momentos aut¨¦nticamente circenses, como cuando el bajista Gene Simmons escupi¨® fuego utilizando una espada a modo de antorcha, y no escatim¨® en explosiones, llamaradas, confeti y fuegos de artificio. Simmons, un m¨²sico encasillado que no deja de mostrar la lengua y empu?a un bajo con forma de hacha, escupi¨® sangre y vol¨® sobre el escenario, mientras el cantante y guitarrista Paul Stanley lo hizo sobre el p¨²blico y el propio baterista toc¨® a varios metros de altura gracias a una plataforma m¨®vil.

Y entre tantos efectos, que suplieron la merma de rabia respecto a los a?os setenta, el cuarteto neoyorquino, vestido con su habitual indumentaria glam, no se olvid¨® de cumplir en el plano musical. Abus¨® de sus intentos de buscar la complicidad del p¨²blico, pero satisfizo a los aficionados al hard rock y al guitarreo, y divirti¨® cuando toc¨® rock and roll. Con el himno festivo Rock and roll all nite lleg¨® el momento cumbre y I was made for loving you record¨® que tambi¨¦n flirtearon con los ritmos discotequeros. El fin a dos horas de m¨²sica y teatro se produjo cuando Stanley present¨® Detroit rock city ondeando una ikurri?a.

Antes de hacer p¨²blico un balance oficial hoy, cuando est¨¢ previsto que se anuncie si habr¨¢ una segunda edici¨®n de Kobetasonik, evento nacido en principio sin vocaci¨®n de continuidad, la organizaci¨®n quiso agradecer a los asistentes "su comportamiento ejemplar y c¨ªvico".