Washington y Bagdad avanzan hacia un pacto militar estable
Bush renuncia a la inmunidad para las empresas de seguridad
Los presidentes de EE UU, George Bush, y de Irak, Jalal Talabani, celebraron ayer en Washington los progresos experimentados en la guerra en los ¨²ltimos meses, pero se quedaron cortos en la meta de un acuerdo que garantice una presencia militar estadounidense de forma permanente en ese pa¨ªs de Oriente Pr¨®ximo.
"Hemos dado pasos importantes para conseguir muy pronto un acuerdo estrat¨¦gico de seguridad con Estados Unidos", dijo Talabani al t¨¦rmino de su reuni¨®n con Bush en la Casa Blanca. El presidente norteamericano confirm¨® que hab¨ªan tratado ese asunto sin aportar m¨¢s detalles.
EE UU mantiene 150.000 soldados en Irak al amparo de una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad -no respald¨® la guerra, pero s¨ª el despliegue de tropas- cuyo mandato expira este a?o. Desde hace varios meses, los dos Gobiernos negocian un acuerdo bilateral m¨¢s ambicioso que sustituya a esa resoluci¨®n y ponga a Irak bajo el paraguas de seguridad norteamericano por tiempo indefinido, en la forma en que Europa o Corea del Sur estuvieron despu¨¦s de la II Guerra Mundial.
Ese acuerdo se ha ido haciendo esquivo en las ¨²ltimas semanas, tanto por la creciente autonom¨ªa que ha ido ganando el Gobierno iraqu¨ª como por algunas exigencias estadounidenses de orden pol¨ªtico y econ¨®mico a las que no ha sido f¨¢cil dar satisfacci¨®n. Hasta hace poco, Washington ped¨ªa, por ejemplo, inmunidad ante la ley iraqu¨ª para los empleados de compa?¨ªas privadas de seguridad que operan en Irak.
Las conversaciones se interrumpieron a principios de mes despu¨¦s de que el primer ministro iraqu¨ª, Nuri al Maliki, declarara que el acuerdo hab¨ªa entrado en v¨ªa muerta. Bush y Maliki hablaron por tel¨¦fono la pasada semana para resucitar el di¨¢logo. Ambas partes consideran vital un largo compromiso de car¨¢cter militar para favorecer la inversi¨®n en Irak, el desarrollo de la industria petrolera y el regreso de cientos de miles de desplazados.
Con todas las precauciones manifestadas por ambos, este encuentro Bush-Talabani son¨® casi como el primero de posguerra. No era el mejor d¨ªa porque ¨¦sta ha sido la semana con m¨¢s bajas estadounidenses (nueve) en mucho tiempo, pero ambos l¨ªderes pintaron un panorama positivo. "Aumenta la estabilidad, nuestra econom¨ªa crece, mejoramos las relaciones con todos nuestros vecinos -el rey Abdal¨¢ de Jordania declar¨® la pasada semana que por primera vez era optimista sobre Irak- y empezamos a ocupar un papel importante dentro del mundo ¨¢rabe", dijo Talabani, quien se refiri¨® a su interlocutor como "el libertador de Irak".
Bush destac¨® "el trabajo exitoso que ha hecho este a?o el Parlamento iraqu¨ª" a favor de la reconciliaci¨®n nacional y se confes¨® "orgulloso del esfuerzo de todos los iraqu¨ªes" para "construir una democracia". El horizonte de, al menos, una democracia imperfecta en Irak es tanto el sue?o de Bush para concluir decentemente su gesti¨®n como del candidato presidencial republicano, John McCain, para ganar los comicios. McCain comienza esta carrera con s¨®lo una clara ventaja potencial sobre el dem¨®crata Barack Obama: sus credenciales en materia de seguridad. Irak podr¨ªa ser su mejor argumento en ese sentido.
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