Segundo abucheo en un mes para G¨¹emes

Gritos de "dimisi¨®n" y de "fuera, fuera". Carteles hechos con folios ("Trabajamos y apostamos por una sanidad p¨²blica") y hasta con s¨¢banas garabateadas con rotuladores de colores. Pitidos ensordecedores. Visitar un hospital y llevarse un abucheo de ¨®rdago empieza a ser una constante para el consejero de Sanidad, Juan Jos¨¦ G¨¹emes. Ayer volvi¨® a pasar, un mes despu¨¦s de que ¨¦l y su jefa, la presidenta Esperanza Aguirre, visitaran el Ram¨®n y Cajal. Unas 150 personas le esperaban en la entrada del hospital de M¨®stoles.

El consejero acud¨ªa a la celebraci¨®n de los 25 a?os del centro. Llegaba casi una hora m¨¢s tarde de lo anunciado. Y all¨ª estaban los trabajadores. "No podemos permitir que sigan desmantelando la sanidad p¨²blica", se justificaba una enfermera con un cartel colgando del pecho. El recibimiento no borr¨® la media sonrisa de la boca de G¨¹emes. Rodeado de agentes de polic¨ªa y guardaespaldas, pas¨® frente a los manifestantes camino del auditorio. No les dedic¨® ni un comentario. S¨ª dej¨® que los periodistas se acercaran. A ellos les repiti¨® en dos ocasiones la misma idea, que emplea indistintamente tanto para las reivindicaciones de los trabajadores de la sanidad como para la huelga de Telemadrid: "Es una protesta pol¨ªtica". Y tambi¨¦n: "Han asumido la tarea de oposici¨®n".

Tan r¨¢pida fue la visita del consejero que ni siquiera le dio tiempo de descubrir la placa preparada al efecto. Pas¨® por delante como una exhalaci¨®n mientras le llov¨ªan los abucheos. Encima, alguien hab¨ªa colocado otro cartel escrito con letras de palote: "Espe, no nos vendas".

"Se trata de una protesta espont¨¢nea de los trabajadores del hospital", recalcaban ayer los representantes de CC OO y UGT mientras el recibidor segu¨ªa tomado por personas que protestaban con pancartas y gritos en contra de la privatizaci¨®n de la sanidad. Fuera, s¨ª que hab¨ªa una concentraci¨®n convocada por la Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad P¨²blica (FADSP).

Se produjeron algunas escenas de tensi¨®n entre los miembros de la seguridad y algunos de los manifestantes, a los que se prohibi¨®, en alg¨²n caso mediante empujones, el acceso al auditorio. "Que no pase nadie. Nadie que no sea prensa. Este t¨ªo, fuera", dec¨ªa un guardaespaldas mientras sus compa?eros imped¨ªan el acceso al m¨¦dico Carlos Barra, un facultativo que se ha distinguido por sus cr¨ªticas a la pol¨ªtica privatizadora de la Comunidad. Mientras tanto, recuerdos a Esperanza Aguirre, a su consejero de Sanidad y a la deriva privatizadora de los servicios p¨²blicos se mezclaban con sonoras pitadas cada vez que G¨¹emes aparec¨ªa en la televisi¨®n colocada en el hall para retransmitir el acto.

Cuando el consejero sali¨® del auditorio camino del coche oficial, otra pitada. Ya en la calle, casi a salvo del ruido, G¨¹emes volvi¨® a calificar el recibimiento: "Eran s¨®lo unos pocos y con inter¨¦s pol¨ªtico". ?Y qu¨¦ cont¨® de todo ello Telemadrid en su informativo del mediod¨ªa? Nada. Ni una sola imagen de los abucheos. S¨®lo a G¨¹emes hablando mal de los sindicatos despu¨¦s de que los periodistas le preguntaran por la huelga de la cadena: "Dedican su tiempo y el dinero de los contribuyentes a insultar a sus leg¨ªtimos representantes, como sucedi¨® hace unos d¨ªas con la presidenta".