La Iglesia contradice su doctrina y carga contra la "muerte digna"
El cardenal Amigo afirma que el proyecto andaluz es "absurdo e indigno" - Desde P¨ªo XII a Juan Pablo II, el catolicismo ha avalado la sedaci¨®n terminal
"Si la administraci¨®n de narc¨®ticos produjese por s¨ª misma dos efectos distintos, por una parte, el alivio de los dolores y, por otra, la abreviaci¨®n de la vida, entonces es l¨ªcita". Aunque podr¨ªa serlo, esta afirmaci¨®n no es un art¨ªculo de la futura Ley andaluza de Dignidad ante el Proceso de la Muerte. Es un extracto de un discurso pronunciado por P¨ªo XII el 11 de septiembre de 1947 ante los congresistas de la Uni¨®n Internacional de las Ligas Femeninas Cat¨®licas.
La tradici¨®n moral de la Iglesia cat¨®lica est¨¢ repleta de textos que coinciden punto por punto con el contenido de la norma andaluza, seg¨²n la propuesta avanzada esta semana. Sin embargo, el anuncio de la ley ya ha recibido cr¨ªticas de colectivos cat¨®licos y dirigentes de la Iglesia, como el cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, que ayer la calific¨® de "un entretenimiento absurdo e indigno para las personas".
"Las personas son intocables desde el principio al final", dice el arzobispo
Sorprende el ataque al proyecto de un prelado considerado liberal
Monse?or Amigo abandon¨® su perfil conciliador para reprobar sin rodeos la ley. En declaraciones a Europa Press, aconsej¨® al Gobierno de Manuel Chaves que se preocupe por "la calidad de vida" de los andaluces y aparque leyes que, a su juicio, perjudicar¨¢n a los colectivos m¨¢s desfavorecidos. Para Amigo, "lo aut¨¦nticamente digno es la vida" y las personas son "intocables desde su nacimiento hasta el final".
Las declaraciones de Amigo extra?an por surgir de uno de los representantes m¨¢s moderados de la c¨²pula eclesi¨¢stica espa?ola, pero siguen la l¨ªnea marcada en los ¨²ltimos a?os por la Conferencia Episcopal. La Iglesia se mostr¨® reticente a la retirada del respirador artificial de Inmaculada Echevarr¨ªa hasta el punto de que la enferma tuvo que ser trasladada del hospital religioso en el que estaba ingresada a uno p¨²blico la ¨²ltima tarde de su vida. Uno de los ¨²ltimos en oponerse a las pr¨¢cticas que la Junta va a regular fue el arzobispo em¨¦rito de Pamplona, Fernando Sebasti¨¢n. En un serm¨®n la pasada Semana Santa censur¨® la sedaci¨®n de los enfermos terminales: "Cristo no tuvo cuidados paliativos", dijo.
Pero las declaraciones de Amigo y Sebasti¨¢n contradicen las reflexiones que han conformado la tradici¨®n moral de la Iglesia. Muchas de ellas se contienen en un an¨¢lisis sobre la postura de la Iglesia ante la muerte digna redactado por el experto en bio¨¦tica Pablo Sim¨®n y el sacerdote Francisco Alarcos, miembros del Comit¨¦ Auton¨®mico de ?tica e Investigaci¨®n. El texto se elabor¨® a petici¨®n de la Junta para analizarlo en el debate del que saldr¨¢ la ley.
El discurso de P¨ªo XII es una de las referencias a las que aluden los expertos. Otra es la declaraci¨®n publicada el 5 de mayo de 1980 por la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, dependiente de la Santa Sede. Supuso una toma de postura sobre la eutanasia, pr¨¢ctica que condenaba, pero sirvi¨® tambi¨¦n para recordar que la doctrina eclesial se opone al encarnizamiento terap¨¦utico y legitima la sedaci¨®n, aunque abrevie indirectamente la vida.
Aquella declaraci¨®n del Vaticano desaconseja tambi¨¦n entregarse a la agon¨ªa dolorosa elogiada por el arzobispo de Pamplona. "No ser¨ªa prudente imponer como norma general un comportamiento heroico", advert¨ªa el texto de la Santa Sede, que se mostraba partidario de la limitaci¨®n del esfuerzo terap¨¦utico o el rechazo de tratamiento, dos supuestos que regular¨¢ la ley andaluza, pero a los que la Iglesia se opuso en el caso de Inmaculada Echevarr¨ªa.
A la vista por la recopilaci¨®n de textos que contiene el informe elaborado por los expertos andaluces parecer¨ªa que los que abanderan una postura contraria a la tradicional cat¨®lica son los dirigentes eclesi¨¢sticos espa?oles y no los defensores de la ley que promueve la Junta, entre cuyos supuestos no desentonar¨ªa el art¨ªculo 2.278 del Catecismo: "La interrupci¨®n de tratamientos m¨¦dicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados puede ser leg¨ªtima. [...] Con esto no se pretende provocar la muerte; se acepta no poder impedirla".
El texto que sirve de base para debatir la norma recoge tambi¨¦n fragmentos de la enc¨ªclica Evangelium Vitae de Juan Pablo II, en la que conden¨® la eutanasia y aval¨® la renuncia a tratamientos que "procurar¨ªan ¨²nicamente una prolongaci¨®n precaria y penosa de la existencia". El propio Juan Pablo II renunci¨® d¨ªas antes de morir a un nuevo ingreso hospitalario al saber que su enfermedad no ten¨ªa cura.
Doctrina eclesi¨¢stica
- Declaraci¨®n de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe (mayo de 1980): "No ser¨ªa prudente imponer como norma general un comportamiento heroico determinado. Al contrario, la prudencia humana y cristiana sugiere para la mayor parte de los enfermos el uso de las medicinas que sean adecuadas para aliviar o suprimir el dolor". "Es muy importante hoy d¨ªa proteger, en el momento de la muerte, la dignidad de la persona humana y la concepci¨®n cristiana de la vida contra un tecnicismo que corre el riesgo de hacerse abusivo". "Es tambi¨¦n l¨ªcito interrumpir la aplicaci¨®n de tales medios (desproporcionados) cuando los resultados defraudan las esperanzas puestas en ellos".
- Nota sobre la eutanasia de la Comisi¨®n Episcopal Espa?ola para la Doctrina de la Fe (abril de 1986): "Para Jes¨²s la vida biol¨®gica y temporal del hombre, aun siendo un valor fundamental, no es el valor absoluto y supremo".
- Catecismo de la Iglesia cat¨®lica, art¨ªculo 2.279: "El uso de analg¨¦sicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus d¨ªas, puede ser moralmente conforme a la dignidad humana si la muerte no es pretendida, ni como fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable. Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta raz¨®n deben ser alentados".
- Enc¨ªclica Evangelium Vitae de Juan Pablo II (marzo de 1995): "La eutanasia es una grave violaci¨®n de la Ley de Dios, en cuanto a eliminaci¨®n deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana". Si la muerte se prev¨¦ "inminente o inevitable" se puede renunciar a tratamientos que "procurar¨ªan ¨²nicamente una prolongaci¨®n precaria y penosa de la existencia".
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