El oscuro submundo de Il Cavaliere
Escuchas judiciales realizadas en 2007 revelan abusos y tr¨¢fico de influencias
Un nudo hecho de recomendaciones, tr¨¢fico de influencias, peque?as pasiones personales, machismo rampante, peticiones de favores para actrices y vedettes en busca de fama, promesas de ayuda futura a quien se porte bien, sinergias contra natura entre la RAI, el regulador de las Comunicaciones y Mediaset (el imperio medi¨¢tico de Berlusconi), abuso de poder generalizado.
Ese es el oscuro submundo pol¨ªtico-televisivo que revela la publicaci¨®n ayer en la revista Espresso de varias escuchas judiciales realizadas en los ¨²ltimos meses de 2007 por un juzgado de N¨¢poles al ex director de RAI Ficci¨®n, Agostino Sacc¨¤, procesado por corrupci¨®n junto a Silvio Berlusconi, entonces l¨ªder de la oposici¨®n.
El abogado de Il Cavaliere y diputado Niccol¨° Ghedini ha anunciado una querella contra la revista. El Consejo Superior de la Magistratura ha calificado la difusi¨®n como "despreciable". Y Berlusconi habr¨ªa dicho a sus ¨ªntimos, seg¨²n el Corriere della Sera : "Dar a la prensa conversaciones privadas sin alguna relevancia penal es una verg¨¹enza. Deber¨ªa usarse napalm". Una de las primeras leyes aprobadas por su Gobierno es la que restringe la realizaci¨®n y publicaci¨®n de escuchas.
Casi todas las conversaciones tienen apariencia insustancial, pero entre las numerosas peticiones de enchufes de actrices que recibi¨® Sacc¨¤ hubo una que escond¨ªa una gran operaci¨®n pol¨ªtica: contratar a la actriz Rosa Ferraiolo, mujer de Willer Bordon, senador af¨ªn al Gobierno de Romano Prodi, con el fin de que cambiase de bando para hacer caer a la mayor¨ªa. Al final, la presunta recomendaci¨®n no dio resultado. La actriz era demasiado cara para la serie Incantesimo. Pero el Gobierno acab¨® cayendo gracias a otro tr¨¢nsfuga: el ministro de Justicia, Clemente Mastella.
Los peticionarios de favores son personajes poderosos. La lista cubre todo el arco ideol¨®gico, con connotadas figuras pol¨ªticas y empresariales: de Berlusconi, el siempre discreto Gianni Letta, su mano derecha, o Letizia Moratti, alcaldesa de Mil¨¢n, hasta Francesco Rutteli, ex alcalde verde de Roma, o Fedele Confalonieri, presidente de Mediaset, te¨®rica competencia de la RAI.
Todos tiraban de tel¨¦fono, llamaban a Sacc¨¢, y le ped¨ªan esto o aquello. Berlusconi solicitaba cosas y a cambio promet¨ªa ayuda en el futuro, cuando Sacc¨¤ pasase a la empresa privada. Intercedi¨® por Evelina Manna, Elena Russo, Camilla Ferranti y Eleonora Gaggioli, todas bellas y j¨®venes. Y le pidi¨® que le ayudase a calmar a "esa loca de Antonella Troise", una vedette.
Sacc¨¤. S¨ª.
Berlusconi. Se le ha metido en la cabeza que la odio...
S. S¨ª.
B. Que yo he frenado su carrera art¨ªstica.
S. Pero...
B. Va diciendo por ah¨ª cosas enloquecidas. Te pido este favor, ll¨¢mala...
S. La llamo...
B. Y dile, mira que, eh, eh, eh, Fija una cita, no s¨¦, dile que hay algo, dile que no te dejo en paz porque hace ya semanas que te digo: "Yo tengo que hacer trabajar a la Troise...".
S. Est¨¢ bien, la llamo...
B. Perdona, dile, subraya mi activo papel...
Seg¨²n escribe en La Repubblica Giuseppe d'Avanzo, las conversaciones revelan el "teatro de un conflicto de intereses metabolizado donde la pol¨ªtica se sobrepone a la empresa, la empresa a la estrategia pol¨ªtica, y la vida privada a las decisiones p¨²blicas". Y concluye: "El mundo es ¨¦l. Italia es ¨¦l". Y los jueces, claro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.