Obama y Clinton unen sus fuerzas
La ex primera dama elogia al candidato y presenta sus credenciales para la vicepresidencia de EE UU
Pendientes a¨²n de muchas diferencias por resolver y con dudas sobre la sinceridad del gesto, Hillary Clinton y Barack Obama escenificaron ayer su reconciliaci¨®n y la unidad del Partido Dem¨®crata en un acto esencialmente simb¨®lico celebrado, con ese fin, en el peque?o pueblo de Unity (unidad, en ingl¨¦s), donde hace seis meses, cuando volaban los improperios entre ambos, los dos pol¨ªticos obtuvieron 107 votos cada uno en las primarias de New Hampshire.
"La he admirado como l¨ªder y he aprendido de ella", dice el candidato
La agresiva rival del pasado desea hoy la candidatura a la vicepresidencia
Abrazados y sonrientes, divertidos y cari?osos, Obama y Clinton se esforzaron por demostrar, en este primer acto electoral juntos, que aquellos enfrentamientos no han dejado huellas en su amistad ni en su voluntad de trabajar para que el candidato dem¨®crata obtenga la victoria en noviembre. Obama tuvo incluso el detalle de elegir un color de corbata casi id¨¦ntico al del traje que luc¨ªa su antigua rival.
"Puede que empez¨¢ramos esta carrera por caminos distintos, pero hoy nuestros corazones han convergido. Hoy estamos juntos con el mismo objetivo: elegir a Barack Obama pr¨®ximo presidente de EE UU", manifest¨® Clinton, reinventada de nuevo en el papel de la fiel militante. "La he admirado como l¨ªder y he aprendido de ella como candidata", respondi¨® Obama.
Cuando se bajaron del estrado en Unity, Clinton y Obama llevaban ya casi un d¨ªa completo de estrecha colaboraci¨®n. Llegaron a New Hampshire juntos en el avi¨®n de campa?a del candidato. Se sentaron al lado (Obama, junto a la ventanilla), conversaron animadamente durante todo el vuelo, a prudencial distancia de ayudantes y periodistas. Y estrecharon juntos las manos del p¨²blico antes y despu¨¦s de sus respectivos discursos, el de Obama, una de esas encendidas oratorias que Clinton ridiculizaba en su d¨ªa.
La noche anterior, Clinton hab¨ªa presentado a Obama a un grupo selecto de los m¨¢s generosos donantes de su extinta campa?a para convencerles de que recauden ahora para el te¨®rico candidato de todos.
Obama correspondi¨® a ese gesto firmando un cheque de 2.300 d¨®lares (1.460 euros) y otro su esposa, Michelle, por la misma cantidad, la m¨¢xima permitida por la ley, para ayudar a que la campa?a de Clinton pague las deudas contra¨ªdas.
El asunto del dinero se ha convertido en uno de los m¨¢s delicados y decisivos para hacer la paz en las filas dem¨®cratas. Las deudas de la campa?a de la ex primera dama ascienden a casi 13 millones de euros, de los que al menos 7,6 millones salieron del propio bolsillo de los Clinton, que ahora quieren que les sean reembolsados por el ganador.
Adem¨¢s del gesto de su donaci¨®n personal, Obama ha pedido a sus seguidores que sean generosos con la antigua contrincante. La jefa financiera de Obama, Penny Pritzker, ha firmado su propio cheque de 2.300 d¨®lares y ha enviado un mensaje a su lista de donantes para que hagan lo mismo.
No se puede resolver con cheques el otro deseo de Hillary Clinton: ser la candidata a la vicepresidencia. Es milagrosa la facilidad con la que la agresiva rival del pasado se ha convertido en una indiscutible aspirante al ticket dem¨®crata. Ayer se lo gan¨® con creces. Nadie hab¨ªa hablado hasta ahora con tanta energ¨ªa, con tanta autoridad y con tanta aparente convicci¨®n de las cualidades de Obama como l¨ªder.
Tras escucharla, a Obama no le qued¨® decir otra cosa m¨¢s que "gracias, Hillary Clinton". No tiene mucho m¨¢s que decir sobre ese extremo. Ha trascendido de forma muy cre¨ªble que Obama no quiere a Clinton en su candidatura. Pero parecen faltarle argumentos para rechazarla. Le ocurri¨® el jueves por la noche, en el acto conjunto con los recaudadores de fondos, cuando uno de ellos le pidi¨® expresamente que eligiera a Clinton como vicepresidenta, a lo que Obama respondi¨® que estaba todav¨ªa estudiando distintas opciones.
Ayer, Hillary Clinton le record¨® sus argumentos, sus 18 millones de votos en las primarias, las reservas de muchos de sus seguidores para votar por Obama, la actitud acechante de McCain, quien tambi¨¦n ayer expres¨® su confianza en pescar con ¨¦xito en las aguas de Clinton.
Obama lo reconoci¨® -"vamos a necesitar a Hillary y Bill Clinton para ganar estas elecciones", dijo-, pero no hizo ning¨²n gesto que permita adivinar el papel futuro de Hillary. Tampoco el de Bill, que se abstuvo de participar en el acto de Unity -est¨¢ en Europa pronunciando costosos discursos- y se ha limitado a apoyar a Obama por escrito y por medio de un portavoz.
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