Inmigrantes, cuesti¨®n de principios

M¨¢s de 1.300 agentes de nueve pa¨ªses europeos se han necesitado para desmantelar una de las mayores redes de traficantes de personas de Europa. Ha sido una operaci¨®n compleja que ha logrado detener a 75 personas supuestamente implicadas en la extorsi¨®n de inmigrantes clandestinos que llegaban a pagar hasta 12.000 euros por entrar en la Uni¨®n Europea. S¨®lo gracias a la coordinaci¨®n de Europol -la oficina de polic¨ªa europea- y Eurojust -el servicio de cooperaci¨®n judicial de la UE- se ha podido acabar con un negocio que se nutre de la desesperanza de tantas personas que sue?an con El Dorado europeo.

Ante el fen¨®meno de la inmigraci¨®n irregular, los pol¨ªticos tenemos dos opciones: mirar hacia otro lado y pretender que estos abusos no se producen, o buscar una soluci¨®n. Durante a?os, el Gobierno del PP eligi¨® mirar hacia otro lado y permitir que miles de inmigrantes se quedaran en nuestro pa¨ªs sin documentaci¨®n y sin derechos, obligados a aceptar cualquier trabajo, a cualquier precio, para sobrevivir.

La Directiva de Retorno establece un marco com¨²n de garant¨ªas b¨¢sicas que no exist¨ªa en la UE

Desde que asumi¨® el Gobierno el presidente Rodr¨ªguez Zapatero todos los socialistas espa?oles hemos trabajado por dar una soluci¨®n al drama de la inmigraci¨®n clandestina: potenciando la ayuda al desarrollo, firmando acuerdos de cooperaci¨®n con los pa¨ªses de origen y de tr¨¢nsito, y por supuesto convenciendo a nuestros socios europeos de la necesidad de actuar de forma coordinada, igual que ya hacemos en Europol y Eurojust. El se?or Rajoy piensa que los socialistas no tenemos principios. Quiz¨¢s deber¨ªa preguntarse qu¨¦ hizo ¨¦l por los inmigrantes que ahora tanto le preocupan.

Nosotros hemos preferido afrontar el problema en vez de mirar hacia otro lado. Abandonarlos en un limbo jur¨ªdico y personal, dejados a su suerte sin medios para integrarse en nuestras sociedades despu¨¦s de haber atravesado el Estrecho enga?ados por las mafias, no encaja con nuestros principios.

Hemos peleado durante m¨¢s de tres a?os para lograr una Directiva de Retorno europea que garantice el respeto a los derechos de los inmigrantes que deben regresar a sus pa¨ªses. Llegado el momento de la votaci¨®n en el Parlamento Europeo hab¨ªa dos opciones: aceptar el acuerdo m¨ªnimo posible en un hemiciclo dominado por los conservadores, o volver al inicio de la discusi¨®n legislativa entre el Consejo y la Euroc¨¢mara, retrocediendo a 2005, cuando la Comisi¨®n present¨® su propuesta. Cada uno de los eurodiputados socialistas espa?oles vot¨® en conciencia, haciendo un ejercicio de responsabilidad. Sin ser el resultado que busc¨¢bamos, a la mayor¨ªa nos pareci¨® urgente un marco com¨²n europeo, pues la Comisi¨®n estima que llegan entre 1,5 y 2 millones de inmigrantes a Europa cada a?o. Estas cifras no van a reducirse; muy al contrario, la inestabilidad global, la crisis alimentaria, el cambio clim¨¢tico y el imaginario de una Europa pr¨®spera empujar¨¢n a muchos m¨¢s a venir, a menudo arriesgando sus vidas.

Hasta ahora, cada pa¨ªs europeo regulaba a su manera c¨®mo se deten¨ªa, se reten¨ªa y se expulsaba a los inmigrantes irregulares. Y esto es a lo que la directiva ha puesto punto final, estableciendo un marco claro de garant¨ªas que todos los Estados deber¨¢n respetar. Con la aprobaci¨®n de esta norma, el acervo comunitario ha incluido numerosas garant¨ªas de protecci¨®n de derechos humanos para mejorar la situaci¨®n en la que se encuentran los irregulares en muchos pa¨ªses europeos.

Creemos necesarias algunas aclaraciones a lo que se ha venido afirmando: la directiva garantiza en todos los casos la revisi¨®n judicial del procedimiento de expulsi¨®n y la comunicaci¨®n por escrito de las decisiones de expulsi¨®n, en lengua comprensible y con indicaci¨®n de las posibilidades de recurso judicial. Respecto a las condiciones del internamiento, garantiza el acceso de las ONGs. Adem¨¢s, los menores tienen garantizados en centros especiales de acogida sus derechos b¨¢sicos (incluida la educaci¨®n), y su repatriaci¨®n s¨®lo ser¨¢ posible, tras tomar en consideraci¨®n el principio del inter¨¦s superior del menor, a sus familiares, tutores o centros de acogida que cumplan los requisitos exigidos.

Numerosas instituciones internacionales (OCDE, Consejo de Europa y Comisi¨®n Europea) han elogiado el modelo espa?ol para gestionar la inmigraci¨®n, que se basa en tres pilares: la lucha contra la inmigraci¨®n ilegal y las mafias, la apertura de cauces de migraci¨®n legales y el apoyo a la integraci¨®n en la sociedad de los inmigrantes que llegan, adem¨¢s de la cooperaci¨®n con pa¨ªses terceros. En la Euroc¨¢mara hemos empezado a trabajar ya en la lucha contra las mafias a trav¨¦s de la Directiva sobre las sanciones a los empleadores de residentes ilegales y en la tramitaci¨®n de un permiso ¨²nico de residencia y trabajo, para que la inmigraci¨®n sea una oportunidad tanto para los pa¨ªses receptores como de origen.

Europa seguir¨¢ siendo tierra de acogida y abanderada en la defensa de los derechos y libertades en el mundo. Europa no es una fortaleza, y muestra de ello es que en Espa?a hemos acogido en los ¨²ltimos a?os un n¨²mero de inmigrantes similar a la poblaci¨®n de Irlanda, cuatro millones de personas. La inmigraci¨®n que queremos es la de personas con derechos y obligaciones.

Javier Moreno es eurodiputado socialista y miembro de la Comisi¨®n de Justicia y Libertades Civiles del Parlamento Europeo.