"Lo m¨¢s cristiano es evitar que alguien se muera como un perro"
Un sacerdote y un m¨¦dico partidario de debatir la despenalizaci¨®n de la eutanasia son los autores de la ponencia en la que se basar¨¢ la futura ley andaluza sobre muerte digna. "No hemos tenido ninguna discrepancia", aseguran.
Andaluc¨ªa empez¨® esta semana a debatir los contenidos de su futura Ley de Dignidad ante el Proceso de la Muerte, una norma que fijar¨¢ los derechos de los pacientes y respaldar¨¢ la labor de los m¨¦dicos ante las sedaciones terminales, la retirada de m¨¢quinas que atan al enfermo a la vida, como los respiradores artificiales, y el rechazo de tratamiento por parte de pacientes sin posibilidad de curaci¨®n.
El borrador de la ley no estar¨¢ listo hasta despu¨¦s del verano, pero las bases de las que saldr¨¢ se recogen en la ponencia ?tica y Muerte Digna, un documento encargado por la Consejer¨ªa andaluza de Salud a dos miembros de su Comit¨¦ de ?tica e Investigaci¨®n: Francisco Alarcos (C¨²llar, Granada, 1963), sacerdote en una parroquia de Guadix, doctor en Teolog¨ªa y experto en Bio¨¦tica; y Pablo Sim¨®n (Zaragoza, 1965), doctor en Medicina, miembro del Comit¨¦ Nacional de ?tica y defensor de ir dando pasos hacia la despenalizaci¨®n de la eutanasia. Pero todav¨ªa no ha llegado "el momento" de abrir ese debate en Espa?a, reconoce.
Sim¨®n: "No es una ley de eutanasia. El que la llame as¨ª no sabe de qu¨¦ habla"
Alarcos: "La reflexi¨®n que hizo el cardenal Amigo es pertinente"
Alarcos: "No hemos tenido discrepancias. Nuestra ponencia establece consensos"
Sim¨®n: "La Iglesia ver¨¢ que el texto no contradice su doctrina"
El sacerdote Alarcos ("sin orden, cura de parroquia") sostiene que la Iglesia es la m¨¢s firme defensora del "bien morir", por eso no ha encontrado "ninguna discrepancia" con Sim¨®n para redactar la ponencia. Vaticinan que la jerarqu¨ªa de la Iglesia cat¨®lica tampoco encontrar¨¢ puntos de discordia con la ley en la que ellos est¨¢n trabajando.
Pregunta. ?C¨®mo se concilia la postura de un sacerdote con la de un defensor de avanzar hacia la despenalizaci¨®n de la eutanasia?
Francisco Alarcos. No hemos tenido ninguna discrepancia. La ponencia que hemos redactado trata de establecer consensos mayoritarios desde diferentes posiciones. La cultura cat¨®lica, en este tema en concreto, tiene un consenso bastante amplio.
Pablo Sim¨®n. Si esta ley se planteara en t¨¦rminos de eutanasia, no podr¨ªa haber consenso. La fortuna de esta ley es que propicia el consenso entre una ¨¦tica civil o laica, que es mi posici¨®n, y una moral cristiano-cat¨®lica, que es la de Paco.
P. ?Es necesario legislar sobre la muerte digna?
P. S. Es una ley necesaria porque ayuda a los profesionales y a los ciudadanos a aclarar escenarios en los que podr¨ªa haber confusi¨®n. Hay cierta predisposici¨®n a identificar esto con eutanasia y nos parece un error y, a menudo, una manipulaci¨®n. ?sta no es una ley de eutanasia. El que la llame en estos t¨¦rminos no sabe de lo que est¨¢ hablando.
F. A. Tambi¨¦n es una virtud poner de manifiesto que hay un amplio consenso en estos temas, que, cuando se clarifican, la mayor¨ªa de los ciudadanos tiene un marco claro de lo que entiende que es vivir y morir como seres humanos, como personas que tienen dignidad.
P. ?Ahora no est¨¢ garantizado el derecho a morir dignamente?
F. A. No hay una ley que lo regule, aunque s¨ª hay buena praxis sanitaria. La mayor¨ªa de la gente muere dignamente: rodeada de un entorno afectivo y con su sufrimiento f¨ªsico y espiritual paliado. Lo que pasa es que formular la dignidad y bajarla a los derechos concretos es innovador, pero no es que hasta hoy no se haya muerto dignamente.
P. S. S¨ª que hay garant¨ªa de muerte digna, pero las pr¨¢cticas est¨¢n muy dispersas y esta ley las lleva al lenguaje de derechos para los pacientes y deberes para los profesionales y autoridades sanitarias.
P. ?Usted hubiera preferido que se abordara la eutanasia?
P. S. Es un debate que la sociedad espa?ola tiene que tener en su momento. Esta ley facilita que posteriormente, si la sociedad lo pide, lo tengamos. La ley es la adecuada y la necesaria en este momento.
P. Cuando los dirigentes de la Iglesia lean su propuesta, ?tendr¨¢n argumentos para oponerse?
F. A. Los dirigentes de la Iglesia cat¨®lica, y en concreto unas declaraciones del cardenal Amigo, no contradicen la posici¨®n de la Iglesia. Y Amigo en ning¨²n momento ha cuestionado los t¨¦rminos de la ponencia. Ha dicho que no considera esta ley como lo m¨¢s prioritario porque hay otros temas que son de m¨¢s urgencia. Y en esto yo estar¨ªa de acuerdo. Por ejemplo, la asistencia de calidad es una primera urgencia social. Creo que el cardenal quiere decir que hay que redoblar los esfuerzos para dar prestaciones de calidad que permitan vivir la enfermedad y, en su caso la muerte, en un marco de excelencia.
P. Amigo dijo que la ley es "un entretenimiento indigno".
F. A. Tiene perfecto derecho a decir que a lo mejor no hab¨ªa que entretenerse tanto en esto y s¨ª m¨¢s en que no haya tres pacientes por habitaci¨®n en algunos hospitales, sino uno. La reflexi¨®n que Amigo hace es pertinente. Su sensibilidad franciscana le hace cuidar especialmente la vida.
P. ?Usted calificar¨ªa la ley en la que est¨¢ trabajando como un entretenimiento indigno?
F. A. No. Pero el tema es que su apreciaci¨®n al decir entretenimiento es llamar la atenci¨®n sobre otros temas importantes.
P. S. A m¨ª no me cabe la menor duda de que cuando Amigo y otros miembros de la jerarqu¨ªa lean el texto se van a dar cuenta de que no contradice ning¨²n postulado de la doctrina oficial.
P. ?Pasar¨ªa esta ley el filtro del Vaticano?
F. A. Claro que s¨ª. La norma tiene un marco de argumentaci¨®n y reflexi¨®n que no tiene dificultad en ser asumido.
P. El caso de Inmaculada Echevarr¨ªa [la mujer que pidi¨® en p¨²blico que le retiraran el respirador artificial y tard¨® seis meses en lograrlo] corresponde a un supuesto que la ley regular¨¢, y la Iglesia se opuso a su petici¨®n.
F. A. Eso tiene sus matices. Ese caso se resolvi¨® y no hubo un posicionamiento oficial en contra de la Conferencia Episcopal.
P. S. Es muy importante. No hubo pronunciamiento oficial, s¨®lo opiniones de algunos obispos.
P. Estaba ingresada en un hospital religioso y tuvo que irse a uno p¨²blico para morir.
F. A. Lo que hemos hecho durante 2.000 a?os los cristianos ha sido acompa?ar a bien morir. Lo que pasa es que hemos vivido un salto cualitativo. Acompa?ar a bien morir hace 80 a?os en el caso de Echevarr¨ªa no hubiera tenido ninguna dificultad. Pero hemos incorporado una alta tecnolog¨ªa de soporte vital que nos plantea otros problemas. Aqu¨ª es donde surge la necesidad de repensar la forma para acompa?ar a bien morir. Lo m¨¢s humano de lo humano y lo m¨¢s cristiano de lo cristiano es evitar que alguien se muera como un perro.
P. ?La ley simplificar¨¢ casos como el de Echevarr¨ªa para evitar que se conviertan en un drama p¨²blico?
F. A. Creo que llevar al ¨¢mbito medi¨¢tico cuestiones tan ¨ªntimas como la muerte de Echevarr¨ªa es profundamente inmoral.
P. En aquel caso quien busc¨® a los medios fue ella, convencida de que, si no, nunca resolver¨ªa su problema.
F. A. Empez¨® pidiendo eutanasia y luego descubrimos que no era tal. Es verdad que fue ella la que busc¨® a los medios, pero sabiendo que al t¨¦rmino eutanasia hay una respuesta inmediata porque genera morbo.
P. S. Aquel caso se resolvi¨® con la ley de autonom¨ªa del paciente, no necesit¨® un marco nuevo. Para eso ser¨¢ ¨²til la ley, que contextualiza pr¨¢cticas en una formulaci¨®n jur¨ªdica que ya existe. Ese caso fue important¨ªsimo y hay que agradecerle a Inmaculada su valent¨ªa de sacarlo al foro p¨²blico. Sacrificando su privacidad nos permiti¨® debatir el tema.
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