Delirio total
Cientos de miles de aficionados reciben a los campeones de Europa - Los jugadores se dieron un ba?o de masas en Col¨®n, adonde llegaron en un autob¨²s descapotable
La azafata m¨¢s fotografiada de Espa?a abri¨® la puerta del avi¨®n y el centenar de objetivos y c¨¢maras que esperaban a pie de pista en el aeropuerto de Barajas captaron la imagen m¨¢s esperada. Eran las 19.55 y Luis Aragon¨¦s e Iker Casillas sosten¨ªan la Copa de Europa por las orejas con cari?o. Detr¨¢s, en fila india, los 22 futbolistas restantes que se coronaron como reyes del continente esperaban su turno como pod¨ªan, desatados por la alegr¨ªa.
Las caras de somnolencia y las lega?as los delataban. La noche se hab¨ªa alargado hasta las 10.00 y el avi¨®n, con las azafatas siguiendo el ritmo hipn¨®tico de la Macarena, no hab¨ªa servido para descansar un poco ante la fiesta que se avecinaba. A medida que caminaron hacia el autob¨²s descapotable que los transport¨® a la plaza de Col¨®n, se fueron despertando. Regresaron las bromas, los c¨¢nticos y los bailes. En el autocar les esperaba una sorpresa. Una nevera llena de cervezas les termin¨® de encender.
Pepe Reina fue el principal maestro de ceremonias de principio a fin
"Sois el mejor equipo del mundo", les dijo un emocionado Luis a sus jugadores
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Hac¨ªa 20 a?os que Espa?a no jugaba la final |
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R¨¢pidamente se reestableci¨® el n¨²cleo duro de las bromas en el grupo. Villa se hizo con el micr¨®fono, mientras le acompa?aban en los coros Capdevila y Reina. Cazorla se convirti¨® en el ni?o con el que todos jugaban. Al peque?o mediapunta lo zarandearon y lo ba?aron en cerveza. A pocos metros, Ramos y Torres se subieron a las esquinas delanteras del autob¨²s. Quer¨ªan llegar a Col¨®n desde una posici¨®n privilegiada y no pensaban ceder sus tronos. Ni siquiera se sirvieron las copas del improvisado botell¨®n, que reclamaban a cualquiera de sus compa?eros.
No hab¨ªan llegado a¨²n los jugadores a la plaza de Col¨®n, pero los aficionados casi pod¨ªan acariciarlos. Los gritos y aplausos se hac¨ªan sentir por la carretera de Barcelona, el camino que sigui¨® el autob¨²s que, escoltado por varias furgonetas de la polic¨ªa, traslad¨® a la selecci¨®n desde Barajas a la plaza de Col¨®n. Los aficionados a¨²n tuvieron que aguantar, bajo un sol de castigo, m¨¢s de una hora. Hasta que, por fin, los h¨¦roes llegaron a la fiesta.
"Espa?a siempre" se pod¨ªa leer a un lado del autob¨²s, en blanco y con letras may¨²sculas. Al otro lado, el lema de una marca publicitaria en ingl¨¦s acaparaba la atenci¨®n: "Impossible is nothing". Porque esta vez nada era imposible.
Y claro, el delirio se adue?¨® del respetable, que inund¨® buena parte d el Paseo de la Castellana. Durante todo el trayecto, a la selecci¨®n la acompa?¨® una caravana de motos, muchas ondeando banderas. Algunos coches, estacionados en el arc¨¦n, hac¨ªan sonar el claxon al paso de los campeones, que no se cansaban de saludar. Arriba, todos con la camiseta roja, excepto Casillas, Reina y Palop, vestidos con la camiseta amarilla de los porteros. Todos iban con la zamarra que les acompa?aron durante los 22 d¨ªas que dur¨® el torneo. Todos menos uno, Sergio Ramos, que vest¨ªa una camiseta blanca con el n¨²mero 16 a la espalda y la foto de Antonio Puerta -tal y como hizo al t¨¦rmino del partido con Alemania-, futbolista del Sevilla y su amigo, ya fallecido. Ahora era el momento de celebrarlo con la afici¨®n.
Villa, con un pa?uelo atado en la cabeza, se erigi¨® como maestro de ceremonias en el autob¨²s. Micr¨®fono en mano, marcaba el ritmo de la verbena que se mont¨® en el veh¨ªculo. No todos le segu¨ªan. Pepe Reina, un agitador, saltaba a su antojo mientras sujetaba un vaso de tubo. Juanito le secundaba. Mientras, Xavi y otros agitaban latas de cerveza.
La emoci¨®n de los futbolistas era palpable. Incluso abusaron de sus tel¨¦fonos m¨®viles para guardar en im¨¢genes un recuerdo imborrable. A la vez, la Copa iba pasando de mano en mano. De Ramos, al pichici Villa. De Villa a G¨¹iza. Y de G¨¹iza a Torres, el h¨¦roe de la final, encaramado al borde del autob¨²s, liderando la euforia del equipo. Entre todos ellos, el seleccionador, Luis Aragon¨¦s, que se anim¨® a bailar la cucaracha. Tambi¨¦n se apunt¨® a cantar el Porompompero abrazado a Manolo Escobar. Pero, general, Luis dej¨® a sus chicos todo el protagonismo y se mantuvo en segundo plano. Eso s¨ª, con una mueca por sonrisa. Masticando la alegr¨ªa. Digiriendo el triunfo. Asimilando lo que sus ojos hac¨ªa 44 a?os que no ve¨ªan. Tan emocionado estaba que sucumbi¨® a la petici¨®n de los aficionados, que le ped¨ªan que saltara. Y Aragon¨¦s salt¨®.
Entonces, una hora y cuarto despu¨¦s de aterrizar en Barajas, lleg¨® el momento culminante. Con De la Red y Arbeloa en primera fila. Con Sergio Ramos agitando una bandera andaluza. Pepe Reina con un sombrero de paja, abrazado a Marchena. Esper¨¢ndoles estaban dos chicos, peluca negra sobre sus cabezas, camiseta del Recreativo y la bandera roja y amarilla anudada al cuello. Antes hab¨ªan matado las horas disfrutando de sus 15 segundos de fama. Cada vez que aparec¨ªa una c¨¢mara de televisi¨®n, all¨ª estaban ellos: "Hemos ganado. ?C¨®mo no vamos a estar de cachondeo?". Al un¨ªsono, como sus nombres, los dos Sergio, de 32 y 28 a?os, hab¨ªan agarrado el coche el viernes desde Huelva para vivir en la capital la final del Europeo. El mayor explicaba que no se lo pensaron dos veces: "Nos vinimos a la aventura. Yo estoy de baja, y ¨¦l de vacaciones. Vamos a estar aqu¨ª hasta que acabe la fiesta. Y luego, a descansar y para Huelva". Los dos ten¨ªan un deseo por encima de todo: "Nos gustar¨ªa felicitar a Santi Cazorla". Y all¨ª estaba el asturiano, entre Xavi y Xabi Alonso, celebr¨¢ndolo con un brindis cuando lo permit¨ªan los abrazos. El protocolo brillaba por su ausencia. Los jugadores hac¨ªan la conga, con la Copa de Campeones de Europa como gran invitada. Como la ocasi¨®n tambi¨¦n lo requer¨ªa, tambi¨¦n mantearon a Reina, pero sobre todo a Luis, que se lo agradeci¨® a los jugadores: "Tengo el mejor equipo del mundo". Antes, hubo tiempo para el recuerdo al m¨¦dico de la selecci¨®n, Genaro Borr¨¢s, que falleci¨® hace pocas semanas. Una pancarta rezaba: "Va por ti Genaro".
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