Oficios para listos
La prensa estatal cubana refleja los inventos y ma?as del pueblo para subsistir
En Pinar del R¨ªo circulan alrededor de 450 camiones y furgonetas privadas que consumen di¨¦sel. Pero en esta provincia cubana, con una poblaci¨®n de 730.000 habitantes, s¨®lo se venden 60 euros diarios de este combustible en las gasolineras del Estado. El dato lo divulg¨® el 16 de junio el semanario Trabajadores junto a esta tierna coletilla: "Los especialistas razonan que detr¨¢s de esa gran incoherencia puede haber delito".
Un mes antes, el diario Granma ofreci¨® una detallada informaci¨®n sobre la crisis de la f¨¢brica de conservas La Conchita. Fundada en 1937, en sus buenos tiempos La Conchita lleg¨® a procesar 28 toneladas de tomate y 18 de guayaba por campa?a, pero de pronto los cubanos se enteraron de que la isla importaba coco de Sri Lanka, guayaba de Brasil y tomate de China. ?La causa? La incapacidad de las empresas agr¨ªcolas estatales de suministrar a la industria del enlatado frutas y verduras que en muchas ocasiones se pudren en los campos.
"Despu¨¦s de multarlos, habr¨ªa que condecorarlos", dice un economista
En La Habana existen 12.000 contenedores de basura. Pero hacen falta 18.000. El problema es serio, pues cada a?o 1.000 de estos dep¨®sitos "quedan inutilizados", dec¨ªa Granma el 14 de abril. Una de las razones es que la gente roba las ruedas de los contenedores para hacer carretillas. El diario inform¨® de que en los ¨²ltimos meses ha sido decomisado "un grupo de estas carretillas" y que "a sus due?os les fueron impuestas severas multas".
S¨®lo con recuperar algunas de las noticias que divulga la controlada prensa oficial, uno puede hacer una radiograf¨ªa bastante real de Cuba y de sus males "estructurales" y econ¨®micos. A las informaciones sobre "desv¨ªo de recursos" y "faltantes" escandalosos -es decir, de robos- se suman las de ineficiencias y dejadeces m¨²ltiples, junto a otras curiosidades econ¨®micas.
Por ejemplo, ¨²nicamente en Cuba existen profesiones como la de "vendedor de jabas" o la de "menudero". En la isla llaman jabas a las bolsas de pl¨¢stico, y como en muchas tiendas estatales y agromercados no las hay, son legi¨®n los que venden las consabidas jabitas a las puertas del establecimiento -en muchas ocasiones suministradas por los propios dependientes-, a un peso cubano la unidad. Lo publicaba Granma en su secci¨®n Cartas a la direcci¨®n (16 de junio), y una semana m¨¢s tarde, en la misma p¨¢gina otro cubano criticaba a los que se dedican a cambiar dinero menudo en las paradas de guaguas con comisiones leoninas.
Ocurre que el precio del pasaje de los autobuses chinos que ahora circulan por La Habana es de 40 centavos, pero como los ch¨®feres no llevan cambio, al usuario que no tiene monedas no le queda m¨¢s remedio que depositar en la alcanc¨ªa el peso completo. Alg¨²n listo invent¨® el nuevo negocio: cambiar a pie de guagua los billetes de peso por ochenta centavos en menudo, y as¨ª gana todo el mundo.
En otro art¨ªculo titulado Asedio a las torres, el diario Tribuna denunciaba en marzo que "elementos inescrupulosos arremeten" contra las torres de alta tensi¨®n para sustraer los angulares de hierro de su estructura. Dada la escasez de estos materiales, estas piezas resuelven a herreros y particulares, pero las torres canibaleadas se debilitan y se teme un desastre.
La columna Acuse de recibo, de Jos¨¦ Alejandro Rodr¨ªguez, en el diario Juventud Rebelde, se ha convertido en una p¨¢gina cat¨¢rtica, a la vez que un collage realista y demoledor de la situaci¨®n a la que se ha llegado en Cuba debido al estatismo excesivo y la consabida burocracia. En febrero, Rodr¨ªguez cuenta el caso de un hombre al que se le rompen las gafas y acude a una ¨®ptica estatal. "Hizo su buena cola, y cuando lleg¨® su turno el dependiente le dijo: 'no se los puedo aceptar porque no est¨¢n rotos'. La pata pend¨ªa de casi nada, pero de acuerdo con las orientaciones no se pod¨ªan recibir. Entonces, el hombre le pidi¨® los espejuelos al dependiente, les arranc¨® de cuajo la canija pata, y le pregunt¨®: ?Ahora est¨¢n en condiciones?". El empleado asinti¨® y "en cinco minutos se los arreglaron por s¨®lo cinco pesos".
En un programa radial, el teniente coronel de la polic¨ªa ?ngel D¨ªaz dio a conocer la reciente "desarticulaci¨®n" de una f¨¢brica clandestina de latas de leche condensada. El 17 de junio, Granma public¨® que, como parte de una "ofensiva contra las indisciplinas sociales", fueron cerrados en La Habana 13 talleres y 10 almacenes clandestinos, en un operativo policial en el que "se incautaron 1.938 platos, 1.575 pozuelos, 2.049 pinzas para el cabello, as¨ª como maquinarias para la fabricaci¨®n de objetos de pl¨¢stico y aluminio".
Fueron abiertos diez expedientes judiciales por "actividad econ¨®mica il¨ªcita" y a 50 implicados se les impusieron multas. Un economista cubano, al conocer la noticia, coment¨®: "No se pueden consentir las ilegalidades, pero alguien deber¨ªa analizar por qu¨¦ el Estado no es capaz de producir y resolver necesidades que los particulares resuelven con medios precarios. A esta gente, despu¨¦s de multarlos habr¨ªa que condecorarlos y dejarles abrir una peque?a empresita".
Las declaraciones cr¨ªticas de importantes dirigentes tambi¨¦n son reveladoras de la situaci¨®n. El 8 de junio, al informar de un encuentro del vicepresidente Carlos Lage con los presidentes de los 169 municipios de la isla, Juventud Rebelde citaba estas palabras suyas: "La primera tarea de un jefe es que no le roben".
Un d¨ªa despu¨¦s, Granma informaba de una "asamblea de balance" del PCC en la provincia de La Habana. La miembro del secretariado del Comit¨¦ Central Mar¨ªa del Carmen Concepci¨®n llam¨® a los militantes a no repetir los "errores" del pasado. "O resolvemos los problemas, o destruimos la revoluci¨®n que tanta sangre y sudor ha costado", dijo. En la misma asamblea fue destituido el m¨¢ximo responsable del Partido Comunista en la provincia, Iv¨¢n Ordaz Curbelo, "por cometer errores e indisciplinas incompatibles con sus responsabilidades".
Por supuesto, de las razones concretas no sali¨® en la prensa ni una palabra. Pero ni falta que hace; con lo que se publica, basta: ah¨ª est¨¢, con datos oficiales, la magnitud del reto que tienen ante s¨ª la revoluci¨®n y el Gobierno de Ra¨²l Castro.
Un caso especialmente 'ejemplar'
La noticia del semanario Trabajadores sobre la "incoherencia" de las ventas de combustible en Pinar del R¨ªo -una provincia de extensi¨®n similar a la de Valencia que despacha ¨²nicamente 60 euros diarios de di¨¦sel en la red de gasolineras del Estado- ser¨ªa s¨®lo una m¨¢s del cat¨¢logo de surrealismos criollos si no fuera porque precisamente fue en Pinar del R¨ªo, hace dos a?os y medio, donde comenz¨® la lucha de Fidel Castro contra el desfalco de combustible al Estado.
El ex mandatario cubano orden¨® a finales de 2005 a una tropa de trabajadores sociales bajo su mando tomar las gasolineras estatales para poner en cintura a ladrones y "despilfarradores". La experiencia se inici¨® en Pinar y se extendi¨® al resto del pa¨ªs, y en s¨®lo dos meses Castro dio su veredicto: el pa¨ªs "ahorrar¨ªa" m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares (635 millones de euros) con las nuevas medidas de control, que inclu¨ªan instalar en cada cami¨®n y cada tractor estatal un sistema de localizaci¨®n por sat¨¦lite (GPS). Dos a?os despu¨¦s, el di¨¦sel sigue vendi¨¦ndose a cuatro pesos cubanos (10 centavos de euro) en el mercado negro. Y hasta Trabajadores bromea con la "paradoja" energ¨¦tica de los 60 euros: "Como si tuvi¨¦ramos los veh¨ªculos m¨¢s eficientes del mundo".
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