?Hacia d¨®nde corre el arte?
Una 'performance' con 50 atletas en la Tate Britain reabre el debate sobre los l¨ªmites de la creaci¨®n - El autor, Martin Creed, gan¨® el Premio Turner en 2001
Que una instituci¨®n venerable como la Tate Britain londinense conmine a sus visitantes a "abstenerse de correr y de obstruir los pasillos por motivos de seguridad" sorprende, pero la exposici¨®n que ha propiciado esta orden va m¨¢s all¨¢: remueve los pilares del arte conceptual.
La galer¨ªa Duveen -86 metros de longitud flanqueados por esculturas neocl¨¢sicas- se convertir¨¢ durante los pr¨®ximos cuatro meses en la pista de carreras de un grupo de velocistas amateurs, que van relev¨¢ndose en intervalos de 30 segundos. "Si se piensa sobre la muerte como estar completamente quieto, entonces el mayor movimiento posible, correr, es lo contrario a la muerte y un signo de vida", ha declarado Martin Creed, autor de la propuesta, titulada Work No 850. La exhibici¨®n, como era previsible, ha dividido a los expertos. Adrian Searle, en The Guardian, salud¨® la "explosi¨®n de vitalidad", y Rachel Campbell-Johntson, cr¨ªtica de arte de The Times, el "elogio de la anatom¨ªa humana". Pero hay disensiones.
Algunos consideran la exhibici¨®n una simp¨¢tica tomadura de pelo, am¨¦n de recordar que uno de sus patrocinadores es una conocida marca de ropa deportiva (Puma). "Creed alega que siempre le ha gustado ver correr a la gente. Pues bien, a algunas personas les encanta contemplar el paso de los trenes, pero tienen las buenas formas y modestia de guard¨¢rselo para ellos", dictamin¨® David Lee, director de la revista especializada The Jackdaw.
La Tate Britain aspira a que la tremenda publicidad que ha rodeado el evento apuntale la afluencia de p¨²blico. Su hermana, la Tate Modern, recibe el doble de visitantes. Las previsiones se vieron cumplidas ayer, jornada inaugural de la performance, si bien la inevitable pregunta (?es esto arte?) flotaba en el ambiente. Por lo pronto, la visita obliga a comprobar ambos flancos antes de adentrarse en los pasillos para evitar el riesgo de colisi¨®n con uno de los 50 corredores, fichados en clubes locales a raz¨®n de 10 libras (12,65 euros) la hora, la minuta que suele cobrar una asistenta de hogar.
Para los turistas que pretenden consumar un exhaustivo recorrido por Londres en un somero fin de semana, la fuente de inspiraci¨®n de Martin Creed para Work No 850 quiz¨¢ resulte tonificante: nace de una visita realizada a la cripta de los monjes capuchinos en Palermo (Sicilia), que tuvo que completar a la carrera puesto que lleg¨® cinco minutos antes del cierre.
El hecho de que el trabajo de Creed, alentado por la sala de subastas Sotheby's, se perfile como uno de los acontecimientos culturales del verano, ha animado el debate sobre los derroteros del arte contempor¨¢neo. Los detractores han tildado la exposici¨®n de oportunista -se monta en plena antesala de los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn-, pero su autor es un artista consagrado, merecedor del Premio Turner en 2001 por una obra (Work No 227) que consist¨ªa en una habitaci¨®n cuyas luces se encend¨ªan y apagaban de forma intermitente. El aludido, de 40 a?os, resume su singladura art¨ªstica en la "exploraci¨®n de las actividades b¨¢sicas humanas", como el v¨®mito, las defecaciones, el sexo y, ahora, la acci¨®n de correr. Y, pese a quien pese, la cotizaci¨®n de sus obras confirma que se ha ganado un espacio en el panorama art¨ªstico: los trabajos de Creed llegaron a venderse por 100.000 libras (126.518,21 euros) antes de este ejercicio en la Tate.Una marca de ropa deportiva patrocina la exhibici¨®n, de cuatro meses
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