La fiesta del derroche ha terminado
Los ricos europeos se apuntan a la crisis y suspenden gastos de lujo - Y los pobres y clases medias renuncian a piso, restaurantes, viajes o electrodom¨¦sticos - El ciclo del alto consumo ha concluido
Francis Scott Fitzgerald estaba completamente equivocado. Los ricos no son tan distintos. Cuando la crisis arrecia, cuando el paro acecha, ahora que cae la Bolsa, que baja el valor de la vivienda y que los bancos conceden menos cr¨¦ditos -y bastante m¨¢s caros-, las clases medias y bajas consumen menos. Ahorran m¨¢s por lo que pueda venir. Y los ricos hacen lo mismo. Exactamente igual.
Jes¨²s Hern¨¢ndez es directivo de Astondoa, uno de los constructores espa?oles de yates de gran eslora. Los yates notan la crisis; en especial, aunque parezca mentira, el final de la burbuja inmobiliaria, porque entre quienes compran yates destacan, los magnates del ladrillo. Su gama de precios va de los 300.000 a los tres millones de euros. "El par¨®n del ladrillazo ha sido una pedrada para los segmentos m¨¢s baratos... y para los m¨¢s caros", explica Hern¨¢ndez desde Santa Pola.
El lujo recurre a los pa¨ªses emergentes ante las flojas ventas en Occidente
El Gobierno dice que el paro puede llegar al 11% en 2009
"Salimos menos e intentamos ahorrar en las compras peque?as del s¨²per"
La variable clave en Espa?a es la fuerte ca¨ªda de la confianza del consumidor
Luis Nueno: "Las firmas de coches van de oferta. Ahora se negocia como nunca"
La ca¨ªda de ventas en el comercio ronda el 10%, tambi¨¦n en grandes superficies
Desde noviembre de 2007 se han ca¨ªdo el 60% de los pedidos despu¨¦s de 10 a?os de muy buenas ventas de yates, coincidiendo con la ¨¦poca dorada de la econom¨ªa espa?ola, con el consumo privado y la vivienda tirando a todo tren. The fiesta is over, asegura un gran banco de inversi¨®n estadounidense respecto a la d¨¦cada larga de vacas gordas de la econom¨ªa espa?ola. En Rom¨¢n Paladino: la fiesta se acab¨®.
El ejecutivo de Astondoa cuenta el caso de un constructor malague?o que el verano pasado adelant¨® 250.000 euros para comprarse una embarcaci¨®n. Los yates se construyen a medida, pero tardan unos meses en salir del astillero. El constructor no pod¨ªa imaginarse que algo aparentemente tan ex¨®tico como las subprime -las hipotecas basura- le iba a explotar en la cara. Empezaron las turbulencias, la crisis financiera se traslad¨® a la econom¨ªa real y la burbuja inmobiliaria estall¨® en EE UU y en Espa?a. A pesar de la se?al de un cuarto de mill¨®n de euros, el empresario se ech¨® atr¨¢s en la compra del yate ante el desplome de la vivienda. "Ha tenido que vend¨¦rselo a un italiano perdiendo dinero y sin haberlo estrenado. Y como ese caso hay muchos: los yates, como los coches de lujo o la joyer¨ªa, est¨¢n en el escalaf¨®n m¨¢s alto de lo prescindible cuando viene la crisis", cierra Hern¨¢ndez.
El consumo de bienes de lujo nota la crisis en Espa?a y en general en el mundo occidental. Pero las grandes marcas resisten bien. Se trata de una crisis peculiar, originada en EE UU y muy concentrada en los pa¨ªses avanzados. A diferencia de otras veces, los pa¨ªses en desarrollo aguantan bien -o muy bien- el embate, y el n¨²mero de ricos no deja de crecer hasta tal punto que firmas tan distintas como LVMH o Ferrari han puesto sus ojos en los nuevos millonarios rusos, chinos e indios para paliar el declive de las ventas en sus mercados tradicionales.
Pero volvamos a Espa?a. "Los consumidores de altos ingresos son los l¨ªderes del reba?o. Cuando ellos empiezan a controlar el gasto, todos vamos barranco abajo", afirma Joseph Bruselas, economista jefe de Ideaglobal. Y eso es lo que sucede ahora. Los ricos consumen menos. Y las clases medias-bajas y bajas, muy sensibles a la subida estratosf¨¦rica de los precios de la energ¨ªa y los alimentos, empiezan a hacer lo mismo. Gastan menos en salir, en cenar fuera, compran todo en rebajas y se pasan a las marcas blancas en el supermercado. Las clases medias tambi¨¦n est¨¢n notando mucho el frenazo: la subida de los tipos de inter¨¦s hace mella en el bolsillo, y los que ya tienen pagada la hipoteca ven c¨®mo su casa vale menos de lo que pensaban, o que dif¨ªcilmente van a venderla por el par¨®n de ventas.
Adi¨®s al manido efecto riqueza que ha sostenido el consumo en los ¨²ltimos a?os. El economista norteamericano Milton Friedman asegur¨® a finales de los cincuenta que el consumo privado depende de la riqueza de las familias. Ese concepto de riqueza incluye el total de ingresos de los hogares, tanto los corrientes (encabezados por los salarios) como los que percibir¨¢n en el futuro; y del valor de sus activos (en Espa?a, encabezados por la vivienda). Por un lado, el paro empieza a asomarse en el horizonte: menos consumo. Y por otro, la vivienda se desploma: a¨²n menos consumo. La investigadora del Banco de Espa?a Olympia Bover ha estimado que un aumento del valor de la vivienda de 100 euros llevar¨ªa a un aumento en el consumo de las familias espa?olas de dos euros (un efecto mucho m¨¢s modesto que en el caso de las familias anglosajonas, por cierto). Esa tesis explica perfectamente el empuje del consumo en los ¨²ltimos a?os. El problema es que ahora la vivienda cae. Y el efecto negativo de esa ca¨ªda sobre el consumo es mucho mayor.
Corr¨ªa el a?o 2006 cuando Marcelo Geli y su novia decidieron dejar de vivir de alquiler en el centro de Barcelona para comprarse un piso en Sabadell, a unos 20 kil¨®metros de la capital catalana. "Cosas de treinta?eros", ironiza Marcelo. "Con la hipoteca compramos casa, coche, y hasta nos dio para los muebles. El propio banco nos lo sugiri¨®", confiesa. Dos a?os despu¨¦s, la letra del piso les ha subido unos 350 euros y la pareja destina un sueldo ¨ªntegro a la hipoteca y el otro "a ir tirando", dice, y esta vez ya sin asomo de iron¨ªa. Ir tirando se traduce en decir adi¨®s a las vacaciones y a los caprichos: "Compramos menos, salimos menos, intentamos ahorrar en las compras peque?as del s¨²per y retrasamos al m¨¢ximo las m¨¢s caras: quer¨ªamos un lavavajillas, pero seguiremos lavando los platos a mano". Con la ¨²ltima revisi¨®n de la hipoteca, hace dos meses, decidieron "comprar la ropa en rebajas, olvidarnos de las vacaciones y abandonar un tratamiento con productos diet¨¦ticos, entre otras cosas", a?ade.
Si lo de Marcelo es desaceleraci¨®n, lo de C¨¦sar Reino es crisis.
C¨¦sar es de San Sebasti¨¢n y acaba de quedarse en paro. Trabajaba en la misma empresa desde hace ocho a?os y estaba buscando piso para comprarlo con su novia, Marta, con quien vive de alquiler en un piso protegido de 35 metros cuadrados. "Adi¨®s al piso y adi¨®s a las vacaciones, al menos hasta que encuentre algo", dice.
Pero lo sorprendente es que ese tipo de decisiones ha calado en todos los estratos sociales. En esta tesitura los ricos tambi¨¦n han frenado las compras. "Sobre todo los de origen inmobiliario: quien m¨¢s y quien menos se ha pillado los dedos", afirma Jos¨¦ Luis Nueno, profesor del IESE. "Hay una tipolog¨ªa de nuevo rico que vendi¨® la f¨¢brica y se meti¨® en promociones de viviendas. Son los del Porsche Cayenne, los de las operaciones de est¨¦tica, los que gastaban fortunas en productos diet¨¦ticos. ?sos han dejado de comprar. Otros muchos tienen el miedo en el cuerpo y se han puesto a ahorrar por lo que pueda venir. Y eso se nota en todos los sectores", afirma Nueno.
Hay un buen pu?ado de industrias que han florecido en estos a?os de bonanza. Est¨¦tica, diet¨¦tica, tantas otras cosas. No forman parte de los productos b¨¢sicos en la cesta de la compra, pero crean empleo y han sido protagonistas en la fuerte expansi¨®n de la econom¨ªa espa?ola. "Todo eso va a sufrir de veras la crisis. Todo lo superfluo, todo lo que no sea esencialmente necesario va a consumirse mucho menos o nada", sostiene Nueno.
Se llame como se llame -desaceleraci¨®n acelerada, ajuste brusco o simple y llanamente crisis-, el hecho es que la econom¨ªa espa?ola ha cerrado abruptamente un ciclo de bonanza de 14 a?os y el consumo, uno de los motores de los ¨²ltimos a?os, se deshincha. La ca¨ªda de ventas en el comercio ronda el 10%, y esa cifra es aplicable tambi¨¦n, seg¨²n los analistas, a las grandes superficies. Todos los sectores est¨¢n notando la situaci¨®n. La vivienda, desde luego, pero tambi¨¦n todos los negocios relacionados con ese sector -equipamiento del hogar, electrodom¨¦sticos, decoraci¨®n, textil del hogar y un largo y doloroso etc¨¦tera- o las ventas de coches, desde los de segunda mano hasta los caros todoterrenos. O las de jam¨®n de pata negra, que caen un 40% este a?o.
"Tras casi 15 a?os de vacas gordas no hay soci¨®logo que se atreva a aventurar ahora cu¨¢l va a ser el comportamiento de los consumidores, ya sea de rentas altas, medias o bajas, ante un t¨²nel que puede ser largo, bastante largo o incluso muy largo", explica Ant¨®n Costas, de la Universidad de Barcelona. "El lujo lo va a notar de veras", a?ade Gerard Costa, de Esade, que califica como "burbuja de consumo" lo que ha ocurrido en los ¨²ltimos a?os. "Es una crisis rara, que no ha llegado de un d¨ªa para otro como la de 2001, y que arranca con la gente muy tocada financieramente, muy endeudada. Si el sistema se regula solo no habr¨¢ grandes problemas. Pero si el Gobierno se empe?a en atemperar el bofet¨®n, la situaci¨®n puede empeorar", dice.
Pese al consumo de los nuevos ricos en mercados emergentes, el lujo nota la crisis en Europa. "Va a ser un a?o dif¨ªcil, como ya hemos visto en los primeros meses de 2008", explicaba hace unos d¨ªas Leonardo Ferragamo, de la asociaci¨®n italiana de moda Altagamma. "En el lujo, como en los coches de m¨¢s cilindrada, la ca¨ªda del consumo tiene que ver con una hiperreacci¨®n propia del cambio de ciclo: no se consume por lo que pueda venir. Es m¨¢s una cuesti¨®n psicol¨®gica, de percepci¨®n, de falta de confianza, que cualquier otra cosa", asegura Josep Oliver, de la Aut¨®noma de Barcelona. "Pero esa ca¨ªda tambi¨¦n tiene que ver", a?ade, "con 10 a?os de excesos. La gente tiene de todo, y ahora va a prescindir de lo que no sea necesario".
Los problemas se ven en la televisi¨®n y en los escaparates. "Las firmas de coches van de oferta y ahora se puede negociar como nunca. En los pisos hay descuentos dram¨¢ticos. Y las rebajas en teor¨ªa empiezan ahora, pero en realidad hace meses que vemos grandes ofertas", apunta Nueno.
En econom¨ªa, las crisis se retroalimentan en una suerte de c¨ªrculo vicioso: "Se consume menos, entonces las empresas invierten menos y echan a trabajadores, y eso a su vez reduce a¨²n m¨¢s el consumo", afirma Rafael Pampill¨®n, del IE Business School. Romper ese c¨ªrculo no es f¨¢cil. Los expertos creen que la traves¨ªa del desierto durar¨¢ un par de a?os. "Todo depende del empleo. El Gobierno dice que el paro puede llegar al 11% en 2009, pero se puede ir al 15%. Si eso ocurre la gente no va a tener m¨¢s remedio que ajustarse el cintur¨®n, algo a lo que no estamos acostumbrados porque hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades", sostiene el analista Gonzalo Bernardos.
La frase del genial Scott Fitzgerald ven¨ªa a decir que los ricos "son diferentes que usted y yo". La r¨¦plica de Ernest Hemingway fue muy celebrada en su d¨ªa: "S¨ª, tienen m¨¢s dinero que nosotros".
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