La esperanza no es verde

El ejemplo de Esperanza Aguirre ha cundido entre los funcionarios y trabajadores de la Comunidad de Madrid. En las semanas previas al congreso del Partido Popular, la autoproclamada lideresa liberal pronunci¨® un sentido discurso en el que, m¨¢s que los contenidos, importaba una coletilla que tal vez so?¨® legar a la posteridad, poni¨¦ndola a la altura de otras frases c¨¦lebres. Como Martin Luther King evocando su sue?o al t¨¦rmino de la marcha sobre Washington, la presidenta de la Comunidad de Madrid clam¨® desde el Casino de la capital: "?No me resigno!". Han pasado las turbulencias y Esperanza Aguirre se encuentra con que su grito ha prendido donde menos lo pensaba, y es cada vez m¨¢s frecuente verla en actos e inauguraciones siendo increpada por el personal de cualquier servicio. Al parecer, tampoco ellos se resignan, y han comenzado a denunciar una gesti¨®n que ha logrado una combinaci¨®n de manipulaci¨®n y desparpajo sin igual en el resto del pa¨ªs.

Por segunda vez en una semana, tampoco se han resignado los trabajadores de Telemadrid y de Onda Madrid, los dos medios que posee la Comunidad. Durante 24 horas, Aguirre se ha visto privada de uno de los m¨¢s costosos aparatos de propaganda puestos en pie por un partido pol¨ªtico, aunque sea escondi¨¦ndose detr¨¢s de un Gobierno aut¨®nomo. Los t¨¦cnicos y redactores han ido a la huelga con motivo del convenio que negocian, pero no han dejado pasar la oportunidad de denunciar la manipulaci¨®n informativa que lleva a cabo el Gobierno de Aguirre.

Durante 24 horas, Telemadrid ha cortado la se?al y Onda Madrid no ha emitido un solo sonido, al igual que sucedi¨® hace una semana. Si hasta ahora la esperanza se simbolizaba con el color verde, parece que en esta ocasi¨®n es el negro de las pantallas el que mejor la representa. M¨¢s all¨¢ del conflicto laboral que ha llevado a t¨¦cnicos y redactores a la huelga, el apag¨®n de los medios dependientes de la Comunidad de Madrid es prueba de que la consigna de la presidenta Aguirre ha triunfado, aunque seguramente a su pesar. Como ella, ya nadie se resigna.