Lengua com¨²n y sociedad en com¨²n
Lengua propia (catal¨¢n); biling¨¹ismo (catal¨¢n y castellano); multiling¨¹ismo (todas las lenguas que se hablan en Catalunya, desde el urdu al quechua o al aymar¨¢); inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica; lengua vehicular; padres que tienen derecho a pedir que sus hijos sean educados en castellano; ciudadanos que tienen derecho a ser atendidos tambi¨¦n en castellano...
Las perspectivas recurrentes para el debate sobre el papel del castellano en Catalunya tras la llegada de la democracia son reconocibles desde hace m¨¢s de treinta a?os. Subrayo: tras la democracia, ya que lo anterior pertenece a la historia de la dictadura franquista y no puede contar como parte de la discusi¨®n actual. S¨®lo un ¨¢ngulo es nuevo, el del multiling¨¹ismo, de frecuente aparici¨®n estrat¨¦gica en ciertos sectores acad¨¦micos catalanes, que consideran que as¨ª se neutralizar¨ªa la poderosa y tal vez m¨¢s realista afirmaci¨®n del biling¨¹ismo en Catalunya. Ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil, se arguye en esos medios, que el catal¨¢n sobreviviese como lengua com¨²n en una sociedad que se definiese -y se viviese- como multiling¨¹e. Esto, no obstante, no puede traducirse en el sistema educativo, porque no podr¨ªa recogerse en la ense?anza p¨²blica o concertada.
No he encontrado a nadie que tuviese problemas por hablar en castellano
Pertenezco a ese ¨¢mbito que el ¨²ltimo manifiesto denomina lengua com¨²n, pero tal cosa no es un honor, un don especial o un m¨¦rito, sino un dato biogr¨¢fico. No justifica ning¨²n tipo de sentimiento de exclusi¨®n o de amenaza. En las diversas discusiones -en decenas de ellas, a lo largo de decenas de a?os- acerca de estas campa?as y manifiestos, he sugerido que cuando el catal¨¢n pierde un hablante, lo pierde la totalidad de su lengua; cuando el castellano pierde un hablante, la lengua no lo pierde; lo absorbe y despu¨¦s lo multiplica. Por eso hay que garantizar institucionalmente la existencia del catal¨¢n, lo cual no se har¨¢ nunca sin tensiones.
No se puede vivir sin tensiones en una sociedad que tiene cosas en com¨²n, pero no las comparte todas. De all¨ª el t¨ªtulo de este art¨ªculo, una de cuyas secciones parece un pleonasmo ("sociedad en com¨²n") pero no lo es. De all¨ª la asimetr¨ªa de la situaci¨®n del catal¨¢n y el castellano, que es una koin¨¦ potente y demogr¨¢ficamente en alza en el mundo. De manera un tanto antip¨¢tica, suele afirmarse que, a pesar de su abundancia, no es una lengua de primer rango, como el ingl¨¦s o como el pret¨¦rito franc¨¦s. Aunque, como sabemos, la supervivencia de las lenguas no se sustenta en las ¨¦lites del primer rango, sino en la amplitud de sus bases.
La denostada inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica -que es el motivo m¨¢s claro de este manifiesto- ha sido el extraordinario modo de construcci¨®n de una cohesi¨®n social inesperada en la Espa?a democr¨¢tica: el fantasma de dos comunidades ling¨¹¨ªsticas enfrentadas en Catalunya desapareci¨® desde su implantaci¨®n. Por razones familiares, conozco las experiencias castellanas en la escuela en catal¨¢n; no me he encontrado nunca, ni en esa esfera privada, ni en la ense?anza universitaria que practico, a nadie que tuviese alg¨²n problema con la expresi¨®n en castellano, salvo las derivadas de su origen social, de la educaci¨®n de sus padres, o del acceso o no a bibliotecas familiares.
M¨¢s a¨²n: cuanto mejor y m¨¢s variado es el dominio de la lengua familiar o materna -sea la que fuese-, mejor es la adquisici¨®n en catal¨¢n. Es la debilidad o pobreza de la lengua materna, incluso en el caso del castellano, la que despu¨¦s se reproduce especularmente en la incorporaci¨®n del catal¨¢n. Al contrario: cuanto m¨¢s rica sea la lengua materna -insisto: sea la que fuese-, m¨¢s plasticidad y m¨¢s prontitud en la adquisici¨®n del catal¨¢n como lengua tambi¨¦n com¨²n, en una sociedad en com¨²n.
No poseo capacidad ninguna para sugerir maneras l¨®gicas de acabar con la tensi¨®n: ni hacia los firmantes del manifiesto, que son muy variados, ni hacia los tambi¨¦n muy variados ciudadanos que sugieren motivos m¨²ltiples para el en¨¦simo acceso de preocupaci¨®n infundada ante una amenaza imaginaria. S¨®lo abogar, en el caso de quienes est¨¦n en una situaci¨®n similar a la m¨ªa, por no sumarse al contingente del manifiesto, tan poco necesitado de solidaridad y tan endeble en sus argumentos.
Nora Catelli es profesora de Teor¨ªa de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Barcelona.
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