Las ciudades son clones
La 'urbanalizaci¨®n' tiende a hacer iguales entre s¨ª las ciudades - El 'boom' especulativo y la inmigraci¨®n han cambiado la fisonom¨ªa de la metr¨®poli
Son las calles m¨¢s genuinas, el emblema y la carta de presentaci¨®n internacional de una gran ciudad. La Gran V¨ªa y la Castellana de Madrid, el paseo de Gr¨¤cia de Barcelona, la avenida de los Campos El¨ªseos de Par¨ªs, Oxford Street en Londres, Kurf¨¹rtendamm o Friedrichstrasse en Berl¨ªn...
Con el turismo, las firmas hoteleras pugnan por el casco urbano
Las franquicias siempre tienen las de ganar frente a lo tradicional
Se trata de las grandes avenidas repletas de turistas y codiciadas por grandes cadenas hoteleras e imperios textiles de implantaci¨®n mundial. Diferentes calles con los mismos escaparates, los mismos r¨®tulos. Ciudades donde ha dejado de bombear el latido productivo e industrial para dejar paso al ocio. ?Se est¨¢n convirtiendo las grandes urbes europeas en clones? ?Su vocaci¨®n tur¨ªstica las est¨¢ empobreciendo?
Las chimeneas de los recintos fabriles abandonaron las capitales a mediados del siglo pasado para desplazarse a sus ¨¢reas metropolitanas. El coraz¨®n de las ciudades qued¨® reservado a las grandes sedes corporativas y sus centros de producci¨®n. Pero el boom inmobiliario espa?ol aceler¨® los cambios de uso de las principales calles. A la vez, las desinversiones en inmuebles de grandes corporaciones para destinar el capital a otras actividades productivas hacen cuestionar que las calles m¨¢s c¨¦ntricas sean todav¨ªa hoy las zonas de negocios. "Ciudades como Madrid y Barcelona han seguido procesos muy similares, la actividad comercial es parecida, y hasta 2006 se reconvirtieron edificios de oficinas en viviendas, muchas de lujo", sostiene el consultor Samuel Asperilla, de la firma especializada Jones Lang LaSalle.
En Madrid, las grandes empresas se fueron hacia el norte, a los antiguos terrenos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, con casi 100.000 metros cuadrados de espacio disponible para multinacionales, y tambi¨¦n en los alrededores de la carretera de Burgos. El Distrito C de Telef¨®nica y el complejo empresarial Foresta del BBVA en Las Tablas o el campus financiero del Grupo Santander en Boadilla del Monte est¨¢n arrebatando a la Castellana su estatus de city financiera.
El centro de Barcelona tambi¨¦n pierde su pulso. Los parques empresariales del 22@ (el distrito tecnol¨®gico del barrio del Poble Nou) y L'Hospitalet de Llobregat se quedan con la actividad productiva, mientras que el centro ha ido perdiendo sedes como la de Basf, Banc Sabadell, Gas Natural o Banesto. En su lugar, se alzan hoteles, edificios de viviendas de lujo y tiendas de moda que suenan igual en muchas grandes urbes debido a la globalizaci¨®n.
A la vez que el ¨¢mbito de los negocios y las finanzas han ido dejando paso al ocio y el comercio, estas calles, alentadas por el turismo, han ido replicando su modelo. A ello ha contribuido el fen¨®meno que el ge¨®grafo Francesc Mu?oz, de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, ha bautizado como urbanalizaci¨®n. Seg¨²n Mu?oz, durante los ¨²ltimos 25 a?os, el grueso de la construcci¨®n de viviendas alrededor de ¨¢reas metropolitanas como la de Barcelona ha correspondido a complejos dispersos, al margen del planeamiento y basadas en el modelo del chalet y el adosado.
Un consumo de suelo indiscriminado jaleado por la escalada del precio de la vivienda en las capitales, de donde se fueron sus habitantes para adquirir una casa con jard¨ªn en una localidad cercana.
Como resultado, el centro de las ciudades ha acabado por "tematizarse", y a ellas acuden los fines de semana las familias que viven en las urbanizaciones. En su tesis, Francesc Mu?oz defiende que, "a la manera de los parques tem¨¢ticos, fragmentos de ciudad son actualmente reproducidos, replicados, clonados" en otros municipios. No son extra?as, pues, las campa?as que promocionan el perfil high fashion de Londres o que Barcelona se defina como la botiga m¨¦s gran del m¨®n (la tienda m¨¢s grande del mundo).
"La calle de Goya de Madrid es casi una copia exacta de la de Pelai de Barcelona", admite el consultor Samuel Asperilla. Los ejes comerciales se convierten en grandes centros de ocio al aire libre. Todos con el mismo esquema: una calle para las firmas m¨¢s exclusivas, otra para las m¨¢s populares y una zona alternativa. Basta echar un vistazo a la oferta comercial de los ejes principales de las grandes ciudades europeas. Los escaparates coinciden, de acuerdo con el estudio denominado Retail destinations, de la consultora inmobiliaria internacional CB Richard Ellis (CBRE). En todas est¨¢n H&M y Zara, y en la mayor¨ªa de las ciudades europeas, GAP, la tercera firma textil en liza.
Se repiten los r¨®tulos de Louis Vuitton, Cartier, Hugo Boss, Gucci, Esprit, Nesspresso, Armani, Massimo Dutti, Valentino, Herm¨¨s... Y as¨ª hasta m¨¢s de 50 marcas. Lo mismo ocurre con la restauraci¨®n, donde las franquicias de Starbucks, McDonald's o Burger King se hacen un hueco en todas las grandes ciudades.
A la vez que las mega¨²rbes se tornan grandes mecas del turismo, irrumpen las cadenas hoteleras internacionales, que pujan por edificios c¨¦ntricos en los que se puedan alojar sus clientes. Las m¨²ltiples marcas de Starwood, el lujo de Mandar¨ªn Oriental o la conocida Marriott tratan de hallar su hueco en estas calles.
La directora de Locales Comerciales de CBRE, Dolors Jim¨¦nez, concede que el centro de las ciudades es una zona de ocio y que el esquema es similar. En los ¨²ltimos a?os, explica, se han levantado edificios residenciales, y, por ejemplo, en Barcelona, algunos espacios de oficinas han dado paso a showrooms de firmas de moda. Aun as¨ª, opina que las v¨ªas comerciales conservan su peculiar personalidad. "Regent Street tiene la particularidad de que es todo propiedad de la Casa Real; Barcelona puede presumir de que la zona comercial coincide con la ruta cultural, Madrid tiene un centro que a¨²n conserva muchos hostales...", asegura Jim¨¦nez.
La modernizaci¨®n de los centros tiene, pues, un doble filo: sit¨²a a las ciudades en el mapa tur¨ªstico, pero aleja a sus habitantes de ellas. El profesor de Geograf¨ªa Humana de la Universidad Internacional de Catalu?a e investigador del Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, Pau Serra, asegura que, desde la d¨¦cada de 1970, las ciudades han ido perdiendo unos 50.000 habitantes al a?o en favor de las ¨¢reas metropolitanas, que se han visto compensadas por la llegada masiva de inmigrantes. Serra se muestra muy cr¨ªtico con la homogeneizaci¨®n de los centros hist¨®ricos. "Empobrece la diversidad ecol¨®gica del comercio urbano", dice con rotundidad.
"El problema es que no son fen¨®menos espont¨¢neos, como la apertura de tiendas de recuerdos t¨ªpicos, que es l¨®gica. En la mayor¨ªa de las ocasiones son dirigidos, y ya hay que valorarlos de forma distinta. Se planifica la oferta comercial en funci¨®n del turismo y se crean grandes tiendas urbanas que acaban muriendo de ¨¦xito porque no dejan espacio al comercio de proximidad, porque las franquicias internacionales tienen las de ganar", sostiene Serra.
El fen¨®meno no se ha quedado quieto. Calles y barrios como el de Fuencarral en Madrid o el Born en Barcelona se han convertido en zonas alternativas o zonas id¨®neas para ir de copas. "Puede ocurrir que sea un gran Corte Ingl¨¦s desparramado o que, como se advierte en alg¨²n barrio, regrese gente joven que quiere vivir en la ciudad. Veremos qui¨¦n gana al final esta contienda", apunta Serra.
Otras zonas son exclusivas de oficinas. Pero tambi¨¦n se da la otra cara de la moneda: abundan aquellas calles en las que se concentran los r¨®tulos de los locutorios y los restaurantes ¨¦tnicos.
Todo este panorama supone un reto para cualquier gran municipio, y no es otro que impedir que se abra una brecha entre el centro rico y los suburbios pobres.
Metros cuadrados de oro
"Ahora los precios ya no van a subir m¨¢s". As¨ª de rotunda es Dolors Jim¨¦nez, directora de Locales Comerciales de CB Richard Ellis. En el ¨²ltimo lustro, la expansi¨®n de la vivienda, el turismo y el comercio dispararon los precios.El metro cuadrado llegaba a los 18.000 euros en el paseo de Gr¨¤cia de Barcelona, 17.000 en la playa de la Concha de San Sebasti¨¢n y 15.000 en el paseo de Recoletos de Madrid. Los precios de los locales tambi¨¦n treparon.Seg¨²n la consultora, el alquiler medio anual por metro es de 520 euros anuales en el Portal de l'?ngel barcelon¨¦s, 436 euros en Preciados (Madrid) y 288 euros en la calle de Col¨®n de Valencia. Con estos precios, inversores y promotores decidieron sustituir las oficinas por pisos y tiendas. Y en el camino se han quedado teatros y cines emblem¨¢ticos de la Gran V¨ªa madrile?a, ahora viviendas y hoteles, o del centro de Barcelona, que se han convertido en grandes tiendas.Una desaparici¨®n que hace temblar a algunos vecinos, que temen estar asistiendo a una "desertificaci¨®n cultural" de las principales calles espa?olas.
Las omnipresentes firmas de moda
Seg¨²n los datos de la consultora CB Richard Ellis, ¨¦stos son los mayores operadores de tiendas internacionales. Entre par¨¦ntesis, el n¨²mero de establecimientos estimado en distintos pa¨ªses europeos.- Alemania. Benetton (1.000), H&M (282), Zara (33).- B¨¦lgica.C&A (75), H&M (47), Zara (21).- Rep¨²blica Checa. C&A (22), Benetton (20), H&M (13), Zara (5).- Dinamarca. H&M (56).- Espa?a. Cortefiel (617), Zara (286), Mango (228), Massimo Dutti (226).- Grecia. Zara (41).- Italia. Zara (46), H&M (20).- Luxemburgo. C&A (9), H&M (6), Mango (3), Zara (2).- Holanda. H&M (83), Zara (6).- Polonia. H&M (35), Zara (14), Mango (6).- Portugal. Zara (63), Massimo Dutti (45).- Reino Unido. H&M (112), Zara (60).- Suecia. H&M (124), Zara (4).
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