El favorito llega de las ant¨ªpodas
Cadel Evans, segundo en 2007, ha dado el ¨²ltimo toque a su preparaci¨®n en los Alpes
Dice Cadel Evans que es capaz de perder las llaves de casa hasta tres veces al d¨ªa. Tambi¨¦n dice que le gustar¨ªa ser productor de televisi¨®n o c¨¢mara. Pero va subido en una bici y parece que all¨ª encima no es tan despistado como en la vida cotidiana. Es m¨¢s, ¨¦l, que tiene fama de segund¨®n, de no atacar nunca, de no hacer espect¨¢culo, es el favorito para ganar el Tour. De todos. Incluso de Alberto Contador.
Al australiano del Silence Lotto tanta responsabilidad parece no asustarle. Dice que ha llegado muy relajado, que ve como favorito a Menchov, que se siente mejor que otros a?os, que ha mejorado en los peque?os detalles y, sobre todo, que intentar¨¢ no desgastarse a nivel mental. Para ello ha contratado al que fuera guardaespaldas de Lance Armstrong, un polic¨ªa belga con pinta de mat¨®n de discoteca. "Quiero concentrarme en lo m¨ªo y descansar mentalmente. Tengo un guardaespaldas y un equipo que se ocupa de la organizaci¨®n, as¨ª que yo me puedo desentender de todo", coment¨® el corredor.
Evans, de 31 a?os, est¨¢ concentrado. Sabe que podr¨ªa ser el primer australiano en ganar el Tour, pero tanto ¨¦l como el equipo intentan quitarse presi¨®n. "Todos dicen que soy el favorito. Yo me siento igual que siempre, porque siempre he trabajado buscando el m¨¢ximo nivel. Este a?o tambi¨¦n. Llego al Tour con m¨¢s experiencia y extremadamente relajado", explic¨®. Quiz¨¢s en eso tenga algo que ver su mujer, que es diplomada en m¨²sica y se relaja en casa tocando el piano que Evans le regal¨®.
"Valverde y yo hemos tenido nuestros momentos a lo largo de la temporada, pero el favorito es Menchov: por su experiencia, por su capacidad de ir progresando d¨ªa a d¨ªa y por su regularidad". Lo dijo ya en otra sala, intentando no volverse loco entre tantas c¨¢maras y con un sobre en la mano. En ¨¦l, su nombre escrito en colores y pegatinas con forma de estrellas. "Es una carta de mi ahijado".
"Est¨¢ preparado", dice Aldo Sassi, su preparador f¨ªsico desde que hace seis a?os coincidieran en Mapei. Sassi es su sombra. Le vigila de cerca, le dibuja los planes de trabajo, le ayuda a corregir la postura y le motiva. Se muestra sorprendido por el revuelo que ha causado su pupilo. Seg¨²n ¨¦l, Cadel est¨¢ igual que hace cuatro a?os y son los rivales los que han ido bajando el rendimiento. "Es que el ciclismo est¨¢ cambiando. Ahora est¨¢ m¨¢s controlado. Por decirlo de alguna forma, se ha vuelto m¨¢s cre¨ªble", explica. Lo hace con tono pausado, al otro lado del tel¨¦fono, mientras sube en coche hacia el Stelvio. All¨ª, en los Alpes italianos, hace casi dos semanas, le esperaba Evans, para terminar el segundo ciclo de entrenamiento en altura. Diez d¨ªas de trabajo. "Hemos entrenado unas 5 ¨® 6 horas diarias con m¨¢s de 3.000 metros de desnivel y dedicando cada d¨ªa unos 40 minutos a trabajar en el umbral aer¨®bico. Cadel puede aguantar durante ese tiempo seis vatios por kilo", explica Sassi. "Ha entrado en forma r¨¢pidamente respecto al a?o pasado as¨ª que hemos mantenido el volumen, pero hemos bajado la intensidad. Eso nos ha permitido centrarnos en lo espec¨ªfico: el pedaleo y el trabajo con la bici de crono para buscar el mejor equilibrio". Para ello Evans se prepar¨® primero en una galer¨ªa del viento en Australia y luego con unos estudios supervisados por el mismo Sassi.
Ahora, est¨¢ en manos de la aritm¨¦tica. "Fue cuarto hace dos a?os y segundo el pasado, as¨ª que si la matem¨¢tica no falla...", aventur¨® ayer su manager.
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