El Gobierno se opone a que Cruz Roja Internacional visite a los presos del 11-M
El Ejecutivo sostiene que fueron condenados con todas las garant¨ªas
El Gobierno ha contestado con una negativa a la sugerencia que el Comit¨¦ Internacional de Cruz Roja (CICR) le ha trasladado para que sus miembros visiten a los 21 presos en c¨¢rceles espa?olas condenados por los atentados del 11-M en Madrid, seg¨²n se?alaron al EL PA?S personas que participan en las conversaciones. El CICR pretende visitar a todos los presos detenidos en una docena de pa¨ªses que han sido objeto de ataques de c¨¦lulas de Al Qaeda, seg¨²n aseguran fuentes pr¨®ximas a la organizaci¨®n con sede en Ginebra (Suiza).
La organizaci¨®n pretende visitar a los presos de Al Qaeda en Europa
EL CIRC sonde¨® al Ejecutivo a trav¨¦s de la Embajada de Espa?a en Ginebra
La negativa del Gobierno espa?ol ha provocado malestar en este organismo internacional que preside el diplom¨¢tico Jakob Kellenberger, de 63 a?os, y que desde hace a?os sostiene contactos confidenciales con el Ejecutivo sobre la lucha global contra el terror, pero el CICR mantiene un absoluto mutismo y discreci¨®n, ya que sus conversaciones con el Gobierno que preside Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero son reservadas.
El CICR visita a miles de presos en Guant¨¢namo, Afganist¨¢n e Irak. En la base cubana de Guant¨¢namo sus equipos, que integran entre 10 y 30 miembros, asisten a centenares de detenidos. Cada tres meses visitan la base durante cuatro o cinco semanas y no pueden revelar nada de lo que ven u oyen. Su trabajo consiste en registrar la identidad de los prisioneros, hablar con ellos en privado y darles la oportunidad de que escriban a sus familiares.
La petici¨®n del CICR al Gobierno espa?ol fue trasladada a trav¨¦s de la Embajada de Espa?a en Ginebra, la ciudad suiza en la que este organismo internacional tiene su sede. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores se?al¨® que el Comit¨¦ Internacional de Cruz Roja no hizo una petici¨®n en firme, sino "un sondeo" sobre la posici¨®n de la Administraci¨®n espa?ola. "El Gobierno espa?ol respondi¨® que el CICR es competente en conflictos armados y que los condenados por el 11-M lo fueron como terroristas, en aplicaci¨®n del C¨®digo Penal espa?ol y despu¨¦s de un juicio con todas las garant¨ªas. Se les dijo que son presos ordinarios, no presos de un conflicto armado", explica el representante de Exteriores.
Fuentes diplom¨¢ticas se?alan que la sugerencia del Comit¨¦ Internacional de Cruz Roja fue trasladada tambi¨¦n a otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea con presos de Al Qaeda y que la respuesta no ha sido un¨¢nime. Al parecer, Francia tambi¨¦n se ha negado.
La pretensi¨®n de la Cruz Roja Internacional de visitar en las c¨¢rceles espa?olas a los condenados por los atentados del 11-M ha provocado sorpresa en la Administraci¨®n, ya que todos ellos gozan de las garant¨ªas, protecci¨®n y asistencia jur¨ªdica que recogen las leyes espa?olas. Los 21 condenados, cuyos recursos de casaci¨®n estudia ahora el Tribunal Supremo, se encuentran repartidos por distintas prisiones por motivos de seguridad y reciben asiduamente la visita de sus familiares y abogados. "Gozan de todos los derechos que tiene cualquier otro recluso", se?ala un funcionario de Instituciones Penitenciarias.
El presidente del CICR, Jakob Kellenberger, y su equipo estudian desde hace a?os visitar a todos los presos detenidos en el mundo en conexi¨®n con la denominada guerra contra el terror, independientemente de que permanezcan en c¨¢rceles de pa¨ªses democr¨¢ticos donde se garantizan sus derechos humanos. Y en ese contexto se ha producido la petici¨®n al Gobierno espa?ol de visitar a los autores y colaboradores de la matanza del 11-M, en la que murieron 191 personas en los cuatro trenes de Atocha.
A la pregunta de si el CICR ha trasladado esa petici¨®n al Gobierno espa?ol, su portavoz en Ginebra, Mar?al Izard, responde as¨ª: "El CICR visita a personas detenidas en relaci¨®n con la lucha global contra el terror y estas personas y casos en general son de importancia para nosotros. El CICR ha mantenido un di¨¢logo con muchos pa¨ªses, Espa?a incluida, acerca de la lucha global contra el terror, pero p¨²blicamente no comentaremos el contenido de nuestro di¨¢logo con estos pa¨ªses". Izard insisti¨® en que las conversaciones con el Gobierno espa?ol y otros Ejecutivos de Europa son confidenciales.
Fuentes pr¨®ximas al CICR en Ginebra reconocen que este organismo internacional, creado en 1863, debate en privado la conveniencia de visitar y extender su ayuda a los presos de Al Qaeda en pa¨ªses como Espa?a, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Marruecos, Argelia, T¨²nez, Jordania, Arabia Saud¨ª, Siria, Indonesia y otros. "Se ha hablado en el CICR de si tocaba o no pedir permiso formalmente a los Gobiernos de esos pa¨ªses para visitar a los presos relacionados con la guerra global contra el terrorismo. Se ha discutido si era factible o no extender nuestro trabajo a otros pa¨ªses m¨¢s all¨¢ de la base de Guant¨¢namo, de Afganist¨¢n o Irak. Hay muchos pa¨ªses con presos relacionados con Al Qaeda", se?ala una persona cercana a la organizaci¨®n.
El CICR visita a 500.000 presos al a?o en m¨¢s de 80 pa¨ªses. Cuando se le pregunta por qu¨¦ el Comit¨¦ Internacional de Cruz Roja tiene inter¨¦s en visitar a los presos del 11-M cuando en Espa?a no hay una guerra, una persona pr¨®xima a la organizaci¨®n responde as¨ª: "Obviamente en Espa?a no hay una guerra, pero tenemos un inter¨¦s general en visitar a detenidos relacionados con la denominada guerra contra el terror".
Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores destacan la permanente relaci¨®n del Gobierno con organizaciones de derechos humanos, tanto del Consejo de Europa como de la ONU. En concreto, con el Comit¨¦ contra la Tortura y con el Comit¨¦ de Derechos Humanos.
Martin Scheinin, el relator especial de la ONU sobre la Protecci¨®n de los Derechos Humanos en las actividades contraterroristas, visit¨® Espa?a el pasado mayo y se entrevist¨® con presos, abogados, legisladores, jueces y autoridades. Estuvo en el Pa¨ªs Vasco y prepara un informe sobre la situaci¨®n en Espa?a.
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