La Mandela colombiana
Quienes conocen a Nelson Mandela suelen quedar impactados por su total falta de resentimiento y rencor hacia sus carceleros. Despu¨¦s de 27 a?os de c¨¢rcel, Mandela fue liberado en 1990. Inmediatamente continu¨® su lucha contra el apartheid. Pero en vez de abogar por la confrontaci¨®n y la violencia se entreg¨® de lleno a promover la reconciliaci¨®n, el perd¨®n y el entendimiento entre los surafricanos. La democracia que hoy vive su pa¨ªs le debe mucho a Mandela y a su capacidad para no odiar a quienes lo arrojaron a la c¨¢rcel durante un tercio de su vida.
La semana pasada apareci¨® una Mandela en Colombia. En el helic¨®ptero que llevaba a Ingrid Betancourt a la libertad despu¨¦s de m¨¢s de seis a?os de sufrimientos tambi¨¦n viajaban C¨¦sar y Gafas, dos de los l¨ªderes del grupo de las FARC a cargo de su custodia y quienes eran los responsables de muchas de las crueldades que sufri¨® la ex candidata presidencial. Los dos guerrilleros fueron r¨¢pidamente sometidos y esposados. "Cuando los vi all¨ª tirados no sent¨ª rencor. M¨¢s bien les tuve l¨¢stima", dijo Betancourt unas horas m¨¢s tarde. Tambi¨¦n se preocup¨® por sus dem¨¢s captores, quienes quedaron en la selva. Los desprevenidos guerrilleros dejaron escapar a lo m¨¢s preciado que le quedaba a las FARC: una secuestrada de fama mundial a la que usaban como ficha en su cobarde y sangriento juego de p¨®ker. En las FARC los errores se pagan con la vida. Esto lo sabe Betancourt y por eso el d¨ªa de su liberaci¨®n insisti¨®: "Espero que no haya ajusticiamiento por parte de las FARC a los guerrilleros que nos cuidaban y quedaron en la selva. No fue culpa de ellos, fue una operaci¨®n perfecta". Los guerrilleros que "los cuidaban" y de cuya suerte Betancourt se preocupa son los mismos que cada noche la encadenaban y de d¨ªa la maltrataban.
Betancourt enfatiza que la paz en Colombia es posible y la negociaci¨®n con las FARC, necesaria
En todas sus intervenciones Betancourt enfatiza que la paz en Colombia es posible y que la negociaci¨®n con las FARC es necesaria. La disposici¨®n de Betancourt a la reconciliaci¨®n y al perd¨®n es notable, al igual que su habilidad en el manejo de los medios de comunicaci¨®n. No es de extra?ar que su popularidad en las encuestas, que est¨¢ en el 71%, sea s¨®lo excedida por la del presidente Uribe. Y tampoco ser¨ªa de extra?ar que esta ambiciosa pol¨ªtica intente, de nuevo, llegar a la presidencia de Colombia. Y es que si bien la historia del secuestro y la liberaci¨®n de Ingrid Betancourt tienen aspectos humanos conmovedores tambi¨¦n tienen potentes implicaciones pol¨ªticas.
Su liberaci¨®n -la manera como fue planeada y ejecutada- fortalece aun m¨¢s el prestigio del presidente ?lvaro Uribe y de su muy competente ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quien tiene justificadas aspiraciones presidenciales. Los mensajes de Ingrid Betancourt al ser liberada tambi¨¦n tienen una fuerte carga pol¨ªtica. Reconoci¨® los m¨¦ritos del presidente colombiano, aunque precis¨® que "esto no quiere decir que comulgue con todo lo que ha hecho el presidente Uribe". Betancourt insisti¨® en que los presidentes Hugo Ch¨¢vez, de Venezuela, y Rafael Correa, de Ecuador, "son aliados fundamentales" en las negociaciones para liberar a los cientos de v¨ªctimas que siguen secuestradas por las FARC. Pero pone una condici¨®n: Ch¨¢vez y Correa deben respetar la democracia colombiana. "Los colombianos eligieron al presidente Uribe, no a las FARC", dijo Betancourt. ?sta es la expresi¨®n de una idea muy arraigada en Colombia: la paz la hacen los colombianos, no se la hacen a ellos mediadores extranjeros, m¨¢s interesados en promover su imagen internacional o exportar sus creencias pol¨ªticas que en liberar a los secuestrados. Pero Betancourt no s¨®lo piensa en los secuestrados y en las FARC. Durante su cautiverio tambi¨¦n elabor¨® un plan de acci¨®n de 190 puntos para Colombia. Toda una propuesta electoral
En el panorama pol¨ªtico de Colombia hay muchas cosas dif¨ªciles de vislumbrar. Si bien a¨²n no es seguro, lo m¨¢s probable es que el presidente Uribe no intente ser elegido por un tercer periodo y prefiera culminar su mandato como uno de los m¨¢s exitosos presidentes de su pa¨ªs y quiz¨¢s de Latinoam¨¦rica. Esto lo posicionar¨ªa bien para promover las reformas que le permitan volver a lanzarse como candidato despu¨¦s de que su sucesor termine su periodo. Y de ser as¨ª ?veremos en la lucha por suceder a Uribe un parad¨®jico enfrentamiento electoral entre Juan Manuel Santos, el ministro de Defensa responsable del rescate, e Ingrid Betancourt?
Pero estas especulaciones son casi irrelevantes si se comparan con los logros de los colombianos en los ¨²ltimos tiempos. Incluidos los de una joven mujer que a pesar de la horrible injusticia de la que fue v¨ªctima sabe que una naci¨®n no se construye sobre bases de odio y pugnacidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.