"Los acuerdos de 1979 con el Vaticano no impiden avanzar hacia un Estado laico"
No hay d¨ªa sin libro sobre temas religiosos, a favor o en contra, pero el debate se centra en Espa?a, ahora, en el trato que reciben las confesiones por parte del Estado. Pluralismo confesional, Estado laico, religi¨®n p¨²blica... El congreso del PSOE, el pasado fin de semana, reabri¨® la discusi¨®n sobre los privilegios de la Iglesia cat¨®lica, financiada generosamente por el Estado. Espa?a es constitucionalmente un Estado aconfesional, pero el Gobierno jura sus cargos ante un crucifijo, o financia la ense?anza del catolicismo. Ahora anuncia que se va avanzar hacia la laicidad, con algunas reformas legislativas.
El encargado de articularlas ser¨ªa Jos¨¦ Mar¨ªa Contreras Mazar¨ªo, director general de Relaciones con las Confesiones Religiosas (llamada hasta el viernes pasado de Asuntos Religiosos). Es catedr¨¢tico de Derecho Eclesi¨¢stico del Estado y viene de dirigir la Fundaci¨®n Pluralismo y Convivencia, que atiende a las confesiones minoritarias.
"No hay una 'hoja de ruta' laicista, el Gobierno no act¨²a contra la religi¨®n"
"Ser¨ªa deseable que no volviera a haber manifestaciones de obispos en la calle"
Pregunta. Gobiernos anteriores encargaron a ateos la gesti¨®n de las relaciones con las iglesias. Otros nombraron a cat¨®licos que segu¨ªan mejor las consignas del Vaticano que las del Ejecutivo. ?En qu¨¦ etapa estamos ahora?
Respuesta. Mi posicionamiento personal frente al hecho religioso es irrelevante. Lo importante es que la sociedad nos exige reflexionar sobre el correcto alcance de la libertad de conciencia, pensamiento y religi¨®n para que ¨¦sta pueda ser ejercida de manera plena e igual por todos, y donde la neutralidad del Estado sea un principio en la actuaci¨®n de los poderes p¨²blicos.
P. El gran obst¨¢culo son los acuerdos de 1979, hay unanimidad en eso. ?Cree usted que puede hablarse de Estado laico mientras perdure lo concordado entonces con el Vaticano?
R. Hasta ahora, el Tribunal Constitucional, al referirse a estas cuestiones, ha hablado de laicidad positiva (o de aconfesionalidad). Siempre que ha tenido que pronunciarse sobre asuntos relacionados con los Acuerdos entre el Estado espa?ol y la Santa Sede ha entendido que no se han violado principios constitucionales vinculados con la libertad de religi¨®n. Es cierto que el debate sobre la revisi¨®n de los Acuerdos de 1979 est¨¢ abierto. Pero yo no afirmar¨ªa tan tajantemente como usted lo hace que esos acuerdos son el gran obst¨¢culo para el Estado laico. Tampoco afirmar¨ªa que hay unanimidad en esa percepci¨®n.
P. Pero no hay neutralidad ante el hecho religioso, no hay igualdad de trato, mientras una confesi¨®n reciba miles de millones anuales y las otras nada.
R. En la cuesti¨®n de la financiaci¨®n de la Iglesia cat¨®lica, el Gobierno ha dado pasos para establecer un aut¨¦ntico sistema de asignaci¨®n tributaria, o lo que es lo mismo, para que la Iglesia cat¨®lica reciba ¨²nicamente el 0,7% de la cuota ¨ªntegra del IRPF de aquellos ciudadanos que quieran destinarlo a favor de la misma. Con ello se puso fin a todo complemento presupuestario, una pr¨¢ctica continuada hasta la pasada legislatura. No menos importante es el hecho de que la Iglesia cat¨®lica asuma el pago del IVA. Es decir, se van dando pasos, sin duda con un cierto retraso temporal, hacia el logro de ese compromiso, que tambi¨¦n se recoge en el Acuerdo de 1979, de autofinanciaci¨®n por parte de la Iglesia cat¨®lica.
P. ?Volveremos a ver en esta legislatura a obispos en manifestaciones contra los socialistas?
R. Ser¨ªa deseable que dichos actos no volvieran a producirse. Pero de producirse nada hay que decir al respecto, porque el derecho de manifestaci¨®n est¨¢ reconocido en Espa?a a cualquier persona u organizaci¨®n. Pero ello tampoco va a va a impedir que el Gobierno adopte aquellas medidas o decisiones que est¨¢n en su programa electoral y que fueron avaladas mayoritariamente por los espa?oles en las urnas.
P. Los obispos creen que hay una hoja de ruta laicista y presencia de fundamentalistas del laicismo en el Gobierno.
R. No hay una hoja de ruta laicista, si con ello se pretende insinuar que el Gobierno va a actuar contra la religi¨®n, y m¨¢s concretamente contra la Iglesia cat¨®lica. Pero la sociedad ha cambiado en estos 30 a?os, tambi¨¦n en el plano religioso, y se deben adoptar medidas para adecuar la legislaci¨®n a ese cambio social. No creo que ello pueda interpretarse como la existencia de una voluntad de negaci¨®n o exclusi¨®n del hecho religioso.
P. La vicepresidenta De la Vega, al anunciar la reforma de la Ley de Libertad Religiosa, habl¨® de avanzar hacia el laicismo. ?Ya saben c¨®mo ser¨¢ esa reforma?
R. La propuesta de la vicepresidenta ante las Cortes habla de avanzar hacia la laicidad y la libertad de conciencia, no hacia el laicismo. Una de las claves de la pol¨ªtica del Gobierno ha sido profundizar en el ejercicio de los derechos fundamentales de todos, y uno de esos derechos lo es, sin lugar a dudas, la libertad de conciencia y religi¨®n. Lo que se pretende ahora es profundizar, actualiz¨¢ndola, la garant¨ªa de la libertad de conciencia, pensamiento y religi¨®n, y que todos los ciudadanos puedan, en pie de igualdad, tener y practicar las creencias o convicciones que elijan, privada y p¨²blicamente, siempre, claro est¨¢, salvaguardando el derecho del otro a tener otras creencias, o a no tener ninguna. Durante estos 28 a?os de vigencia de la ley no s¨®lo se ha producido una evoluci¨®n del propio contenido esencial de este derecho a trav¨¦s de la jurisprudencia que los tribunales, en especial el Constitucional, han ido dictando, sino que la propia sociedad se ha hecho m¨¢s plural y diversa.
P. Usted ha dirigido la Fundaci¨®n Pluralismo y Convivencia, creada para financiar proyectos de las confesiones con Acuerdo de Cooperaci¨®n con el Estado o de "notorio arraigo". ?C¨®mo va esa experiencia?
R. Ha sido muy gratificante. El Gobierno asign¨® a la Fundaci¨®n la responsabilidad de apoyar financieramente las actividades culturales, educativas y de integraci¨®n social que lleven a cabo las confesiones. Con ello, se han favorecido tres objetivos de enorme importancia: en primer lugar, la normalizaci¨®n del pluralismo religioso de la sociedad espa?ola; en segundo lugar, se ha contribuido a la visualizaci¨®n de este pluralismo con programas de acci¨®n social, cultural y educativos de las religiones minoritarias; y, por ¨²ltimo, se ha impulsado un proceso de mayor integraci¨®n de esas confesiones, que se han visto reconocidas por la sociedad. La fundaci¨®n, fuertemente impulsada por mi antecesora, Mercedes Rico, constituye un buen ejemplo de la interpretaci¨®n integradora del art¨ªculo 16 de la Constituci¨®n. En sus tres primeros a?os de existencia ha recibido 16 millones, con los que ha financiado 1.482 proyectos presentados por 1.346 comunidades religiosas.
"Yo promet¨ª ante la Constituci¨®n"
Pregunta. El Gobierno ha vuelto a jurar su cargo ante un crucifijo. ?Hay que hacer una ley para regular esa anomal¨ªa en un Estado aconfesional donde, m¨¢s pronto que tarde, habr¨¢ ministros de otras confesiones?
Respuesta. Como usted sabe, porque el acto de toma de posesi¨®n fue p¨²blico, yo promet¨ª el cargo ante la Constituci¨®n. El debate sobre la presencia de s¨ªmbolos religiosos en este tipo de actos est¨¢ abierto en la sociedad espa?ola. No es una discusi¨®n balad¨ª, pero debe abordarse con serenidad, con respeto a todas las creencias y en el marco de la neutralidad propia del Estado laico definido por la Constituci¨®n. S¨®lo entonces podr¨¢ decidirse sobre la necesidad o conveniencia de introducir nuevas pr¨¢cticas o, incluso, de adoptar nuevas normas.
P. El problema es que los obispos se tomar¨ªan este tipo de medidas como nuevos s¨ªntomas de anticlericalismo.
R. Las relaciones entre el Gobierno y los obispos espa?oles han tenido momentos de encuentro y desencuentro. Lo que hay que pedir, y conseguir, es que vayan por los cauces correctos de entendimiento. Lo importante es que se mantengan puentes estables de colaboraci¨®n.
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