El G-8 da la espalda a ?frica

?frica se va de la cumbre del G-8 con las manos vac¨ªas. Los siete presidentes del continente que se reunieron con los dirigentes de los pa¨ªses m¨¢s ricos no lograron arrancarles la confirmaci¨®n de que duplicar¨¢n las ayudas a partir de 2010 o que les dar¨¢n en un plazo concreto decenas de miles de millones para combatir el sida, la malaria y la tuberculosis. Ambas eran promesas que el G-8 ya hab¨ªa asumido en cumbres anteriores, y a las que ahora tocaba ponerle la guinda. Salvo que se produzca un milagro en la declaraci¨®n final de ma?ana, ?frica tendr¨¢ que seguir apa?¨¢ndoselas como pueda.

"Algunos de los dirigentes africanos s¨®lo han querido enfatizar que aprecian las promesas del G-8 para ayudar a sus pa¨ªses, pero que al mismo tiempo les gustar¨ªa ver que esos compromisos se cumplen", declar¨® ayer el portavoz de Exteriores japon¨¦s, Kazuo Kodama. "Eso s¨ª, tampoco les gustar¨ªa que hubiese un retroceso", a?adi¨®.

Una gran mayor¨ªa de pa¨ªses africanos depende de la ONU para alimentarse

La foto de familia entre los miembros del G-8 y los presidentes de Nigeria, Sur¨¢frica, Ghana, Tanzania, Etiop¨ªa, Senegal y Argelia se tom¨® antes de la reuni¨®n en Toyako (Jap¨®n), como si se hubiese tratado de una t¨¢ctica para evitar las caras largas para la posteridad.

En plena escalada de los precios de los alimentos y el petr¨®leo, la falta de concreci¨®n por parte del G-8 no pod¨ªa sentar peor. La gran mayor¨ªa de los pa¨ªses africanos son deficitarios en energ¨ªa y para comer dependen en buena medida del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas. Un programa que, adem¨¢s, necesita de una inyecci¨®n de fondos de cerca de 750 millones de d¨®lares (unos 480 millones de euros) urgentemente para seguir alimentando a m¨¢s de 73 millones de personas en todo el mundo.

El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, se comprometi¨® ayer a invertir 1.000 millones de euros desde ahora y hasta finales de 2009 para impulsar la agricultura africana, y Jap¨®n ya se hab¨ªa comprometido antes de la cumbre a duplicar sus desembolsos para el continente a partir de 2013. Sin embargo, todo se queda corto si se tiene en cuenta que el Banco Mundial ha calculado que con menos de 6.500 millones de euros, ?frica sufrir¨¢ lo indecible.

Una respuesta concreta del G-8 a las promesas hechas a los pa¨ªses africanos hubiese sido de gran alivio. En la cumbre de Gleneagles de 2005, en Escocia, las potencias se comprometieron a duplicar sus ayudas a partir de 2010. ?stas iban a pasar de 25.000 a 50.000 millones de d¨®lares anuales. A cambio, los Estados africanos se compromet¨ªan a trabajar por el desarrollo de sus pa¨ªses, a fortalecer la democracia y acabar con la corrupci¨®n. Dos a?os m¨¢s tarde, en la reuni¨®n de Heiligendamm, en Alemania, prometieron entregar otros 60.000 millones para combatir las pandemias sin confirmar los plazos de entrega del dinero. Ayer, en Toyako, s¨®lo ten¨ªan que confirmar lo primero y hacer un calendario para lo segundo.

El Comit¨¦ para el Progreso de ?frica, que se estableci¨® tras la cumbre escocesa y que entre otros componen el ex primer ministro brit¨¢nico Tony Blair, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan y el cantante y activista Bob Geldof, entre otros, concluy¨® en un reciente informe que ninguna de las dos partes cumpli¨® del todo sus compromisos.

La asistencia financiera que el G-8 prometi¨® se ha quedado corta en al menos 40.000 millones de d¨®lares. Por la parte africana, los conflictos de Darfur, Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo y Somalia, aparte de la falta de firmeza de la Uni¨®n Africana contra Zimbabue, demuestran que al continente a¨²n le queda mucho por hacer.

La cumbre de Toyako no s¨®lo es simb¨®lica porque se esperaba confirmar el conjunto de medidas de asistencia para ?frica, sino tambi¨¦n porque marca el ecuador del objetivo fijado en la Asamblea de Naciones Unidas de 2000 para reducir la pobreza en 2015.

Los llamados "objetivos del milenio" eran la dr¨¢stica reducci¨®n de la pobreza y el hambre, la disminuci¨®n de la tasa de mortalidad infantil y la de las muertes causadas por el sida, la malaria y otras enfermedades; y la educaci¨®n primaria para todos. La crisis derivada del alza de los precios del petr¨®leo y los alimentos ha disparado los ¨ªndices de pobreza en al menos una treintena de pa¨ªses africanos.