Salvar la 'iglesia rota'
Vecinos de Orcasitas quieren recobrar su ¨²nico vestigio art¨ªstico
Todos en Orcasitas la conocen como la iglesia rota. Y en verdad que lo est¨¢. Languidece en medio del parque de Pradolongo, da?ada por el tiempo y las heridas recibidas durante la Guerra Civil. Es el ¨²nico vestigio art¨ªstico que queda en pie en este barrio meridional madrile?o, allende el r¨ªo Manzanares. Por ello, la Asociaci¨®n de Vecinos de Orcasitas, a trav¨¦s de su Fundaci¨®n Iniciativas Sur (FIS), quiere recobrarla e instalar all¨ª un albergue juvenil o un centro de recursos vecinales. "Entre los a?os 2000 y 2002 desarrollamos en su interior dos programas de formaci¨®n, con 120 j¨®venes, que afianzaron cimientos y levantaron un edificio contiguo", explica Francisco Palomera, responsable de FIS.
El templo se halla vallado dentro del parque de Pradolongo
Hace un lustro, la Junta Municipal de Usera, a quien ahora pertenece, destin¨® una partida para vallar el templo. "Hoy no tiene planes al respecto", dice un portavoz de Las Artes.
El templo, llamado Maris Stella, data del primer cuarto del siglo XX y lleva tres d¨¦cadas sin culto, pero todos los mayores de la Meseta de Orcasitas, entre las carreteras de Toledo y Andaluc¨ªa, detr¨¢s de la cl¨ªnica 12 de Octubre, saben que all¨ª estuvo el n¨²cleo humano donde naci¨® el barrio: algunas peque?as tiendas, una taberna, la residencia del cura, don Adolfo, y, sobre todo, la escuela donde el maestro Jos¨¦ Pu?al ense?¨® a leer a los ni?os. In¨¦s S¨¢enz de Heredia, prima carnal del fundador de Falange, Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera, se hac¨ªa cargo de ellos mientras sus padres, para reforzar los muros de papel de fumar de sus casitas de adobe hechas a mano, recog¨ªan ladrillos de la escombrera formada sobre un humedal.
Era una comunidad de siete centenares de pobladores llegados de Castilla-La Mancha y de Extremadura. En el mejor de los casos, los moradores trabajaban en las plantas qu¨ªmicas cercanas o en la Barreiros, de autom¨®viles. Se hab¨ªan ido asentando sobre predios de una familia de apellido Orcasitas. No ten¨ªan agua, ni tendido el¨¦ctrico, ni hospital; s¨®lo casitas, desmontes y, bajo el suelo, munici¨®n de gran calibre sin percutir procedente de la Guerra Civil. En ocasiones, reventaba y hac¨ªa volar a alg¨²n lugare?o como El Cebolla y su caballo, destrozados por la explosi¨®n de una granada oculta.
Fue precisamente en los humedales del arroyo Pradolongo donde el 7 de noviembre de 1936 un carro de combate Fiat Ansaldo L-3, de tres toneladas y media, enviado con varios centenares m¨¢s por el Duce fascista italiano Benito Mussolini a los golpistas alzados con Franco, qued¨® varado en la marisma.
El capit¨¢n Vidal-Cuadras, que lo mandaba, muri¨® all¨ª mismo junto con el conductor del tanque, ha escrito el historiador Pastor Mu?oz. Milicianos republicanos de la Federaci¨®n de Trabajadores de la Ense?anza de la UGT hallaron en su interior una documentaci¨®n de extraordinaria importancia: conten¨ªa el orden de batalla de los generales Franco, Mola y Varela para capturar Madrid el d¨ªa siguiente. Aquella informaci¨®n fue crucial para contrarrestar la ofensiva y permiti¨® que el Madrid republicano resistiera tres a?os al cerco de las tropas franquistas. Enfrente, el general comunista L¨ªster oper¨® en Usera, donde Orcasitas se encuentra; la guerra fue all¨ª casa por casa y la resistencia del pueblo, tenaz. Quiz¨¢ por ello, Orcasitas fue castigada durante la posguerra civil con el flagelo de la marginaci¨®n, la desidia oficial y la miseria. Mas en su seno creci¨® contra la dictadura un movimiento vecinal que logr¨® que las casuchas fueran derribadas y a su alrededor surgiera un barrio digno, con pisos altos y un gran parque. Pero la iglesia sigue all¨ª, rota y vac¨ªa. "Es el ¨²nico vestigio de nuestro patrimonio art¨ªstico", cuenta el l¨ªder vecinal F¨¦lix L¨®pez Rey. "Por ello, queremos recobrar esa referencia de nuestra infancia, para formar a nuestros j¨®venes y homenajear al maestro Pu?al, a In¨¦s y cuantos estuvieron con nosotros en los peores momentos", explica el dirigente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Monumentos
- Usera
- Iglesia Cat¨®lica espa?ola
- Patrimonio hist¨®rico
- Arquitectura
- Patrimonio eclesi¨¢stico
- Vivienda
- Patrimonio cultural
- Iglesia cat¨®lica
- Arte
- Urbanismo
- Cristianismo
- Cultura
- Religi¨®n
- Distritos municipales
- Ayuntamiento Madrid
- Madrid
- Ayuntamientos
- Gobierno municipal
- Comunidad de Madrid
- Administraci¨®n local
- Espa?a
- Pol¨ªtica municipal
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica