El doctor Cavendish
Cavendish se acaba de doctorar. Y se ha doctorado del ¨²nico modo en el que pod¨ªa hacerlo, es decir, ganando. Porque ganar al sprint en el Tour es algo s¨®lo al alcance de los elegidos. Y ¨¦l es uno de ellos, sin duda ninguna. En el pelot¨®n todos lo sabemos desde hace tiempo; para la gran mayor¨ªa de los aficionados no es ning¨²n desconocido -ah¨ª est¨¢ su extenso y variado palmar¨¦s, incluidos los t¨ªtulos en pista-, pero ¨¦l mismo necesitaba confirmar todo lo que hab¨ªa hecho hasta ahora con una victoria en el Tour. Una victoria adem¨¢s como la de ayer, ante todos los grandes. Porque faltar, s¨®lo faltan Boonen y Benatti, y a este ¨²ltimo ya le ense?¨® el dorsal en alguno de los sprints del pasado Giro.
Especial: Tour de Francia 2008 |
Por arte y gracia de un simple gesto con la mano, tanto Freire como Zabel coronaron al brit¨¢nico en el d¨ªa de ayer. Zabel y Freire, maestros de ceremonias, y Cavendish en el trono: ¨¦l es el nuevo gran sprinter. Cuando el segundo y el tercero -como pas¨® ayer- se apresuran a felicitarte nada m¨¢s cruzar la meta s¨®lo significa una cosa, que est¨¢n reconociendo la jerarqu¨ªa. T¨² me has ganado porque has sido el m¨¢s fuerte, y sobre eso no hay discusi¨®n ninguna.
Recuerdo ahora una etapa en el Tour de California que gan¨® Cavendish, aunque posteriormente fue descalificado. Yo acababa de dejar a ?scar [Freire] colocado a unos 500 metros de la meta y a¨²n circulaba detr¨¢s de ¨¦l. M¨¢s o menos a 150 metros, ?scar arranc¨® y yo vi desde atr¨¢s c¨®mo iba a ganar con facilidad. Ya me estaba preparando para celebrarlo y de repente sali¨® Cavendish de la nada como una bala. Adelant¨® a Freire en los ¨²ltimos 50 metros por la izquierda a una velocidad tal que el propio ?scar dej¨® de pedalear rendido a la superioridad del brit¨¢nico. "?Iba 5 km/h m¨¢s r¨¢pido que yo, incre¨ªble!", me dijo ?scar a¨²n sorprendido. "Este t¨ªo es muy bueno...", sigui¨® rumiando.
S¨ª, s¨ª que lo es. Tan bueno que no le tiene miedo a nada... ni a nadie: no me resisto a contar una an¨¦cdota. En esa misma Vuelta a California dio la casualidad de que a Cavendish le toc¨® salir en la contrarreloj justo por detr¨¢s de Cipollini. El italiano era el gran protagonista de la carrera en lo que era su -despu¨¦s fallido- retorno a la competici¨®n despu¨¦s de unos a?os de retiro. Cavendish sali¨® a tope con la ¨²nica intenci¨®n de alcanzar al italiano y sobrepasarle. Lo consigui¨®, y cuando le dio alcance, ni corto ni perezoso, sac¨® un pie del pedal, y le adelant¨® dando pedales con una sola pierna. ?Grandioso! El mismo Cavendish nos lo cont¨® en el hotel esa misma noche entre carcajadas, aunque ¨¦l aseguraba que no buscaba humillar a Cipollini, sino gastarle una peque?a broma. Yo creo que al otro mucha gracia no le har¨ªa, pero seguro que se tuvo que re¨ªr a rega?adientes reconociendo que aquel chaval tan impertinente no era nada m¨¢s y nada menos que su sucesor.
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