?Socorro!

El pasado 23 de junio, Fernando Savater presentaba en buena compa?¨ªa un Manifiesto por la lengua com¨²n. El t¨ªtulo no ha sido citado en ninguno de los 800 art¨ªculos del Tambor del Bruc medi¨¢tico que de inmediato se publicaron en la prensa catalana, la cual, naturalmente, tampoco reprodujo el texto. El t¨ªtulo no era del gusto de los nacionalistas, de modo que pasaron a llamarlo "Manifiesto en favor del castellano", frase que no figura en ning¨²n lugar ni forma parte del contenido, ya que el castellano no necesita de ning¨²n favor, pero ?qu¨¦ m¨¢s da? ?Vamos a detenernos a pensar un poco, antes de cargar el trabuco y disparar a bulto cuando la Patria est¨¢ en peligro? Todos los art¨ªculos ven¨ªan a decir lo mismo, pero con algunos matices notables.

?Por qu¨¦ un catal¨¢n puede educar a su hijo en ingl¨¦s, franc¨¦s o alem¨¢n y no en castellano?

M¨¢s del 50% de los catalanes prefiere el castellano como primera lengua

Los m¨¢s delirantes no eran los viejos amigos del Avui o del Punt Diari, sino los desconocidos del ilegible diario P¨²blico, ¨®rgano del presidente del Gobierno central, o sea, del Estado. Titulaban a seis columnas: "El nacionalismo espa?ol hace de nuevo pol¨ªtica con las lenguas". Los nacionalistas con mala conciencia siempre quieren que todo el mundo sea nacionalista para as¨ª quedarse m¨¢s aliviados y compartir la culpa. Cree el ladr¨®n... Para su desdicha, inclu¨ªan en la doble p¨¢gina las estad¨ªsticas de la Generalitat sobre los usos del catal¨¢n y en ellas se afirma que m¨¢s de la mitad de los catalanes prefiere como primera lengua el castellano. La humilde petici¨®n de que aquellos que lo deseen puedan usar su lengua materna en la educaci¨®n, la Administraci¨®n p¨²blica y la vida cotidiana sin que les caigan multazos o broncas, es "nacionalismo espa?ol" para los org¨¢nicos de Zapatero. Tome nota.

Como movido por un resorte, el partido de los socialistas catalanes declar¨® pomposamente que el manifiesto era "innecesario". No aclar¨® su portavoz, Miquel Iceta, qu¨¦ es lo que le parece necesario al PSC. Pocos d¨ªas antes, la oposici¨®n en pleno le hab¨ªa preguntado por 5.000 millones de pesetas que se han esfumado persiguiendo a una almeja brillante. Tampoco entonces Iceta hab¨ªa considerado necesaria la pregunta. Lo que para el PSC sea necesario, es un arcano insondable. Los socialistas catalanes van aproxim¨¢ndose cada vez m¨¢s a un modelo adorable, el de la corte de Catalina la Grande.

Ninguno de los 800 art¨ªculos antes mencionados hablaba del contenido del manifiesto, el cual se puede resumir del siguiente modo: si cualquier ciudadano catal¨¢n, como el actual presidente de la Generalitat, puede educar a sus hijos en alem¨¢n, en franc¨¦s, en italiano o en ingl¨¦s, ?hay alguna raz¨®n para que no pueda educarlo en espa?ol? Y de haberla, ?cu¨¢l es? La mentira oficial es que no hay problema para escolarizarse en espa?ol; la realidades que ni hablar del peluqu¨ªn. Intente indagarlo. Chocar¨¢ contra un muro de cemento. Se sentir¨¢ como alguien que quiera darse de baja de Telef¨®nica. Acabar¨¢ en el psiqui¨¢trico.

Como, seg¨²n el Tambor del Bruc medi¨¢tico, el asunto del manifiesto no era el que acabo de exponer, los art¨ªculos se ve¨ªan obligados a hablar de temas muy inspirados: la "supremac¨ªa del castellano", la "lengua del imperio", el "ataque contra el catal¨¢n...". Todo mentira, ?pero de cu¨¢ndo ac¨¢ un nacionalista va a respetar la verdad? La verdad es, sencillamente, aquello que los nacionalistas decretan que es verdad. Y s¨®lo es verdad lo que es bueno para Catalu?a, siendo ese ente lo que en cada momento les conviene. Y punto, a?ade Catalina la Grande.

Hab¨ªa algo, sin embargo, m¨¢s significativo si cabe. La mayor¨ªa de los art¨ªculos proced¨ªan al insulto, pr¨¢ctica espa?ola donde las haya cuando flaquean los argumentos: franquistas, fachas, espa?olistas ("de mierda"), imperialistas. Un Jordi S¨¢nchez nos llamaba a los firmantes "miserables" en este mismo peri¨®dico porque nos neg¨¢bamos a pagar su hipoteca. Algunos art¨ªculos eran deliciosos, como el de un profesor de la Universidad de Girona que expon¨ªa el punto de vista guipuzcoano: lo que hay que exigir, ven¨ªa a decir, es que todos los espa?oles aprendan catal¨¢n. Un hombre generalmente moderado, Antoni Puigverd, aseguraba que el manifiesto romp¨ªa los ¨²ltimos puentes entre Catalu?a y Espa?a. Volver¨¦ sobre ello. No obstante, estos intelectuales olvidaban un detalle de cierta relevancia: todos sus art¨ªculos estaban escritos y publicados en espa?ol.

Los nacionalistas consideran indudable su derecho a escribir y publicar en la lengua que (dicen) est¨¢ destruyendo al catal¨¢n. Creen tener derecho a suprimir de sus vidas el catal¨¢n y pasarse al espa?ol cuando les parezca oportuno, con el fin de insultar (y cobrar por ello) a unos ciudadanos que jam¨¢s han atacado el catal¨¢n ni perder¨¢n un minuto de sus vidas en semejante tonter¨ªa. As¨ª que estos pensadores nacionales pueden eliminar el catal¨¢n y hacer uso de la lengua asesina del catal¨¢n cuando les viene en gana y pueden poner en peligro la supervivencia de la lengua que dicen proteger, pero que unos ciudadanos pidan educar a sus hijos en la lengua que estos nacionalistas utilizan cuando les conviene, eso es fascismo, franquismo, imperialismo, y no es pederastia porque Dios no lo quiere. Si alguien entiende la ¨¦tica de los nacionalistas, por favor, que escriba una tesis doctoral.

La traca final ha sido de lo m¨¢s levantina. Animado por tan honradas huestes, el anciano Jordi Pujol ha cogido el alfanje. "[Pujol] llama a combatir 'sin miedo' la falta de respeto a Catalu?a", seg¨²n titulaba el diario de la burgues¨ªa catalana el 2 de julio. Lo de "sin miedo", entrecomillado por la redacci¨®n, pone los pelos de punta. El texto del patriarca es: "Combatir con decisi¨®n y confianza, sin miedo, y sin respeto para quien no nos respeta". A Pujol le anim¨® mucho lo de las caricaturas de Mahoma: qu¨¦ demonios, hay que hacerse respetar. A partir de su llamamiento a la guerra santa y conociendo de primera mano (y pu?o) a los cejijuntos y democr¨¢ticos grupos de falangistas catalanes que suelen actuar en estos casos, los firmantes andamos escondi¨¦ndonos en las mas¨ªas de recreo de algunos consellers y diputats solidarios. Sobre todo desde que Montilla ha decidido que incitamos a la "catalanofobia". No sus socios separatistas, no las juventudes de la "puta Espa?a", no Carod y Rubianes, no: el odio a Catalu?a lo inducimos nosotros. Muy honesto.

Amigo Puigvert, si te lo permiten tus principios, deja abierto alg¨²n puente para que cuando lleguen los hijos de Bin Laden a quemarnos (vivos o en efigie), los cuatro gatos que a¨²n nos tomamos en serio a este pa¨ªs podamos salir arreando hacia lugares m¨¢s democr¨¢ticos, menos violentos, m¨¢s civilizados.

F¨¦lix de Az¨²a es escritor.