Gentes del Turia
No s¨¦ cu¨¢ntos elogios se han escrito en este peri¨®dico sobre la valenciana Cartelera Turia. Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n y Eduardo Haro Tecglen se volcaban en favor de esta aparentemente simple gu¨ªa de espect¨¢culos que desde hace m¨¢s de 40 a?os viene toc¨¢ndole los cataplines a la inmensa derecha de Valencia, ciudad, por cierto, que obra tras obra se va impregnando de un aire cursi, como de estatuillas de Lladr¨®. En su contra, en la rive gauche, los ya mayorcitos chicos de la Turia destilan trilita en las escasas p¨¢ginas de su semanario. Van a por todas, y en el mismo lenguaje fallero del territorio.
El s¨¢bado pasado repartieron sus premios anuales a las mejores pel¨ªculas, actores y actrices del cine espa?ol, incluyendo, como es tradicional, a los protagonistas del cine porno. No olvidaron a las 43 v¨ªctimas mortales del accidente del metro valenciano de hace dos a?os, que una sentencia judicial sepult¨® en cal viva para no enturbiar los fastos de la visita oficial de Benedicto XVI. Ese Papa, cumpliendo con su oficio, hizo la pantomima de rezar por los muertos, pero sin renunciar a los oropeles oficiales que a ¨¦l mismo le eran debidos. Los m¨¢rtires al hoyo, y las p¨²rpuras al bollo... Que su dios le coja confesado.
Por las libertades
De eso habl¨® y mucho el showman alcoyano Xavi Castillo. El caricato se disfraz¨® de Rouco Varela, de cura pederasta y de seminarista maric¨®n, de la tigresa Rita Barber¨¢ y hasta de las peras y manzanas de la ¨ªnclita Ana Botella. Un delirio. El homenajeado principal, Gonzalo Su¨¢rez, no daba cr¨¦dito a lo que estaba viendo, ni tan siquiera el Gran Wyoming ni El Follonero, que recoger¨ªan sus premios a continuaci¨®n. Y menos a¨²n la anciana Carmen Cuesta, que, con el p¨²blico en pie, fue ovacionada como s¨ªmbolo de la Rep¨²blica que en su d¨ªa ella defendi¨® junto a las trece rosas, sus compa?eras en la Guerra Civil, adolescentes fusiladas, que nos han recordado el libro y la pel¨ªcula.
Las gentes de Cartelera Turia no tienen parang¨®n en la vida cultural espa?ola. Batallan por las libertades en tierra hostil, resisten los varapalos de una derecha poderosa, se juegan el pellejo semana tras semana defendiendo lo m¨¢s sano del cine y de la vida. El a?o pasado dijo Rafael Azcona al recibir su trofeo que el cine espa?ol deber¨ªa premiarles a ellos. Ten¨ªa raz¨®n.
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