A las puertas de Europa

Cientos de inmigrantes subsaharianos esperan escondidos en los bosques cercanos a las ciudades marroqu¨ªes de Alhucemas y, sobre todo, de Nador, su oportunidad de subirse a una patera para entrar en Espa?a. De esta zona salieron los llegados a Motril y Almer¨ªa, 29 de los cuales murieron en la traves¨ªa. Muchos han llegado aqu¨ª desde la ciudad de Oujda, fronteriza con Argelia, y que ayer visit¨® el presidente Zapatero.

Mientras las ciudades de la costa rife?a se engalanan con banderas y retratos del monarca alau¨ª, que recorrer¨¢ la zona la pr¨®xima semana, los subsaharianos subsisten en las afueras de las ciudades con lo que mendigan y la ayuda de las ONG.

"Han salido de un infierno y ahora viven en otro", asegura Faisal, vicepresidente de Chabaka, una red que engloba a 30 ONG locales, y que se ha centrado en la ayuda a los inmigrantes en una regi¨®n que en esta ¨¦poca duplica su poblaci¨®n con el retorno de los marroqu¨ªes que viven desde hace a?os en Francia, B¨¦lgica u Holanda. ?stos pasean su aparente opulencia ante la mirada de sus paisanos sentados ma?ana y tarde en los caf¨¦s.

En la zona de Alhucemas, los extranjeros, seg¨²n los cooperantes, se han alejado del casco urbano y se han adentrado en la comunidad rural de Rouadi, un ¨¢rea boscosa, ideal para esconderse de la Gendarmer¨ªa. Aunque son "muchos", evitan moverse en grandes grupos. Para hacer sus escasas compras y aprovisionarse de v¨ªveres, mandan a las zonas habitadas a uno o dos, los m¨¢s instruidos, que ejercen de "portavoces" o "secretarios", seg¨²n las ONG.

Dos tipos de mafias

Un camino de tierra en mal estado conduce a las playas de Adouze, Betes y Dirkit, desde las que varias noches por semana parten las lanchas con destino a Espa?a. En las horas de luz, los sin papeles parecen desvanecerse. Las "mafias" que proporcionan a los subsaharianos una plaza en la embarcaci¨®n son, seg¨²n Faisal, tanto personas sin escr¨²pulos que "obtienen un gran beneficio econ¨®mico" poniendo en riesgo la vida de seres humanos, como "redes informales" de personas que ayudan a los africanos en su huida "porque creen sinceramente que les est¨¢n salvando la vida".

Seg¨²n Said, otro cooperante, existen dos tipos de lanchas. "Est¨¢n las de calidad, en las que con algo m¨¢s de dinero se viaja con menos gente y con un patr¨®n y dos ayudantes al mando". Y las que lanchas neum¨¢ticas que se reservan para los subsaharianos, que pagan una media de 3.000 euros por pasaje, con la gasolina justa y sin nadie al tim¨®n que conozca m¨ªnimamente el mar.