Casi un a?o despu¨¦s
Hace tres meses utiliz¨¢bamos la expresi¨®n cisne negro -en alusi¨®n al t¨ªtulo del libro de Nassim Nicolas Taleb recientemente traducido al espa?ol- para referirnos a la actual crisis financiera. Pasado este periodo, y a punto de cumplirse el primer aniversario de la emergencia de dicha crisis, no s¨®lo se mantiene e incluso se ha agravado, sino que sigue sin percibirse en el horizonte su depuraci¨®n. M¨¢s a¨²n, en una adversa suerte de conjunci¨®n astral, de aparente tormenta perfecta, en la actualidad se superpone a dicha crisis un escenario de tensiones inflacionistas en la econom¨ªa mundial provocado por un brusco encarecimiento del precio de la energ¨ªa y de otras materias primas, as¨ª como una desaceleraci¨®n econ¨®mica notable en buena parte de los pa¨ªses desarrollados. Sirvan las siguientes l¨ªneas para hacer un cierto balance acerca de los impactos sobre las entidades bancarias espec¨ªficamente.
Tan llamativo como las p¨¦rdidas es la agilidad de las entidades financieras para captar capital
Sin perjuicio de los efectos colaterales nada desde?ables sobre otras compa?¨ªas y la econom¨ªa en general (encarecimiento de los costes de financiaci¨®n, estrangulamiento de mercados mayoristas, p¨¦rdida de confianza,...), las entidades m¨¢s afectadas han sido las adscritas al sector financiero y, en particular, la banca de inversi¨®n m¨¢s activa internacionalmente. Hasta la fecha, el deterioro reconocido del valor de los activos financieros afectados por la crisis en los balances de las entidades bancarias se estima en unos 400.000 millones de d¨®lares, de los que en torno a un 30% se concentran, con importes similares, en tres entidades: Citigroup, UBS y Merril Lynch. Las predicciones acerca del tama?o final de las p¨¦rdidas son m¨¢s especulaciones que pron¨®sticos fundamentados, dadas las evidentes dificultades para valorar adecuadamente muchos de esos activos y la propia incertidumbre sobre la duraci¨®n de la crisis. Algunas de las estimaciones disponibles, incluyendo el FMI, apuntan cifras cercanas al bill¨®n de d¨®lares. Tan llamativo como el propio nivel de p¨¦rdidas es la agilidad mostrada, en general, por las propias entidades financieras para recomponer sus niveles de capital; en este a?o, han logrado captar en el mercado unos 300.000 millones, unas tres cuartas partes de las p¨¦rdidas declaradas.
Como es natural, siendo el epicentro de la crisis de naturaleza t¨ªpicamente financiera, el valor de mercado de las propias entidades bancarias ha sufrido un duro correctivo. Hoy el sector bancario vale casi la mitad que hace un a?o. En concreto y medido por los principales ¨ªndices burs¨¢tiles del sector, como un 40% menos en media a ambos lados del Atl¨¢ntico. Quiz¨¢ merezca la pena resaltar que la banca espa?ola ha sido menos castigada, con una ca¨ªda media de su valoraci¨®n en torno al 30%, lo que sin duda est¨¢ justificado por sus mayores est¨¢ndares de solvencia, eficiencia y mayor distancia respecto de las actividades que han estado en el origen de esta crisis. La correcci¨®n ha sido por tanto muy notable. Cierto es, en todo caso, que no conocemos a¨²n el alcance de los efectos de segunda ronda, es decir, la propagaci¨®n de los efectos de la crisis por canales no estrictamente financieros. -
Daniel Manzano y ?ngel Moreno son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
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