"Usted ocupa un lugar en el coraz¨®n de Espa?a"

A los 10 d¨ªas de recuperar la libertad, los seis a?os de cautiverio a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) empiezan a pasar factura a Ingrid Betancourt. La ex candidata a la presidencia colombiana compareci¨® ayer, visiblemente fatigada, junto a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Aunque ha expresado su prop¨®sito de apartarse del foco de las c¨¢maras, lo que parece inaplazable para preservar su quebrantada salud, acudi¨® a la Embajada de Espa?a en Par¨ªs. Lo hizo, seg¨²n dijo, para agradecer las gestiones del Gobierno espa?ol, que "trabaj¨®, ayud¨®, alent¨® e intent¨®" su liberaci¨®n, seg¨²n record¨® Zapatero, aunque finalmente sus desvelos no tuvieran, en teor¨ªa, nada que ver con el rescate, fruto de una operaci¨®n del Ej¨¦rcito colombiano.

Pero lo hizo tambi¨¦n por temor a que, una vez liberados ella y los tres rehenes estadounidenses, la opini¨®n p¨²blica mundial se desentienda de la suerte de los cientos de secuestrados que siguen en la selva. "Los colombianos tienen que saber que no hay un segundo en que no estemos pensando en c¨®mo traer a los que quedaron en manos de las FARC", dijo Betancourt. "Me he comprometido a seguir en la tarea de la libertad para aquellos que a¨²n no la tienen", asegur¨® Zapatero.

Desde 2004, Espa?a forma parte, junto a Suiza, Francia y el Vaticano, de un grupo de mediaci¨®n entre Bogot¨¢ y la guerrilla que, hasta ahora, no ha obtenido ning¨²n resultado.

El presidente de Gobierno se mostr¨® muy cari?oso con su invitada, a la que dijo que "ocupa ya un lugar en el coraz¨®n de Espa?a", y a la que obsequi¨®, entre otros presentes, con una biograf¨ªa de Santa Teresa, lo que parece cuadrar con la personalidad de Betancourt, que acababa de regresar de Lourdes, donde dio las gracias a la Virgen.