Chiclana se despide de su antiguo poblado marinero
Costas derriba las casas de Sancti Petri despu¨¦s de 30 a?os de abandono
La excavadora se llev¨® por delante una pared. Y detr¨¢s de ella, varias bicicletas, un congelador, una televisi¨®n, varias sillas. La pala destru¨ªa as¨ª la vida de los ¨²ltimos cinco a?os de Antonio S¨¢nchez, el tiempo que ha pasado desde que ocup¨®, junto a su familia, una de las casas abandonadas de Sancti Petri, un antiguo poblado de Chiclana (C¨¢diz) que surgi¨® en torno al negocio de la pesca del at¨²n. La Demarcaci¨®n de Costas emprende este derribo para recuperar una zona id¨ªlica, un trozo del pasado gaditano que permanec¨ªa en ruina.
"Sancti Petri fue un emporio de riqueza", explica Juan Jos¨¦ Dorante, de 65 a?os, uno de los muchos chiclaneros que presume de haber nacido en el poblado. Tambi¨¦n su vecina Ana Bernal, de 59. Ambos comparten nostalgia por la infancia y juventud feliz que pasaron en aquellas casas. "Era un lugar muy avanzado. Ten¨ªa cinco colegios, una iglesia, un ATS, luz el¨¦ctrica", narra Dorante. "All¨ª me bautic¨¦, hice mi comuni¨®n y me cas¨¦", rememora Bernal.
El lugar se levant¨® sobre el dinero que daba la almadraba, un sistema tradicional de pesca promovido por un consorcio de diferentes propietarios que en los mejores momentos lleg¨® a dar trabajo a un millar de personas.
A principios de los a?os setenta la crisis provoc¨® la desaparici¨®n del consorcio nacional almadrabero, y con ¨¦l los habitantes del poblado fueron abandonando las casas. Sancti Petri dej¨® calles fantasma, cuyos locales fueron ocupados por algunos pescadores y clubes deportivos y tambi¨¦n por personas como Antonio S¨¢nchez, que aprovecharon las casas vac¨ªas para forjarse su propia vida sin necesidad de pagar un alquiler.
Algunos escarban en alg¨²n antepasado pescador para defender su derecho a residir en unas viviendas que ayer, por orden de Costas, comenzaron a caer. Ahora, el antiguo barrio marinero de Sancti Petri se reconvertir¨¢ en un espacio para el turismo y el ocio. Costas tiene cuatro propuestas sobre la mesa para potenciar la llegada de embarcaciones deportivas y convertir en un referente este lugar emblem¨¢tico.
S¨®lo se salvar¨¢n algunas casas y la iglesia. Una supervivencia eclesi¨¢stica que indigna a Antonio S¨¢nchez. "La iglesia s¨ª, pero mi congelador no". Y sobre las ruinas lanz¨® el congelador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.