Las figuras no aportaron nada

No parece que Enrique Ponce vaya a permanecer activo demasiado tiempo en los ruedos, si ponemos como ejemplo su actuaci¨®n de ayer en Pamplona. Pese a su reconocida t¨¦cnica, la labor en sus dos toros no pas¨® de lo discreto. En su primero estuvo m¨¢s pendiente de torear sobre el registro de adornos (trincherazos, remates a una mano, mucho falso desmayo y otras lindezas) que de torear con un sentido profundo. En su segundo, algo parecido. En una faena y otra sobreabund¨® lo friolento. Ponce t¨¦mpano, Ponce perdido como una mariposa entre dos r¨ªos...

Esa notable t¨¦cnica le lleva a torear siempre igual. Esto hace que no d¨¦ oportunidad a la improvisaci¨®n de los sentimientos, que son los que dejan un mayor poso en el recuerdo. Pod¨ªa decirse que son muchos a?os los perdidos, debido al factor t¨¦cnica. Es cierto que, por el contrario, eso le ha permitido llegar a ser un torero supermillonario. Como dir¨ªa el castizo, mejor para ¨¦l. Mas yo digo que durante esos a?os se ha visto impedido a dar rienda suelta a ese tesoro que se llama improvisaci¨®n de los sentimientos. Mat¨® como casi siempre, muy mal.

Algo m¨¢s dispuesto estuvo El Juli. Sobre todo en su segundo. En el primero abus¨® del paso atr¨¢s. No lig¨®. Lo poco bueno pod¨ªa adscribirse a que cit¨® con la mano derecha en dos ocasiones de lejos, con la muleta adelantada. Pero no acab¨® por dominar al toro. Intent¨® o simul¨® un par de arrimones -muy aplaudidos- y poco m¨¢s, salvo que le apiol¨® un gran espadazo. Fue lo m¨¢s torero de la corrida. Para eso s¨ª val¨ªa la pena haber estado en el coso pamplon¨¦s. Tambi¨¦n es cierto que es poco el aporte si tenemos en cuenta que El Juli es otro de los que se puede ba?ar todos los d¨ªas en oro y esmeraldas. Har¨ªa falta la varita del zahor¨ª para averiguar qu¨¦ piensan las llamadas figuras del toreo cuando cobran lo mismo dando lo mejor de s¨ª como cua