Adelgazar en familia
Un programa integral muestra el camino del ¨¦xito contra el sobrepeso infantil
La reeducaci¨®n de los h¨¢bitos alimentarios, del estilo de vida y de algunos aspectos emocionales empieza a dar resultados tangibles en ni?os obesos o con sobrepeso. Ni?@s en movimiento, un programa que se lleva a cabo en el Servicio de Pediatr¨ªa del hospital Materno-infantil Vall d'Hebron de Barcelona desde hace cinco a?os, ha conseguido facilitar la p¨¦rdida de peso y modificar los h¨¢bitos alimentarios y los trastornos emocionales que contribuyen a desarrollar la obesidad, en ni?os de entre 7 y 12 a?os. Los autores de este programa, ¨²nico en Espa?a, acaban de publicar los primeros resultados de su aplicaci¨®n entre 2005 y 2006 en un grupo de 81 ni?os y ni?as, en la revista Medicina Cl¨ªnica. Durante ese periodo, redujeron en casi 20 puntos la prevalencia de obesidad del conjunto de la muestra, y los ni?os mejoraron tambi¨¦n en otros aspectos tan relevantes como la calidad de la dieta o el riesgo de padecer ansiedad o depresi¨®n.
El programa ense?a a comer mejor y ayuda a reducir peso y ansiedad
La reeducaci¨®n incide en el estilo de vida de los ni?os y sus allegados
Ahora, los investigadores, coordinados por el jefe del Servicio de Pediatr¨ªa de Vall d'Hebron, Antonio Carrascosa, proponen su implantaci¨®n en centros de asistencia primaria para tratar la obesidad infantil y prevenir su progresi¨®n en la adolescencia y la vida adulta. Y para conseguirlo ya han empezado a formar profesionales de la salud en diversas ciudades espa?olas para que puedan desempe?ar el papel de "educadores en obesidad infantil", aprovechando la experiencia y el material did¨¢ctico elaborado en el programa.
Estructurado en 11 sesiones grupales de 90 minutos de duraci¨®n y periodicidad semanal, con los ni?os y sus familias de forma separada, emplea "t¨¦cnicas de reeducaci¨®n cognitivo-conductuales y afectivas, como cuentos y registros de conducta, para abordar temas relacionados con la alimentaci¨®n, la emocionalidad y los estilos de vida", explica Sandra Gussinyer, psic¨®loga cl¨ªnica infanto-juvenil y miembro de la Unidad de Obesidad Infantil del hospital Vall d'Hebron. Inspirado en otros programas que se llevan a cabo en Estados Unidos y Canad¨¢, y siguiendo las gu¨ªas derivadas del consenso de diversas sociedades cient¨ªficas, nacionales e internacionales, en los grupos se trabajan conceptos como la publicidad enga?osa, el autocontrol, la imagen corporal, la autoestima, la relajaci¨®n y los derechos personales. Asimismo, se ense?an una serie de pautas de alimentaci¨®n sanas y equilibradas, sin restricci¨®n cal¨®rica, y se promueve la actividad f¨ªsica, estimulando la pr¨¢ctica de un ejercicio estructurado tres veces por semana.
La media de los valores del IMC o ¨ªndice de masa corporal (valor resultante de dividir el peso entre el cuadrado de la altura en metros) del total de la muestra al finalizar el programa fue significativamente menor que la inicial, una diferencia que se observ¨® tanto en ni?os como en ni?as. Al comenzar el programa, 14 ni?os (17,3%) presentaban valores de IMC en la categor¨ªa de sobrepeso y 67 (el 82,7%) en la de obesidad. Al finalizarlo, en cambio, 4 ni?os (el 4,9%) ten¨ªan valores de IMC normales, 25 (30,9%) ten¨ªan valores indicativos de sobrepeso y 52 (64,2%) de obesidad.
Los par¨¢metros que med¨ªan la calidad de la dieta mediterr¨¢nea tambi¨¦n experimentaron cambios significativos. Mejoraron los h¨¢bitos alimentarios (con un aumento significativo del porcentaje de consumo de frutas, verduras, pescado, pasta o arroz y l¨¢cteos) y, lo que es muy relevante como factor de predisposici¨®n a la obesidad, disminuy¨® del 36,8 al 11,8 el porcentaje de ni?os que se saltaban el desayuno, y del 14,4 al 1,3, el de los que tomaban golosinas a diario. El seguimiento del programa consigui¨® tambi¨¦n reducir el riesgo de sus participantes a padecer un trastorno de ansiedad y depresi¨®n, en el 16,2 y el 6,8%, respectivamente, y aument¨® su autoestima, seg¨²n las escalas de los cuestionarios utilizados. En tres ni?os no se presentaron cambios en el IMC y en otros seis aument¨®.
Por todo ello, proponen que el programa contin¨²e en los ni?os y las familias que respondieron de forma deficiente y se prev¨¦ un seguimiento durante cinco a?os para el resto.
"Nuestros resultados no pueden ser generalizados a toda la poblaci¨®n, porque cuentan con el factor motivaci¨®n", explica Carrascosa. Este pediatra insiste en que, justamente, una de las claves del ¨¦xito es que "posibilita un espacio para que los ni?os y sus familias puedan hablar libremente de sobrepeso y obesidad". Para los que quieran pens¨¢rselo, Ni?@s en movimiento. Gu¨ªa integral para el sobrepeso infantil (Ediciones Ceac), escrito por Gussinyer y Norma I. Garc¨ªa-Reyna, nutricionista y doctora en Psicolog¨ªa infanto-juvenil de la misma unidad, contiene testimonios y el material que dise?aron para el programa.
Genotipo ahorrador en la sociedad de la abundancia
En Espa?a, las cifras de prevalencia del sobrepeso y la obesidad en ni?os empiezan a dibujarse en negro. El estudio m¨¢s reciente, publicado en el n¨²mero de junio de Anales Espa?oles de Pediatr¨ªa, midi¨® el ¨ªndice de masa corporal (IMC) de 34.000 adolescentes del Pa¨ªs Vasco, Zaragoza, Andaluc¨ªa y Catalu?a: el 20% de los chicos ten¨ªan sobrepeso al cumplir los 18 a?os, una cifra s¨®lo superada por Estados Unidos, y entre las chicas, el valor sumaba el 15%, debido, seg¨²n los investigadores, a la preocupaci¨®n por la dieta y el propio cuerpo que empieza a detectarse a estas edades. El IMC se situaba en la categor¨ªa de obesidad en el 3% de la misma poblaci¨®n, una cifra parecida a las de nuestro entorno europeo.
"De seguir as¨ª, por primera vez en la sociedad del desarrollo, ni?os y adolescentes podr¨ªan tener unas expectativas de vida menores que sus progenitores", advierte Antonio Carrascosa, jefe del Servicio de Pediatr¨ªa del hospital Vall d'Hebron y coordinador tambi¨¦n de este trabajo. ?Por qu¨¦ se ha llegado a esta situaci¨®n? Seg¨²n Carrascosa, "nuestra especie lleva millones de a?os adapt¨¢ndose a vivir con la m¨ªnima cantidad de energ¨ªa, en unas condiciones de carencia de alimentos que se han roto de forma brusca en los ¨²ltimos 50 a?os".
Tenemos un genotipo "ahorrador" que tiene dificultades para adaptarse a esta sociedad de la abundancia, insiste este catedr¨¢tico de Pediatr¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona.
La prevenci¨®n es la respuesta, pero hay que empezar durante los primeros a?os de vida, subraya Carrascosa. Y es que, seg¨²n este pediatra, cuando un ni?o entra en la pubertad con sobrepeso, ya es muy dif¨ªcil equilibrar la balanza. Por eso, el programa Ni?@s en movimiento act¨²a en la etapa de la prepubertad, entre los 7 y los 12 a?os, cuando todav¨ªa se puede trabajar no s¨®lo el estilo de vida, sino tambi¨¦n el componente emocional, que tiene "una gran importancia", seg¨²n Sandra Gussinyer, psic¨®loga cl¨ªnica y coautora del programa. "En muchos casos, vemos gran cantidad de problemas derivados de una estructura familiar d¨¦bil y poco contenedora", explica. Pero no hay que se?alar, sino trabajar mucho y muy bien la culpabilidad.
"Al individuo obeso no hay que acusarle, sino ayudarle a dejar de ser obeso", enfatizan tanto Gussinyer como Carrascosa. En el estudio publicado en Medicina Cl¨ªnica, los autores trazan un mapa de ruta para conseguirlo: "combinar una alimentaci¨®n no carencial y equilibrada que permita un crecimiento adecuado, el incremento de la actividad f¨ªsica y la modificaci¨®n de actitudes y comportamientos alimentarios, tanto del ni?o como de su entorno familiar, sin descuidar los aspectos psicol¨®gicos, como la baja autoestima, rasgos de ansiedad o depresi¨®n y el acoso que muchas veces sufren los ni?os con sobrepeso".
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