'Sutra' une la danza con el 'kung-fu' de los monjes de Shaolin
El bailar¨ªn y core¨®grafo belga Sidi Larbi Cherkaoui, uno de los grandes valores de la danza contempor¨¢nea, es vegetariano, no bebe alcohol y cree firmemente en el trabajo corporal como v¨ªa para desarrollar el pensamiento. Asegura que estas inclinaciones le hacen sentirse como "la oveja negra". Cuando en 2007 visit¨® el monasterio chino de Shaolin y comparti¨® con los monjes budistas la disciplina de meditaci¨®n y dieta, se sinti¨® como en casa. Su fascinaci¨®n por el kung-fu ayud¨® tambi¨¦n. Fue as¨ª como decidi¨® hermanar en un espect¨¢culo la fuerza y la espiritualidad de las artes marciales con su estilo coreogr¨¢fico. Un a?o despu¨¦s surgi¨® Sutra, estrenado en mayo en Londres, que desde hoy hasta el viernes recala en el Grec.
En el escenario, Larbi se encuentra con 17 monjes de Shaolin, cuya capacidad para crear con ¨ªntima relaci¨®n con la naturaleza y las fuerzas elementales admira. Entre los int¨¦rpretes hay un ni?o, con quien juega al ajedrez. El tablero reproduce a escala la escenograf¨ªa de cajas ata¨²d del artista brit¨¢nico Anthony Gormley (premio Turner en 1997). Son estructuras de grandes dimensiones, una por int¨¦rprete. "Las cajas equivalen al espacio privado que cada uno de nosotros tiene en su vida. Podemos compartirlo o no", indica el core¨®grafo. Una met¨¢fora sencilla sobre el individuo y la colectividad, dos polos entre los cuales los monjes de Shaolin se mueven de un modo que impresion¨® a Larbi. "Yo he crecido en una cultura muy individualista. En el monasterio la individualidad est¨¢ muy marcada, pero existe una conciencia de grupo", asegura.
Espect¨¢culo com¨²n
La locuacidad de Larbi contrasta con la parquedad de los monjes. Para ellos, el trabajo con el core¨®grafo belga ha supuesto
"una oportunidad para aprender". El core¨®grafo explica que el trabajo con las cajas, planteado como un juego, dio pie para improvisar elementos utilizados luego en el espect¨¢culo. Eso s¨ª, son casi destellos, fragmentos que a su juicio cuadran con la m¨²sica para piano, percusi¨®n y cuerda creada por Sim¨®n Brz¨®ska y tocada en directo por cinco m¨²sicos. En conjunto, 23 int¨¦rpretes sobre el escenario al servicio de un espect¨¢culo com¨²n, en un intento de trazar puentes sobre las diferencias. "Yo no tengo la t¨¦cnica de los monjes y ellos no son bailarines. Pero nuestro lenguaje es muy similar", resume Larbi.
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