Ibarretxe amenaza

El 'lehendakari' ha respondido con la amenaza de no se sabe qu¨¦ iniciativas legales, sociales y pol¨ªticas, a la presentaci¨®n ayer por el Gobierno del recurso suspensivo ante el Tribunal Constitucional de su pretendida consulta. Juan Jos¨¦ Ibarretxe insiste en una v¨ªa que sirve a sus intereses electorales a corto plazo, pero a costa de tensionar irresponsablemente la vida pol¨ªtica espa?ola. Ha hecho o¨ªdos sordos a la advertencia de Zapatero de que no cuente con su Gobierno para "aventuras" y ha deso¨ªdo incluso el prudente consejo de su compa?ero de partido I?aki Azkuna, alcalde de Bilbao, de que no siga por un camino que le lleva una vez m¨¢s a darse contra la pared.

Con la consulta sobre el llamado "derecho a decidir" -un refer¨¦ndum consultivo en toda regla, aunque elude llamarse as¨ª-, Ibarretxe busca una legitimidad propia y diferenciada de la que sustenta su funci¨®n de lehendakari, que no es otra que el Estatuto de Gernika y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, la Constituci¨®n de 1978. Es decir, sustituir por su cuenta y riesgo el principio constitucional auton¨®mico por el soberanista. Y lo hace, adem¨¢s, con ese halo de aparente candor con que suele adornar sus iniciativas -"?qu¨¦ hay de malo en ello?", es su coletilla-, aunque reserv¨¢ndose en esta ocasi¨®n toda una serie de medidas en defensa y apelaci¨®n a este supuesto derecho de los vascos a decidir as¨ª sobre su futuro. Y en esa misi¨®n no parece importarle dividir ni arrastrar al Parlamento de Vitoria a un choque institucional con el Gobierno ni recibir el voto de una fuerza pol¨ªtica -el PCTV- que hace causa com¨²n con quienes atentan y asesinan dentro y fuera del Pa¨ªs Vasco.

Ibarretxe intent¨® ayer presentar el recurso del Gobierno como "un ataque a nuestra autonom¨ªa" y "la suspensi¨®n de hecho de nuestro autogobierno pol¨ªtico". Pero se disfrace como se disfrace, el refer¨¦ndum vergonzante que propone re¨²ne las caracter¨ªsticas del que la Constituci¨®n reserva en exclusiva al Estado. El lehendakari tiene raz¨®n en que "los espa?oles no pueden decidir por los vascos", pero oculta que eso s¨®lo sucede en cuestiones propias de su autonom¨ªa, no en las que, como el refer¨¦ndum que plantea, competen al conjunto de los ciudadanos. Que insista en esta v¨ªa supone actuar con deslealtad, una conducta impropia de un gobernante democr¨¢tico para el que, por encima de todo, debe primar el respeto a la legalidad.