Malos tiempos para el patrocinio

Es probable que la palabra "Suiza" lleve a pensar en lugares comunes como relojes, chocolates, bancos o incluso Heidi. Pero la realidad es bastante distinta. Habr¨ªa que agregar que Suiza es, junto con Estados Unidos, el pa¨ªs que vio nacer Internet; una potencia qu¨ªmico-farmac¨¦utica (Novartis, Roche) y alimenticia (Nestl¨¦), adem¨¢s de plaza central en el mercado de materias primas. Pero otro aspecto de este peque?o pa¨ªs es su vinculaci¨®n con los grandes eventos de alcance planetario. O, si se prefiere, de c¨®mo la cultura puede ser otro motor de la econom¨ªa.

Las 'joyas de la corona' con, sin duda, Art Basel y el Festival de Lucerna. Con 39 a?os de historia, la feria de Basilea es la m¨¢s importante cita del arte contempor¨¢neo mundial y su influencia ha llegado hasta Am¨¦rica gracias a su filial en Miami Beach. Aunque la cifra de negocios de Art Basel es el secreto de los secretos, seg¨²n la prensa suiza, en 2008 se habr¨ªan 'movido' en s¨®lo cuatro d¨ªas cifras cercanas a los 100 millones de euros, sin contar los ingresos hoteleros y de restauraci¨®n para la ciudad.

Art Basel mueve unos 100 millones de euros en s¨®lo cuatro d¨ªas

Los eventos culturales se financian con iniciativa privada

UBS deja de patrocinar un festival por la crisis 'subprime'

Para los mel¨®manos, Lucerna acoge a la 'madre' de todos los festivales. Con una programaci¨®n capaz de poner en rid¨ªculo al m¨¢s pintado de los festivales europeos, la riqu¨ªsima ciudad suiza convoca desde 1938 a lo mejor de las formaciones sinf¨®nicas planetarias y a los primeros espadas del viol¨ªn o del piano. Y todo esto sin mencionar al legendario Montreux Jazz Festival, con 42 a?os de historia y considerado a¨²n como el m¨¢s influyente y prestigioso festival de m¨²sicas populares del mundo. El presupuesto de Montreux este a?o se ha acercado a los 18 millones de francos suizos para 15 d¨ªas de festival. Casi nada...

A estos eventos se suman Baselworld, feria internacional de relojer¨ªa y joyer¨ªa, los festivales musicales de Verbier o Gstaad, o el Festival Internacional de Cine de Locarno, decano de los eventos cin¨¦filos de Europa, con m¨¢s de 60 a?os. Y ello sin contar los peque?os festivales regionales. Como comentaba a este cronista Claude Nobs, patr¨®n del Montreux Jazz Festival, "Suiza tiene m¨¢s festivales musicales que ning¨²n otro pa¨ªs del mundo".

Pero dentro de este panorama id¨ªlico, rayano en lo paradis¨ªaco, hay una nota discordante. Y no es una cuesti¨®n menor. A diferencia de otros pa¨ªses europeos como Francia, Alemania o Espa?a, la cultura aqu¨ª no es un tema del que se hagan cargo el Estado o los cantones (autonom¨ªas) sino que depende mayormente de la iniciativa privada, seg¨²n el modelo anglosaj¨®n de mecenazgo. Y dos bancos son quienes, directa o indirectamente, hacen posibles la casi totalidad de estos eventos: UBS y Credit Suisse.

La UBS ya ha hecho p¨²blico en 2007 que deja de financiar a la UBS Verbier Festival Orchestra. Posiblemente, la punta del 'iceberg' si la crisis de las subprime americanas sigue haciendo estragos en los balances del buque insignia de la anta?o todopoderosa banca suiza. En un mundo cambiante, y cada vez m¨¢s complejo, parece ser que ya ni siquiera puede uno creer en los bancos suizos. Que dios nos coja confesados.