Caricaturas
Un cartel de tron¨ªo, una plaza legendaria y una ganader¨ªa de post¨ªn auguraban un gran espect¨¢culo en El Puerto de Santa Mar¨ªa, pero todo qued¨® reducido a una vergonzosa caricatura. ?Hay que ver c¨®mo est¨¢ el toreo...! Ponce, El Cid y Castella no se parecieron en nada a una figura del toreo. Qu¨¦ comodidad, qu¨¦ sentido m¨¢s acusado del alivio, qu¨¦ ventajistas los tres, qu¨¦ toreros m¨¢s insulsos...
Este coso fue legendario, y ha quedado convertido en una plaza de pueblo de donde ha desaparecido la exigencia, y los tendidos han sido ocupados por un p¨²blico triunfalista y aplaudidor que hace un flaco favor a la historia de este albero. ?Y los toros? ?Vaya la corrida de Torrestrella! Toros chicos, inv¨¢lidos, descastados y sin pitones... Bueno, con pitones romos y sospechosos de haber sido manipulados fraudulentamente.
Torrestrella/ Ponce, El Cid, Castella
Cinco toros de Torrestrella y uno -el tercero- de La Palmosilla. Enrique Ponce: palmas y ovaci¨®n. El Cid: oreja y ovaci¨®n. Sebasti¨¢n Castella: ovaci¨®n y silencio. Plaza de El Puerto de Santa Mar¨ªa. 20 de julio. Media entrada.
Total, que hubo muchos aplausos, pero lo que all¨ª ocurri¨® nada tiene que ver con el toreo. Qued¨® reducido a una vergonzosa caricatura. Produc¨ªa un rubor indescriptible ver a Ponce -que dio la impresi¨®n de estar de despedida- hacer alardes ante un proyecto de cad¨¢ver, como fue su primero. No mejor¨® ante el cuarto, soso y con cierta calidad, al que tore¨® fuera cacho, sin cruzarse nunca y muy despegado. Dej¨® una pobre imagen, impropio de una figura.
El Cid tambi¨¦n lleg¨® con intenci¨®n de sestear. Capote¨® por chicuelinas a su primero, y mejor que no se prodigue, porque el resultado careci¨® de brillantez. Se alivi¨® sobremanera ante un toro primero descastado y con poca clase que no le permiti¨® confiarse. Y eso que era un novillote... Mejor¨® ante el quinto, y alguna tanda, sobre todo con la mano derecha, result¨® airosa y record¨® al Cid poderoso y artista, pero dio un lamentable mitin con la espada, a pesar de lo cual lo ovacionaron.
Y cerraba cartel Sebasti¨¢n Castella, que desde que se separ¨® de Jos¨¦ Antonio Campuzano est¨¢ desconocido. Sigue siendo valeroso, pero su sentido del toreo es ins¨ªpido, superficial e incoloro. Naufrag¨® ante el tercero, y dijo muy poco ante el sexto. Lo mejor de la tarde, las banderillas de Curro Robles, Manuel Molina y Curro Molina. Todo lo dem¨¢s, una caricatura del toreo aut¨¦ntico. Alguien parece haberle perdido el respeto a esta fiesta.
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