Igual a s¨ª mismo
Volvi¨® a suceder. En realidad nada hac¨ªa suponer que esta vez pudiera ser diferente. Y no lo fue: Bruce Springsteen volvi¨® a arrasar por la v¨ªa directa en el Camp Nou. Sin contemplaciones: llegar, aparecer (eso s¨ª: con 20 minutos de retraso, nobleza obliga) y poner a sus pies a m¨¢s de 70.000 barceloneses sin otra arma que su m¨²sica. As¨ª de sencillo.
Tras varios a?os dedicado a rescatar a su manera (?soberbio rescate!) una parte del folk norteamericano m¨¢s comprometido reivindicando la figura del siempre reivindicable Pete Seeger, el Boss hab¨ªa decidido regresar al rock and roll. En su posici¨®n pod¨ªa haber tomado cualquier camino, pero decidi¨® lo m¨¢s l¨®gico: ?para qu¨¦ inventar algo si ya existe Bruce Springsteen? As¨ª que: a la carretera recuper¨¢ndose a s¨ª mismo en todos sus detalles y magnific¨¢ndolos para gloria del rock and roll.
BRUCE SPRINGSTEEN AND THE E STREET BAND
Camp Nou, Barcelona, 19 de julio.
Regal¨® una arm¨®nica a un admirador que se la ped¨ªa con un letrero
Fue el Springsteen rockero, avasallador, implacable
El Springsteen entra?able (camisa negra, vaqueros con enorme pa?uelo azul sobresaliendo de su bolsillo posterior). El Springsteen cercano (nada del s¨ªndrome de Lennon: sumergi¨¦ndose entre el p¨²blico, apretando manos, besando otras y regal¨¢ndole una arm¨®nica a un admirador de las primeras filas que se la hab¨ªa pedido con un simp¨¢tico letrero). El Springsteen colega (recogiendo letreros con peticiones para despu¨¦s incluirlas de forma espont¨¢nea en el espect¨¢culo). Y en el fondo lo m¨¢s importante de todo, el Springsteen rockero, avasallador, implacable, capaz de poner en movimiento a las masas sin ning¨²n tipo de artilugio superfluo (su grandioso escenario no contiene absolutamente nada que pueda dispersar la atenci¨®n del respetable, s¨®lo unas pantallas gigantes de v¨ªdeo de alta definici¨®n para seguir sus pasos o los de su p¨²blico).
Springsteen no necesita aparatosas puestas en escena, lo suyo es la m¨²sica, la complicidad y comunicaci¨®n que consigue con su m¨²sica. Y en el Camp Nou el s¨¢bado por la noche, gracias a la m¨²sica, complicidad y comunicaci¨®n se vivieron a tope.
Volver¨¢ a o¨ªrse, seguro, que este ha sido su mejor concierto en Barcelona, su mejor concierto de la gira y otras cosas similares. Tanto da, para los que estuvieron all¨ª ser¨¢ simplemente un recuerdo imborrable.
Abri¨® la velada una potente versi¨®n de No surrender y la cerr¨®, tres horas despu¨¦s, bailando al ritmo de un cl¨¢sico tan cl¨¢sico como Twist and shout. Entre medio hab¨ªa sucedido de todo, desde momentos emotivos (The River, una vez m¨¢s impresionante) hasta otros r¨ªtmicamente m¨¢s potentes (el apote¨®sico Badlands que cerr¨® oficialmente el espect¨¢culo) que consiguieron que 70.000 gargantas cantaran a su vez y 140.000 brazos se alzaran r¨ªtmicamente mecidos por la m¨²sica.
Un total de 28 canciones para todos los gustos. Por supuesto no falt¨® Born to run y todos los asistentes corrieron en sus pensamientos hacia esa libertad que Springsteen proclam¨® en su ¨²nico discurso de la noche.
Cuando pasada la una de la madrugada los primeros compases de Twist and shout pusieron a bailar al personal. en todas las caras pod¨ªan verse l¨®gicos signos de cansancio (no en todas: el Boss parec¨ªa fresco como una rosa). Un cansancio que sab¨ªa a gloria, seguro que a muchos (?todos?) no les hubiera importado seguir otras tres horas m¨¢s.
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