Sorpresa y humor en un viaje por tierras afganas
Nicolas Wild describe en 'Kaboul Disco' un pa¨ªs tan bello como terrible
Desde hace a?os, el cuaderno de viaje es uno m¨¢s de los g¨¦neros que se pueden encontrar habitualmente en el panorama de la historieta francesa. Concebido como una recopilaci¨®n de dibujos alrededor de un viaje o evento, ha sido practicado por los dibujantes m¨¢s famosos, con tal ¨¦xito que no son pocas las editoriales que le dedican colecciones espec¨ªficas. Esta tendencia evolucion¨® en especial de la mano de Guy Delisle quien, tras una serie de viajes a China y Corea para supervisar series de animaci¨®n, decidi¨® plasmar su experiencia en dos ¨¢lbumes, Shenzen y Pyonyang (publicados en Espa?a por Astiberri), que transitan entre el cuaderno de viaje m¨¢s cl¨¢sico y un relato costumbrista y autobiogr¨¢fico.
Wild: "Quer¨ªa personajes verdaderos y no caer en la trampa de una descripci¨®n ex¨®tica de Afganist¨¢n"
El dibujante se convierte as¨ª en un testigo privilegiado, con un medio ideal. El ¨²ltimo exponente de esta nueva forma de entender este g¨¦nero es Kaboul Disco, del autor franc¨¦s Nicolas Wild (editado con puntualidad en Espa?a por Ponent Mon). Es el primer volumen de una serie a trav¨¦s de la que el joven dibujante narrar¨¢ su experiencia de casi un a?o y medio en Afganist¨¢n.
Lleg¨® a ese pa¨ªs asi¨¢tico para un trabajo breve de apenas dos meses, pero la adaptaci¨®n de la nueva Constituci¨®n del pa¨ªs en forma de historieta para los ni?os y la aparici¨®n de nuevos retos alargaron su estancia: "La experiencia humana y profesional era tan rica e in¨¦dita que quise alargarla al m¨¢ximo. Es un bello pa¨ªs, apasionante y terrible a la vez", cuenta Wild en conversaci¨®n a trav¨¦s del correo electr¨®nico.
Autor de varios webcomics, comenzar¨ªa un blog que har¨ªa las veces de cuaderno de viaje y que, con el tiempo, evolucion¨® a una historieta: "La v¨ªspera de mi salida de Kabul se me ocurri¨® la idea de hacer un ¨¢lbum usando como columna vertebral los proyectos en los que trabaj¨¦". Planes en su gran mayor¨ªa did¨¢cticos sobre la Constituci¨®n, el cultivo de opio o los derechos de los prisioneros de guerra, que le obligaron a usar un tono did¨¢ctico que ha trasladado con habilidad a la historieta, evitando caer en la simple anecd¨®ta y buscando reflejar a trav¨¦s de sus sentimientos y percepciones la situaci¨®n del pa¨ªs.
"Quer¨ªa escribir una historia con personajes verdaderos, que llevaran el peso del relato. Era necesario que los di¨¢logos fuesen los que hiciesen avanzar la historia. No quer¨ªa caer en la trampa de una descripci¨®n ex¨®tica del pa¨ªs: Afganist¨¢n es el decorado de mi historia, no el sujeto".
De hecho, la lectura de Kaboul Disco implica acompa?ar al autor en el descubrimiento de un pa¨ªs completamente ajeno en cultura que vive una situaci¨®n l¨ªmite. Si en las primeras p¨¢ginas asistimos al choque de tradiciones, a la sorpresa de una ciudad que lucha por parecerse a las del primer mundo, poco a poco ese t¨®pico se ir¨¢ sustituyendo por una inmersi¨®n en la verdadera realidad del pa¨ªs, desde las dificultades econ¨®micas a los problemas de seguridad, visto con pinceladas de humor: "los afganos tienen mucho humor", recuerda Wild. "Lo necesitan para soportar las tragedias. Yo he intentado copiar esa actitud. Pod¨ªa haber hecho un c¨®mic m¨¢s tr¨¢gico y oscuro, pero precisamente los afganos que han le¨ªdo el libro estaban muy contentos de leer cosas divertidas de Afganist¨¢n, est¨¢n hartos de que su pa¨ªs se asocie perpetuamente a la guerra, los talibanes y los burkas".
De forma consciente, Wild intenta en todo momento evitar el juicio sobre los hechos ocurridos hasta el momento. No muestra partidismo ninguno: ni con las ONG que act¨²an all¨ª, ni con las autoridades locales, ni con el omnipresente ej¨¦rcito americano. S¨®lo deja un reguero de pistas, basados en su propia experiencia y en su visi¨®n de todo lo que all¨ª acontec¨ªa, para que sea el lector el que decida finalmente, el que definitivamente emita un juicio sobre la situaci¨®n actual de Afganist¨¢n, sin la contaminaci¨®n de los t¨®picos m¨¢s conocidos y repetidos.
Dieciocho meses de estancia certifican al autor que es la ¨²nica forma de abordar la realidad afgana: "Ahora que he vivido y viajado a trav¨¦s del territorio, que he aprendido un poco m¨¢s de persa, tengo una visi¨®n m¨¢s amplia, pero tambi¨¦n, desgraciadamente, m¨¢s confusa. Dice un proverbio persa que 'lo mejor que se puede traer de un viaje es volver vivo y con buena salud'. Y yo estoy bastante de acuerdo".
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