"No somos capaces de cumplir nuestros propios principios"
Siete a?os despu¨¦s del ataque a las Torres Gemelas, el Gobierno de Estados Unidos ha sentado en el banquillo a su primer acusado por cr¨ªmenes de guerra desde la II Guerra Mundial. Es Salim Ahmed Hamdan, un yemen¨ª que trabaj¨® como ch¨®fer de Osama Bin Laden y que lleva m¨¢s de seis a?os encerrado en la base militar de Guant¨¢namo. Lo juzga una comisi¨®n militar que sigue unas reglas propias al margen del derecho internacional. Steven David es coronel y lidera el equipo de abogados defensores de los 20 acusados formalmente hasta el momento en estas comisiones, incluyendo a Hamdan.
"Han estado a?os sin derechos, y eso es dif¨ªcil de olvidar. No conf¨ªan en nadie"
Cada d¨ªa, despu¨¦s de las sesiones, informa a la prensa desplegada en la base naval sobre la marcha del juicio. Es un firme defensor del Ej¨¦rcito estadounidense, pero est¨¢ convencido de la necesidad de que su pa¨ªs, aunque sea tarde, rectifique el desatino que ha creado en este diminuto espacio de la isla de Cuba.
Pregunta. ?Est¨¢ teniendo Salim Hamdan un juicio justo?
Respuesta. ?sta no es la manera adecuada de juzgar el caso. El sistema legal estadounidense funciona muy bien. Est¨¢n las cortes federales y el sistema de justicia militar ordinario. ?Por qu¨¦ se ha elegido esta f¨®rmula paralela? ?Porque es m¨¢s f¨¢cil conseguir una condena? ?Porque queremos ense?ar al mundo de lo que somos capaces? Alguien deber¨ªa ofrecer una respuesta a todas estas preguntas. Si quieres construir una casa, lo haces con el ladrillo, que sabes que es seguro y que siempre ha funcionado bien, no empiezas a probar a hacerla con paja a ver qu¨¦ pasa.
P. ?No se puede hacer justicia entonces?
R. Todos los que estamos participando ahora en las comisiones, jueces, miembros del jurado, fiscales y abogados defensores, estamos haciendo todo lo que est¨¢ en nuestras manos para que este proceso sea lo m¨¢s justo posible dentro de las reglas injustas sobre las que est¨¢ basado. Pero el problema es de d¨®nde venimos. Los detenidos han estado a?os encerrados sin conocer sus cargos, perdidos, sin asistencia jur¨ªdica, y eso es algo que no se puede olvidar. Incluso para los abogados defensores ha sido complicado que conf¨ªen en nosotros, porque formamos parte del sistema que les ha negado todo.
P. ?Creen que ustedes forman parte de la farsa?
R. Cuando, despu¨¦s de a?os sin derechos, llegamos nosotros y les decimos 'Olvidaos de todo lo que ha pasado hasta ahora; a partir de este momento ten¨¦is derechos y nosotros os vamos a ayudar a que se vean reconocidos', no nos creen. No conf¨ªan en nadie. Es l¨®gico. Ya es demasiado tarde. Y lleva mucho tiempo y esfuerzo intentar convencerlos de lo contrario.
P. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ en el caso de que Salim Hamdan sea absuelto? ?Permitir¨¢ el Gobierno que vuelva a Yemen?
R. ?sa es otra de las preguntas que nadie responde. Si el veredicto es de no culpable, el Ejecutivo puede decidir igualmente que siga detenido como combatiente enemigo ilegal. ?Van a hacerlo as¨ª y a prescindir de la voluntad del jurado de la propia comisi¨®n militar creada por ellos? ?Van a mandarlo de vuelta a casa como si nada hubiera pasado? Y, si es condenado, ?d¨®nde va a cumplir la pena? ?En una prisi¨®n de Estados Unidos? ?Se va a quedar en Guant¨¢namo? El sistema sigue siendo demasiado inseguro y opaco y a¨²n hay muchos datos que desconocemos. Pero las condenas a las que se enfrentan los acusados son muy graves. Estamos hablando de cadena perpetua o pena de muerte.
P. Pase lo que pase en este juicio, es casi seguro que habr¨¢ una apelaci¨®n y que el caso llegar¨¢ al Tribunal Supremo. ?Cree que declarar¨¢ la nulidad de la sentencia?
R. El Supremo probablemente no va a estar contento con lo que ha ocurrido en Guant¨¢namo. Esta naci¨®n est¨¢ fundada sobre la base del respeto a las leyes. Decimos a todos los pa¨ªses que est¨¢ mal torturar y les convencemos de que hay que extender la democracia y la libertad por el mundo. Pero parece que cuando las cosas se ponen dif¨ªciles, no somos capaces de cumplir nuestros propios principios. Yo estoy orgulloso de ser militar y quiero que mi pa¨ªs demuestre al mundo que su Ej¨¦rcito juega con reglas justas y honestas.
P. ?Qu¨¦ se podr¨ªa hacer ahora para enmendar a?os de desatino?
R. Dejar al menos a los jueces federales que decidan, cuando llegue el momento de las apelaciones, si todo ha sido legal y respetar su decisi¨®n. Deber¨ªamos reconocer que, como pa¨ªs, nos hemos equivocado con Guant¨¢namo. Y rectificar. Nunca es demasiado tarde para hacerlo mejor y lo que est¨¢ en juego es nada menos que la imagen de Estados Unidos ante el mundo. Somos mejores de lo que hemos mostrado aqu¨ª.
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