El nacionalismo escoc¨¦s humilla a Brown
Los conservadores exigen elecciones anticipadas tras la derrota laborista en Glasgow
Una ventaja de 365 votos, que ha permitido a los independentistas escoceses arrebatar al laborismo su esca?o en el Parlamento brit¨¢nico por Glasgow Este, amenaza con convertirse en la puntilla para Gordon Brown. Los resultados de la elecci¨®n en esta circunscripci¨®n escocesa confirmaron ayer la debacle del Partido Laborista en uno de sus m¨¢s s¨®lidos bastiones durante casi 60 a?os, ahondando en la crisis de liderazgo del primer ministro brit¨¢nico.
Las huestes laboristas se han revelado incapaces de retener un feudo donde, hace tan s¨®lo tres a?os, obtuvieron el 60% de apoyo. Esta mayor¨ªa aparec¨ªa como una barrera muy dif¨ªcil de franquear, pero el Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP) consigui¨® el vuelco electoral, que precisaba una oscilaci¨®n del voto del 22%. Su l¨ªder y primer ministro de Escocia, Alex Salmond, subrayaba que este "terremoto pol¨ªtico" entra?a un n¨ªtido mensaje dirigido a Downing Street, cuyo ocupante vive sus horas m¨¢s bajas. En la misma l¨ªnea, el dirigente tory, David Cameron, reclam¨® a Brown la convocatoria de elecciones generales anticipadas, "porque los ciudadanos han dejado claro que quieren un cambio". De celebrarse hoy unos comicios legislativos, los sondeos auguran una victoria conservadora por m¨¢s de 20 puntos.
A pesar del golpe electoral encajado en su Escocia natal, Gordon Brown se declar¨® dispuesto a "seguir trabajando", en el f¨²til intento de presentarse como el mejor l¨ªder para conducir al pa¨ªs "en tiempos dif¨ªciles", cuando la amenaza de recesi¨®n econ¨®mica acecha al Reino Unido. Pero sus propios correligionarios se plantean crecientes dudas sobre la capacidad del primer ministro de protagonizar una cuarta victoria consecutiva para un Partido Laborista en descomposici¨®n.
Coincidiendo con el inicio del Foro de Pol¨ªtica Nacional en Warrick, tres d¨ªas de debates en el seno del laborismo para preparar su estrategia pol¨ªtica, voces como las del l¨ªder sindicalista Paul Kenny o el diputado Graham Stringer reclamaban la cabeza de Brown. Los analistas vaticinan que esa demanda puede devenir un clamor cuando el partido celebre su congreso anual el pr¨®ximo septiembre. Varios diputados del partido confirmaban -bajo condici¨®n de anonimato- su desconfianza hacia el l¨ªder incluso antes de la votaci¨®n de Glasgow Este. El p¨¢nico hab¨ªa cundido entre las filas laboristas d¨ªas antes de la jornada electoral, ante la percepci¨®n de que sus votantes estaban dispuestos a castigar al Gobierno a causa del aumento de los precios.
Glasgow Este es una de las zonas m¨¢s deprimidas de todo el pa¨ªs, con una esperanza de vida para los hombres (68,1) cinco a?os inferior a la media escocesa. La tasa de embarazos adolescentes es un 42% superior al resto de Escocia y el paro llega al 25%. El tremendo nivel de dependencia de los subsidios sociales, uno de los m¨¢s elevados de las islas, se ha traducido hasta la fecha en un voto cautivo para el laborismo, pero la merma de confianza en su liderazgo y los estragos de la crisis han propiciado una desmovilizaci¨®n de ese electorado. Un amplio sector de las clases medias en esta circunscripci¨®n, adem¨¢s, se ha dejado seducir por el pujante perfil como gestor de Salmond desde que aterrizara en el Ejecutivo escoc¨¦s, en mayo del a?o pasado.
El discurso que culpabiliza al Gobierno de Londres del declive econ¨®mico ha hecho mella. A lo largo de la campa?a, el jefe del Gobierno auton¨®mico ha visitado Glasgow Este en una docena de ocasiones, consciente de la brecha abierta entre los votantes laboristas. Ante aquellos que le atribu¨ªan un exceso de confianza en la victoria, Salmond pod¨ªa esgrimir las recientes humillaciones electorales sufridas por el partido de Brown, la m¨¢s grave en mayo, en Londres. Las cifras le daban ayer la raz¨®n: el SNP obten¨ªa 11.277 votos, seguido por los laboristas (10.912), conservadores (1.639) y liberal dem¨®cratas (555).El triunfo del nacionalismo allana el camino a la propuesta de Salmond de convocar un refer¨¦ndum sobre la independencia de Escocia en 2010.
EL 'V?A CRUCIS' DEL PRIMER MINISTRO BRIT?NICO
Un comienzo prometedor
El de ayer fue el cuarto varapalo electoral que sufre el primer ministro laborista, Gordon Brown, desde que su antecesor en el cargo, Tony Blair, le pasara el testigo en junio de 2007.
El escoc¨¦s comenz¨® su mandato con fuerza y una gran acogida de la opini¨®n p¨²blica. Pese a ello, y aunque inicialmente plante¨® la posibilidad de adelantar las elecciones generales previstas para 2010, su posterior negativa en octubre del mismo a?o marc¨® el inicio de una crisis sin precedentes para los laboristas, en el poder desde 1997.
La joya de la Corona
El primer y m¨¢s duro golpe se produjo en los comicios locales del pasado 2 de mayo, cuando el conservador Boris Johnson arrebat¨® la alcald¨ªa de Londres, joya de la Corona electoral brit¨¢nica, al hist¨®rico laborista Ken Livingstone, que dio la cara y asumi¨® por Brown toda la responsabilidad.
Los resultados no fueron mucho mejores en los otros 159 municipios llamados a votar.
No se recordaba una derrota similar en los ¨²ltimos 40 a?os.
El auge de Cameron
Los resultados de las elecciones municipales dieron un nuevo aliento al Partido Conservador, convirtiendo a su l¨ªder, David Cameron, en el nuevo favorito en los sondeos para ocupar el n¨²mero 10 de Downing Street.
El "fin del Nuevo Laborismo"
A finales de mayo, un nuevo descalabro electoral en las circunscripciones de Crewe y Nantwich, donde el partido de Brown no perd¨ªa desde la II Guerra Mundial, coloc¨® a los laboristas en una situaci¨®n a¨²n m¨¢s cr¨ªtica. Cameron, el l¨ªder de los tories se atrevi¨® a anunciar que se trataba del "fin del Nuevo Laborismo".
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