Cu¨¢nta pasi¨®n con Conte
El cantautor italiano repasa 30 a?os de carrera en una intensa velada
Un gigante visit¨® ayer el patio del centro cultural Conde Duque. Vest¨ªa de negro de pies a cabeza y ten¨ªa blanco el cabello y el mostacho. El ce?o, siempre fruncido, y la voz, esa voz, completamente ajada. Se sent¨® tras el piano y a la media hora de recital logr¨® un instante de especial intensidad. S¨®lo fueron necesarios los primeros compases de Genova per noi. El millar de asistentes ovacion¨® sin complejos al coloso que ten¨ªa delante. Paolo Conte (Asti, Piamonte, Italia, 1937) hab¨ªa llegado y la noche era suya.
El legendario cantautor italiano, el creador de joyas como Gelato al limon y Questa sporca vita, recalaba en Madrid para repasar lo mejor de 20 discos y m¨¢s de 30 a?os de jazz imperecedero. De canciones melanc¨®licas como Bartali y de piezas vitam¨ªnicas como Chiamami adesso. La alternancia entre estos dos polos fue la clave de la velada. Con 1.200 entradas vendidas, el recinto estaba a media bandera. Pero no importaba. Eran las mejores condiciones para una cita m¨¢s o menos ¨ªntima con el cantante.
"Mi p¨²blico es apasionado, cultivado y nada esclavo de la moda"
"Me gusta 'Gli impermeabili", dec¨ªa Almod¨®var en las primeras filas
En las primeras filas, el cineasta Pedro Almod¨®var disfrutaba con su admirado cantautor. "Me gustan varias suyas, por ejemplo Gli impermeabili, la que acaba de tocar", se?alaba brevemente el cineasta manchego, durante el intermedio, antes de volver a centrarse en las letras de un surrealismo sutil de Conte. A su lado, en las gradas, la edad predominante oscilaba entre los cuarenta y los cincuenta. En definitiva, ese p¨²blico fiel que sigue a Conte desde que deslumbrara a finales de los sesenta como firma de grandes temas que popularizaban otros. El ejemplo m¨¢s claro, el celeb¨¦rrimo Azzurro que cant¨® con tanto ¨¦xito Adriano Celentano y que los fans de la selecci¨®n italiana se apropiaron como himno no oficial en el Mundial del 2006, que se llevaron a casa.
Ante el escenario, de pie, la media de edad bajaba hasta la treintena. Se encend¨ªa con Cuanta pasi¨®n. Conte ha se?alado varias veces que su p¨²blico es intergeneracional. Y no s¨®lo eso: "Soy consciente de la calidad de mi p¨²blico: es apasionado, cultivado, curioso art¨ªsticamente y nada esclavo de la moda". Ah¨ª es nada. Bueno, al fin y al cabo, Conte sabe que es correspondido. Le acompa?aba la misma banda de ocho m¨²sicos con la que toc¨® el jueves en el Festival de Jazz de San Sebasti¨¢n. La compenetraci¨®n entre su piano y la bater¨ªa, guitarra, saxofones y dem¨¢s era absoluta. El Conde Duque era un night club. En serio.
Centenares de voces coreaban ayer su intensa interpretaci¨®n. "Diavolo rosso es mi favorita", anunciaba Victor Anciones, actor de 26 a?os, junto a su amiga Nadia Geijo, de 31 y que toca m¨²sica en vivo. Un amigo com¨²n les introdujo en la obra de Conte hace casi una d¨¦cada y desde entonces son fieles. Era la primera vez, sin embargo, que lo ve¨ªan en directo. Y Victor se fue satisfecho. La pieza surgi¨® con fiereza de la garganta rota de Conte. Una y otra vez, hilvanaba la melancol¨ªa con el ritmo animado y bailable. Fueron dos horas con un descanso de un cuarto. Una veintena de temas (incluido alguno de su nuevo ¨¢lbum, que aparecer¨¢ en septiembre en Universal) y un colof¨®n de traca. Via con me (It's wonderful), que puso a bailar a todos los reunidos ante el escenario. Eso s¨ª, ni m¨¢s de diez minutos de gritos de "?Azzurro, Azzurro!" consiguieron que el taciturno piamont¨¦s regresara para dar a los suyos el broche final. Esta vez no.
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