"HAY QUE MATAR AL PADRE"
Hay imprudentes que con enorme ligereza, y pasando por alto la dimensi¨®n literal de la sentencia, recomiendan, se entiende que de manera metaf¨®rica: "Hay que matar al padre". El cantante Jim Morrison, por poner un ejemplo suficientemente manoseado, gritaba a todo pulm¨®n, al final de The End, obra emblem¨¢tica y terminal del grupo The Doors: "padre, quiero matarte", y despu¨¦s a?ad¨ªa una coda incestuosa, y l¨²brica, dedicada a su madre; lo cual nos hace pensar que lo de Jimbo no era tanto met¨¢fora, como la verbalizaci¨®n de una maniobra para quitar a su rival de en medio.
Entre la met¨¢fora y la literalidad se mueven los hermanos Gallagher, art¨ªfices de la banda Oasis y grandes maestros del exceso verbal, moral y qu¨ªmico. Pongamos por caso esta reciente declaraci¨®n de Noel, hermano mayor y guitarrista del grupo, dirigida a dos personas con las que por lo visto no simpatiza: "Espero que los dos pillen un sida y se mueran porque los odio". Las desavenencias entre los Gallagher y su padre no son ninguna met¨¢fora, don Thomas, o Tommy como le llama su esposa Peggy, es un iracundo borrach¨ªn que los golpeaba cuando eran ni?os y que hizo de Noel un muchacho tartamudo y delincuente. En un periodo de libertad condicional Noel aprendi¨® a tocar la guitarra, y as¨ª descubri¨® esa vocaci¨®n musical que, con el tiempo, lo convertir¨ªa en un rutilante rockstar. No caigamos en la tentaci¨®n de sacar moralejas facilonas y vayamos a otra ruidosa declaraci¨®n que lo sit¨²a como un ingl¨¦s poco dado a los nacionalismos: "somos un pa¨ªs de quejicas, gimoteamos por el clima, por los franceses o por f¨²tbol; lo que deber¨ªan hacer todos es callarse la boca".
Los Gallagher sortearon los episodios negros de su infancia, y hoy llevan una vida desahogada, y con frecuencia desenfrenada; nunca hab¨ªan vuelto a toparse con su padre hasta que en 1996, cuando ya eran muy famosos, un peri¨®dico ingl¨¦s pag¨® a don Thomas, o Tommy, para que fuera a tocar a la suite que ocupaban sus hijos en un hotel; la idea era provocar el feliz reencuentro familiar y consignarlo en una noticia exclusiva. Noel abri¨® la puerta y, en cuanto vio al sonriente Tommy, solt¨® una de sus declaraciones: "Hasta donde s¨¦, yo ya no tengo padre", y acto seguido se escabull¨® escaleras abajo. En cambio Liam, que probablemente hab¨ªa bebido m¨¢s que su hermano, lo invit¨® a pasar, le hizo una revisi¨®n amarga y vociferante de su lamentable paternidad y finalmente amenaz¨® con estrangularlo. Todo lo que qued¨® de aquello fue una frase de Tommy, como titular del d¨ªa siguiente: "Pens¨¦ que Liam iba a matarme"; impecable contraparte, literal y metaf¨®rica, de "hay que matar al padre", esa imprudente recomendaci¨®n.
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