Una paleta de colores desde el aire

C¨¢diz es una parcela de hierba seca cruzada por estr¨ªas con agua. Es tambi¨¦n una pen¨ªnsula de arena a la que azota el viento y las olas del mar. Es una plaza de toros prepar¨¢ndose para un concierto. Es un mont¨®n de casas separadas por vallas de enredaderas completadas con piscinas. Es amarilla, marr¨®n, roja, gris y azul porque as¨ª se ve desde el cielo. Aprender a definir toda una provincia en el aire es posible gracias a los viajes en avioneta que organizan la Diputaci¨®n y el Real Aeroclub de Jerez dentro del programa Volando C¨¢diz. Una oportunidad para recorrer en apenas 40 minutos lo que se tarda horas en conocer en el suelo.

Por Volando C¨¢diz, iniciado hace una d¨¦cada, han pasado ya m¨¢s de 6.000 personas. El Real Aeroclub de Jerez pone a disposici¨®n de los interesados dos peque?as avionetas para organizar estos vuelos. Cada viaje cuesta 120 euros. La Diputaci¨®n subvenciona la actividad con 30 euros, por lo que los usuarios s¨®lo han de pagar 90 euros por el paseo, a raz¨®n de un m¨¢ximo de tres personas.

Hay tres rutas para elegir. Una recorre el entorno de Jerez y la sierra gaditana. Otra busca el mar de la bah¨ªa gaditana. Y la tercera se adentra en la desembocadura del Guadalquivir. "Las tres son espectaculares pero la de la sierra ofrece las mejores vistas", explica el presidente del aeroclub, Juan Luis Beliz¨®n, a tres sanluque?os que est¨¢n a punto de iniciar su vuelo.

La avioneta es de cuatro plazas. Su reducido tama?o permite seguir paso a paso el protocolo de los vuelos. Beliz¨®n, que ejerce de piloto, revisa uno a uno los puntos b¨¢sicos que indican las instrucciones plastificadas. La torre de control ya est¨¢ avisada y da el visto bueno para salir desde la pista de despegue de Jerez.

La avioneta se gira cuando alcanza una altura de mil pies (unos 300 metros). La paleta de colores de C¨¢diz ya luce con esplendor. El amarillo de los latifundios de vides ya recogidas y de la arena de la playa. El marr¨®n de la tierra horadada en Jerez. El azul del mar, las salinas y las peque?as piscinas de las casas de El Puerto y Chiclana. El rojo de los techos de las casas del casco antiguo de la capital gaditana. El gris de las carreteras que vertebran la provincia.

Hay paradas b¨¢sicas en este viaje por la bah¨ªa. La catedral de C¨¢diz destaca mientras se sobrevuela el casco antiguo de la ciudad. El castillo de Sancti Petri atrae las miradas cuando la avioneta termina de cruzar San Fernando en direcci¨®n hacia Chiclana. Un toro de Osborne pr¨¢cticamente despide el viaje.

El vuelo se ha culminado sin problemas. El viento ha respetado y s¨®lo ha dejado alguna turbulencia aislada. "Si las condiciones meteorol¨®gicas no acompa?an, es mejor no viajar", reconoce Beliz¨®n. Se busca la comodidad y relajaci¨®n de los pasajeros. Para que su ¨²nica atenci¨®n, por encima del miedo a volar, sea descifrar desde el aire la paleta de colores de una provincia.