ETA destituye al jefe de sus presos para recuperar el control en las c¨¢rceles
La organizaci¨®n nombra a un representante directo para cortar las disidencias - Numerosos reclusos rechazan la estrategia de la banda y su trato discriminatorio
ETA ha destituido al responsable del Colectivo de Presos Pol¨ªticos Vascos (EPPK) en las prisiones y ha impuesto que esa funci¨®n la asuma exclusivamente un dirigente de la banda terrorista. Con esta medida, la organizaci¨®n terrorista trata de reforzar su disciplina sobre un colectivo en el que, en las ¨²ltimas semanas, ha crecido la disidencia, seg¨²n fuentes antiterroristas.
Algunos internos han comenzado a pagar sus fianzas, contra la orden de la c¨²pula
Numerosos presos etarras (580 en Espa?a y 166 en Francia, la mayor cifra de reclusos en la historia de la banda) se han manifestado contra la orientaci¨®n estrat¨¦gica de la direcci¨®n de ETA tras la ruptura de la tregua, en junio de 2007, y contra el trato discriminatorio que reciben unos reclusos respecto a otros, sobre todo en cuanto al pago de fianzas para salir de prisi¨®n. Es la expresi¨®n de un malestar existente tambi¨¦n en la izquierda abertzale por la ruptura de la tregua de ETA.
Pero los presos y sus familiares son el sector m¨¢s sensible y con m¨¢s capacidad de movilizaci¨®n del entorno de la organizaci¨®n terrorista. Por eso, la direcci¨®n de ETA no puede permitirse el lujo de que cunda el malestar entre sus reclusos.
Consciente de ese clima enrarecido, ETA ha hecho llegar a los presos, a trav¨¦s de una ronda de visitas de sus abogados a las prisiones, instrucciones para mantener vivas la disciplina y la ortodoxia. Una disciplina que transmite, tambi¨¦n, a trav¨¦s de sus documentos -Zutabe o Ekia-, introducidos en las prisiones de forma clandestina.
Las instrucciones de la direcci¨®n de ETA a sus presos -algunas ya conocidas, pero cuya vigencia recuerda ahora la banda- abarcan desde la obligaci¨®n de negar la legitimidad de los tribunales y magistrados hasta la prohibici¨®n de solicitar permisos o pases a diferentes grados penitenciarios.
Los abanderados del malestar pol¨ªtico hacia la orientaci¨®n estrat¨¦gica de ETA siguen siendo presos como Jos¨¦ Luis ?lvarez Santacristina Txelis, Kepa Picabea, Francisco M¨²gica Pakito y Carlos Almorza Pedrito de Andoain, todos ellos jefes indiscutibles de la banda en los a?os ochenta. Sus tesis ganan cada d¨ªa mayores adeptos, aunque pesa a¨²n el temor a expresar la oposici¨®n a la direcci¨®n de la organizaci¨®n. Un temor asociado al recuerdo del asesinato por la propia banda de su ex dirigente Dolores Gonz¨¢lez Catarain Yoyes, hace m¨¢s de veinte a?os, por reintegrarse a la vida normal y desatender la disciplina de la direcci¨®n.
Para reforzar esa disciplina, los dirigentes del Colectivo de Presos Pol¨ªticos Vascos anunciaron, a comienzos de a?o, la expulsi¨®n de Pikabea y Txelis por su disidencia con la continuidad del terrorismo. Pero ellos mismos se encargaron de advertir que hab¨ªan abandonado el colectivo antes de ser expulsados.
En un n¨²mero creciente de presos se ha extendido el sentimiento de frustraci¨®n por la "nefasta gesti¨®n" del proceso de final dialogado del terrorismo que realizaron los dirigentes de ETA, tras las expectativas que hab¨ªa generado en la mayor¨ªa de ellos. Y, tambi¨¦n, por no haber sido consultados durante su transcurso y en la decisi¨®n de ruptura de la tregua.
Hay que tener en cuenta, adem¨¢s, que los presos etarras est¨¢n sometidos a largas condenas, sobre todo los autores de los atentados m¨¢s graves de los a?os ochenta, por la aplicaci¨®n de la doctrina Parot. Esta doctrina se?ala que la redenciones penitenciarias, en vez de aplicarse a los 30 a?os m¨¢ximos de c¨¢rcel, ser¨¢n descontadas de la totalidad de la condena impuesta al reo.
La frustraci¨®n de los presos se ha incrementado a¨²n m¨¢s por la debilidad de ETA y de sus jefes, mermados por la eficacia policial. Los ¨²ltimos golpes propinados por las fuerzas de seguridad incluyen la detenci¨®n de uno de sus dirigentes, Javier L¨®pez Pe?a (el 20 de mayo, en Burdeos), y la desarticulaci¨®n esta misma semana del ¨²ltimo comando, el Vizcaya, que la organizaci¨®n activ¨® tras la ruptura oficial de la tregua, en junio de 2007.
Otro elemento de disensi¨®n importante procede del trato discriminatorio, favorable a unos presos sobre otros, en el pago de las fianzas. Mientras a unos se les exige, en cumplimiento de la disciplina impuesta en las ¨²ltimas instrucciones de la direcci¨®n etarra, que no paguen las fianzas, a otros se les tolera que lo hagan.
As¨ª, 26 de los 27 encausados en el sumario 33/01, que sigue la vinculaci¨®n de Gestoras Pro Amnist¨ªa y Askatasuna con ETA, disfrutan de libertad provisional, tras pagar fianzas muy elevadas, de entre 70.000 y 30.000 euros. La fianza de uno de ellos, Juan Mar¨ªa Olano, portavoz de Askatasuna y antiguo miembro de la Mesa Nacional de HB, ha sido pagada por la propia organizaci¨®n. El desarrollo del juicio por el sumario 33/01 tampoco sigui¨® las normas impartidas por la direcci¨®n de ETA al colectivo de presos. No hubo desaf¨ªos al tribunal, como exige la direcci¨®n de la banda.
El conocimiento de estos hechos en las prisiones gener¨® un gran malestar entre los presos y sus familias, que consideran que existe un trato favorable hacia los que "mandan desde el despacho".
Una primera consecuencia de ese doble rasero ha sido que varios miembros de ETA encarcelados han contravenido las instrucciones de su direcci¨®n y han abonado las fianzas para obtener la libertad provisional. As¨ª lo han hecho los encausados por el sumario 18/98 contra KAS-EKIN-XAKI: Olatz Altuna, Juan Mar¨ªa Mendiz¨¢bal, Elena Beloki, Javier Sal¨²tregi y Juan Pablo Di¨¦guez.
Adem¨¢s, tambi¨¦n, son varios los presos que se plantean acogerse a medidas m¨¢s favorables de la legislaci¨®n penitenciaria e incluso a la asistencia de abogados alejados de la ¨®rbita etarra, cosa que tambi¨¦n contraviene las instrucciones impartidas por la direcci¨®n. Asimismo, empieza a ser habitual la participaci¨®n de reclusos en actividades organizadas por la Administraci¨®n penitenciaria.
Las instrucciones de ETA a sus presos
- Tribunales. Negar la legitimidad de tribunales y magistrados.
- Juicios. Obstaculizar el desarrollo de los juicios con actitudes de desprecio hacia el tribunal, insultos...
- Defensa. Manifestar ante el tribunal el deseo de no hacer una defensa t¨¦cnica.
- Fianzas. No abonar fianzas ni multas, ni pedir la libertad provisional.
- Entrega. No entregarse voluntariamente.
- Reivindicaciones. Apoyar las acciones reivindicativas que indique la organizaci¨®n.
- Indemnizaciones. No abonar las indemnizaciones por responsabilidad civil.
- Abogados. Aceptar el abogado del colectivo que le asignen.
- Permisos. No solicitar permisos ni pases a diferentes grados penitenciarios.
Fin de la bicefalia en las prisiones
Hasta ahora, y desde hace a?os, los presos etarras estaban organizados con una direcci¨®n bic¨¦fala en el interior de cada c¨¢rcel. Exist¨ªa un responsable del Colectivo de Presos Pol¨ªticos Vascos y otro espec¨ªfico de los militantes de ETA. Las funciones de ambos estaban perfectamente diferenciadas.
El primero ten¨ªa como misi¨®n primordial la interlocuci¨®n con la direcci¨®n de la prisi¨®n y respond¨ªa no s¨®lo ante los militantes de ETA, sino ante todo el colectivo de presos relacionados con la banda (meros colaboradores, j¨®venes detenidos por la kale borroka
...).
El segundo se limitaba a canalizar la opini¨®n de los militantes sometidos a la disciplina de ETA y ven¨ªa a ejercer el papel de un "comisario pol¨ªtico" de la banda.
La din¨¢mica de las prisiones ha empujado a los responsables del Colectivo de Presos Pol¨ªticos Vascos a tratar de lograr mejoras y beneficios en la vida de los internos que representaban (militantes de ETA, pero tambi¨¦n meros colaboradores, no sometidos a la disciplina de la organizaci¨®n), a trav¨¦s de la negociaci¨®n con los directores de las c¨¢rceles. Esa misma din¨¢mica ha dado lugar a situaciones distintas para los presos etarras en unas c¨¢rceles u otras.
En algunas, donde exist¨ªa una negociaci¨®n del responsable del Colectivo de Presos Pol¨ªticos Vascos con el director de la prisi¨®n, los presos mejoraban sus condiciones de vida. En otras, los internos etarras segu¨ªan a rajatabla las instrucciones de la banda. Con ese esquema, en todo caso, ETA perd¨ªa el control del colectivo de sus 580 presos en las c¨¢rceles de Espa?a.
De ah¨ª que la primera decisi¨®n de ETA para imponer su control en las c¨¢rceles haya sido terminar con la bicefalia. Ha eliminado la figura del responsable del Colectivo de Presos Pol¨ªticos Vascos y ha dejado como ¨²nico responsable del colectivo al de la propia ETA.
Otra carta en el aire
Cuatro a?os despu¨¦s de que, en el verano de 2004, algunos de los principales dirigentes de la ETA m¨¢s dura, la de los a?os 80 (Francisco M¨²gica, Pakito, Arakama Mend¨ªa, Makario, Carlos Almorza, Pedrito de Andoain e I?aki Bilbao) publicaran una carta en la que ped¨ªan a su direcci¨®n que abandonara las armas y apostara por la acci¨®n pol¨ªtica de la izquierda abertzale, se est¨¢n produciendo movimientos en las c¨¢rceles para suscribir una nueva misiva con otros significados miembros de ETA, seg¨²n fuentes nacionalistas.
La carta del verano de 2004, aunque descalificada oficialmente por la direcci¨®n de ETA, fue un elemento m¨¢s que contribuy¨® al alto el fuego de la banda en marzo de 2006. Aquella carta ya se hac¨ªa eco del grave deterioro de ETA. "Nunca en la historia de esta organizaci¨®n nos hemos encontrado tan mal", admit¨ªa. Y sentenciaba: "Esta lucha armada que hoy desarrollamos ya no sirve... No se puede desarrollar una lucha armada cuando se es tan vulnerable a la represi¨®n".
Esta impresi¨®n ha aumentado en las c¨¢rceles, tras la desarticulaci¨®n de los comandos que ETA puso en marcha, tras romper la tregua en junio de 2007, seg¨²n las mismas fuentes nacionalistas.
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