Barcelona despide los Eurogames m¨¢s festivos y multitudinarios
El evento acab¨® atrayendo a 35.000 barceloneses, seg¨²n la organizaci¨®n
"En mi pa¨ªs no nos desayunamos con tanto ajo y aceitunas", dec¨ªa ayer Angela, holandesa, junto al Macba. Se refer¨ªa al almuerzo que desped¨ªa los Eurogames, los juegos europeos que reivindican la presencia de la identidad homosexual en el deporte. Barcelona se ha convertido en la primera ciudad del sur de Europa en albergar estos juegos y ha batido r¨¦cords: 5.300 participantes de 34 pa¨ªses, seg¨²n la organizaci¨®n, y 35.000 personas que se han acercado a los eventos culturales organizados en torno a la competici¨®n. Poca importancia han tenido las diferencias entre orientaciones sexuales en este acercamiento. Mucho m¨¢s marcada era la l¨ªnea divisoria entre la culturas de los pa¨ªses del norte de Europa y los del sur.
"El ambiente es sure?o: distendido y poco organizado", explicaban ayer los miembros de un equipo de bolos de Francfort que han conseguido dos medallas. "Era dif¨ªcil encontrar los recintos de algunas competiciones. Nosotras llegamos tarde al primer partido", a?ade Hilda, integrante de un equipo holand¨¦s de f¨²tbol. Joan Mir¨®, presidente del comit¨¦ organizador del evento, relativizaba las cr¨ªticas. "M¨¢s all¨¢ de las competiciones, lo que m¨¢s nos importaba es el discurso pedag¨®gico y reivindicativo que entra?an", explicaba.
En lo que coinciden todos es en alabar los eventos festivos que han acompa?ado el deporte. Tras la fiesta celebrada el viernes en el Poble Espanyol para reivindicar los derechos de las lesbianas, a la que acudieron 3.000 mujeres, el s¨¢bado lleg¨® el plato fuerte. El colorido ambiente gay de Barcelona se traslad¨® del Gaixample al F¨®rum. No lleg¨® a llenar su aforo de 6.000 personas por poco, pero la gran fiesta se alarg¨® hasta las cuatro de la madrugada. Hubo deportistas que, pese a estar lesionados y apoyarse en muletas, no se la quisieron perder.
Los efectos de la suma de deporte y fiesta tambi¨¦n se notaron ayer por la ma?ana en la ¨²ltima competici¨®n: una carrera de 10 kil¨®metros. Muchos de los inscritos -unos 800- no llegaron a la meta.
M¨¢s personas participaron al mediod¨ªa en el almuerzo y en el acto de clausura en la plaza de los ?ngels. All¨ª, bajo un sol abrasador, la fiesta recuper¨® su tono m¨¢s reivindicativo de la mano de la transexual Carla Antonelli y el campe¨®n del mundo de aer¨®bic, Jonathan Ca?ada. Recordaron los pa¨ªses del mundo donde la homosexualidad est¨¢ perseguida, y manifestaron que la normalizaci¨®n del hecho homosexual en el deporte profesional est¨¢ lejos de conseguirse.
Una normalidad que ha reinado estos d¨ªas en Barcelona. Su concejal de Deportes, Pere Alcober, admit¨ªa que "siempre se podr¨ªa haber hecho m¨¢s", y Miquel Torres, de la organizaci¨®n, explicaba: "Ha costado alg¨²n tiempo hacer llegar el mensaje del evento a los barceloneses". Pero la ciudad ha acabado acerc¨¢ndose a los Eurogames y contagiando su alegr¨ªa sure?a a los participantes.
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