El PSdeG toma forma
La volatilidad de los electores es fulminante, absoluta. No hay que remontarse tan atr¨¢s para recordar los tiempos en que el BNG lideraba la oposici¨®n y se infatuaba con la convicci¨®n de que, cu¨¢ndo se produjese la victoria sobre el PP, ser¨ªan ellos los que encabezar¨ªan el Gobierno. Despu¨¦s, como siempre, los nacionalistas pusieron palos en sus ruedas y Touri?o alcanz¨® la presidencia. La vanidad siempre produce efectos calamitosos tanto en la vida como en la pol¨ªtica, pero sobre todo en la pol¨ªtica. La humildad, o al menos su apariencia, siempre es una forma de inteligencia.
Tambi¨¦n hace tan s¨®lo unos meses el PSdeG pod¨ªa so?ar con comer perdices. Los socialistas se hac¨ªan la boca agua con la idea de hacerle el sorpasso en n¨²mero de diputados al Partido Popular e, incluso, de gobernar en solitario. Pero ha bastado una tormenta financiera venida del otro lado del Atl¨¢ntico y el estallido de la burbuja inmobiliaria para que sea incierto c¨®mo pueda evolucionar la atm¨®sfera hasta que tengan lugar las elecciones. Tal vez Touri?o pueda dar por descontado que seguir¨¢ siendo el Presidente de la Xunta, pero no con aquel libre albedr¨ªo en el que cifraba sus esperanzas.
Touri?o conduce un Gobierno que no levanta pasiones y su figura empieza a estar amortizada
El Congreso del PSdeG ha dejado una noticia: aunque hemos tenido ocasi¨®n de ver un congreso de oficio, con ponencias irrelevantes, y pensado para lucir al candidato, las relaciones de poder han variado. Touri?o, que ha reproducido el esquema que Beiras practic¨® en el BNG -dotarse de una guardia de corps dejando a otros el control del partido- sabe ahora que su margen de maniobra es m¨¢s estrecho. Conduce un Gobierno que no levanta pasiones y su figura en el PSdeG comienza a estar amortizada. Los que lo apoyan no pueden estar seguros de c¨®mo evolucione el mercado de futuros. Tal vez ha comenzado el per¨ªodo de su agotamiento.
Lo cierto es que los comentaristas siempre lo hab¨ªan tenido dif¨ªcil con el PSdeG. El Bloque amaba el espect¨¢culo al borde del suicidio y los conservadores hubo un tiempo en que nos ten¨ªan en vilo. En los combates entre boinas y birretes cre¨ªamos ver, como en la famosa caverna plat¨®nica, las sombras de dos concepciones de Galicia que, por cierto, nadie se molest¨® en precisar jam¨¢s. La falta de sustancia de los partidos gallegos es legendaria y sus atisbos de doctrina irrisorios.
Pero el PSdeG jam¨¢s hab¨ªa resultado entretenido. Francisco V¨¢zquez lo era a su manera achulapada, pero su partido nunca. Sobre el papel el PSdeG, adem¨¢s del socialismo que se le supone (pero nadie es capaz de precisar el significado de esta palabra a d¨ªa de hoy) era tambi¨¦n un partido galleguista. Todos los partidos gallegos son galleguistas, pero ?en qu¨¦ consiste el galleguismo? ?ste es uno de los misterios mejor guardados de la Galicia contempor¨¢nea. Nadie ha intentado definirlo jam¨¢s. Y ciertamente el PSdeG no lo ha hecho. La incuria intelectual de la pol¨ªtica gallega es enorme. Por eso tolera grandes dosis de vacuidad y ligereza.
Se pod¨ªa esperar que, despu¨¦s de Francisco V¨¢zquez, Touri?o intentase darle una cierta consistencia a la cosa. Que el PSdeG pasase del estado gaseoso a una cierta solidez masticable. Tal vez lo est¨¦ consiguiendo de un modo parad¨®jico. El congreso, lo que nos ha dejado, es un pacto entre Touri?o y sus cr¨ªticos en el partido. Como la lucha por el poder galvaniza, el PSdeG comienza a dar muestras de querer buscar alguna forma de estructura. Eso no despeja todas las dudas sobre la existencia del PSdeG. Sin duda existe el Gobierno y podemos creer en la realidad de Ricardo Varela, Pachi V¨¢zquez, Mar Barc¨®n, Ant¨®n Louro y, sin duda, en el don de la ubicuidad de Pepe Blanco, pero ?podremos encontrar vida org¨¢nica, visi¨®n pol¨ªtica, contenido intelectual en el socialismo gallego?
El PSdeG es el partido con m¨¢s poder hoy en Galicia y como tal tiene la obligaci¨®n de gobernar. Lo cierto, sin embargo, es que el Gobierno, escud¨¢ndose primero en la fuerza del PP y despu¨¦s en sus pugnas internas (que son el pretexto perfecto para la par¨¢lisis) ha obrado de un modo conservador y su estrategia ha consistido en l¨ªneas generales en esto: dejar para m¨¢s adelante cualquier cosa que pareciese dif¨ªcil o conflictiva.
No hemos le¨ªdo nada acerca de discusiones de fondo en el PSdeG y los textos de las ponencias nos han dejado esta impresi¨®n: que se trata de recitar vaguedades para no pillarse los dedos. La primera legislatura est¨¢ acabando. Se equivocar¨ªan los socialistas y sus socios si piensan que les basta con estar en el Gobierno. Sobre todo no deber¨ªan abusar de dos cosas: de hacerse fotos con los directores de las caixas y los empresarios -esto es una horterada de l¨ªderes inseguros- y de descansar su responsabilidad en las consultoras a las que contratan.
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