"No es f¨¢cil cantar de nuevo"
Rub¨¦n Blades (Ciudad de Panam¨¢, 1948), que acaba de cumplir 60 a?os, deja su despacho en el Ministerio de Turismo paname?o para emprender una gira por Europa. Lleva ya cuatro a?os en el puesto, cuando nadie le daba tres meses, y se ha tomado un permiso sin sueldo hasta el 18 de agosto. Hac¨ªa cuatro a?os que no pisaba los escenarios -salvo un concierto gratuito y otro ben¨¦fico para escuelas infantiles-, algo que ya echaba en falta: "Estoy tratando de recobrar mi posici¨®n, porque cuando salga del servicio p¨²blico no tendr¨¦ una fortuna esper¨¢ndome. Y tambi¨¦n combinarlo con una campa?a del turismo de Panam¨¢ en Holanda, Italia y Espa?a".
Gira y campa?a comparten nombre: Panam¨¢ se queda en ti. Blades clausur¨® el Festival La Mar de M¨²sicas de Cartagena, y estar¨¢ hoy en Madrid (Conde Duque), ma?ana en Vigo (Parque de Castrelos), el 1 de agosto en Zaragoza (Expo), el 3 en Tenerife (Centro de Ferias y Congresos), el 5 en La Gomera (Parque de la Torre del Conde), el 6 en Gran Canaria (Estadio de Maspalomas) y finalmente el 8 en Sant Feliu de Gu¨ªxols (Espai Port). "A ver si pierdo peso. Estoy gordo de estar sentado en la oficina todo el jodido d¨ªa. No es f¨¢cil cantar de nuevo. Tienes que volver a acostumbrar el diafragma, porque es un m¨²sculo. En cualquier caso, no creo que la gente vaya a tirarme fruta", comenta.
"No me interesa que alguien me pregunte si me acost¨¦ con Salma Hayek"
"Me preocupa que estemos alentando los peores anhelos del ser humano"
"Trato de recobrar mi posici¨®n, porque no tendr¨¦ una fortuna esper¨¢ndome"
"EE UU necesita un presidente negro para recuperar su argumento moral"
Hasta ahora hab¨ªa preferido aparcar la m¨²sica alegando que no quer¨ªa rebajar la seriedad de su cargo como ministro de Turismo. "Estoy manejando una industria que produce 1.700 millones de d¨®lares [unos 1.082 millones de euros] al a?o. Esa vaina es como tener un cirujano que se aparece con confetis en la cabeza a operar el cr¨¢neo al presidente y con tufo a alcohol diciendo: '?D¨®nde est¨¢ el tipo?'. Ahora s¨ª puedo, porque ha habido logros y hemos cuadrado cuatro cosas muy importantes: la ley de turismo, el plan maestro, la reglamentaci¨®n de las actividades y una campa?a publicitaria multianual con fondos asegurados", dice Blades, que trajo al conservador mundo de la salsa la cr¨ªtica social con canciones como Pedro Navaja, y que ha actuado con Anthony Hopkins, Harrison Ford o Johnny Depp.
El grupo Radiohead colg¨® sus canciones en Internet y se ha producido un revuelo medi¨¢tico. Blades ya lo hizo en 2003: colg¨® en su portal (www.rubenblades.com) 11 canciones en exclusiva que se pod¨ªan descargar gratis. "Esta gente a veces no se entera de que uno nace y est¨¢ por ah¨ª. El mundo comienza y termina en el Imperio Brit¨¢nico y EE UU", dice riendo. Desde el a?o pasado, tiene El show de Rub¨¦n Blades en su web. "Me siento en una silla con un vasito de vino y la gente me hace preguntas, me env¨ªa v¨ªdeos de m¨²sicos para que opine. Me hace revivir recuerdos y a veces me da la oportunidad de poder corregir errores. Porque hay cosas que no ocurrieron como algunos creen".
Confiesa una gran preocupaci¨®n por el medio ambiente. Y se qued¨® perplejo ante la imagen de los l¨ªderes del G-8 hablando de acuerdos para 2050. "Es una locura, con todo el respeto. Creen que la naturaleza tiene un relojito que ellos controlan. Tenemos que movernos inmediatamente y obligar a la gente a cambiar los h¨¢bitos".
Blades, licenciado en Derecho por Harvard, vivi¨® muchos a?os en EE UU. Mide sus palabras para que no se interprete su opini¨®n como la oficial del Gobierno de Panam¨¢, y no entra a valorar a los republicanos -aunque tiene una inquietante teor¨ªa de lo que ocurre cuando uno de ellos alcanza la presidencia-. "Es bueno que los que creen que las cosas no cambian se fijen en lo que ocurre en EE UU. No s¨®lo un negro y una mujer optaban a la candidatura por el Partido Dem¨®crata, sino que hay una enorme probabilidad de que un negro sea presidente de EE UU. Hace 50 a?os, a esos negros no se les permit¨ªa siquiera entrar en una escuela, en una universidad. Incluso los colgaban de ¨¢rboles en el sur. Que medio siglo m¨¢s tarde, que no es nada, pueda ser elegido un negro es extraordinario. Y creo que es lo que necesita EE UU para recuperar su argumento moral".
La inclinaci¨®n de los peri¨®dicos por el chismorreo le entristece. "No me interesa que alguien me venga a preguntar: 'Usted trabaj¨® con Salma Hayek, ?y se acost¨® con ella?'. Me preocupa que estemos alentando los peores anhelos del ser humano. Estas cuestiones escandalosas no son edificantes. Ni siquiera como diversi¨®n. El argumento de que 'esto es lo que la gente quiere' es el mismo que da el que vende droga".
Se emociona al hablar de su abuela, que le transmiti¨® la pasi¨®n por la lectura y los libros. "Mi abuela Emma era del carajo. Siempre me dec¨ªa que la peor pobreza era la espiritual, la de aquellos que viv¨ªan en un gueto emocional. Era maestra, escritora, pintaba, defendi¨® los derechos de la mujer, fue rosacruz, espiritista, vegetariana en la d¨¦cada de los treinta. Pas¨® mucho tiempo conmigo y me ense?¨® a leer. Tuvo cuatro hijos, dos mujeres y dos hombres, y como no ten¨ªa dinero para mandarlos a todos a la escuela, porque se divorci¨® de los dos hombres y no quer¨ªa aceptar plata de ellos, mand¨® a la escuela a las dos mujeres y a los hombres les ense?¨® en la casa. Las mand¨® a ellas porque dec¨ªa que el mundo era de los hombres, y que las mujeres ten¨ªan que prepararse mejor".
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